jueves, 3 de julio de 2014

Las extravagantes teorías sobre el origen de las misteriosas esferas de Costa Rica

Esferas de piedra en Costa Rica
Las piedras se pueden encontrar en distintas zonas de Costa Rica y algunas teorías sugieren que pueden estar relacionadas con la Atlántida.
Las monumentales esferas de piedra de Costa Rica "son la prueba" de que la Atlántida, la mítica isla-continente descrita por el filósofo griego Platón, estuvo en América.
Esta teoría, apuntalada por los antropólogos Ivar Zapp y George Erikson, es una de las muchas que tratan de explicar el origen y la función de los restos precolombinos que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) acaba de incluir en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
Según Zapp y Erikson, las cerca de 200 esferas de entre 0,7 y 2,57 metros de diámetro encontradas hasta la fecha son la evidencia de que en el delta del Diquís, al suroeste del país, se asentó una sofisticada civilización marítima. En su investigación La Atlántida en América explican que ésta desarrolló una escuela de navegación, para la cual las piedras esféricas constituían un importante instrumento. Gracias a ellas, los marineros podían orientarse y conocer las rutas del mar.
De hecho, basados en la alineación de algunas esferas, los antropólogos afirman que éstas señalaban otros sitios megalíticos, como las Columnas de Hércules (Gibraltar), las pirámides de Egipto, Stonehenge (Inglaterra) y la Isla de Pascua. Y sugieren así que los supuestos atlantes tuvieron relación con otras civilizaciones más allá de su continente.

Balas y tesoros

La teoría es que estas piedras pudieron ser utilizadas como enormes balas.
Pero esta no es la más extravagantes de las teorías sobre estas piedras perfectamente redondas de hasta 16 toneladas.
Según la cosmogonía bribri -uno de los grupos étnicos más numerosos de Costa Rica- compartida por cabécares y otras etnias ancestrales de América, el dios del trueno Tara lanzaba estas esferas de piedra a los serkes (dioses de los vientos y los huracanes), con la ayuda de una inmensa cerbatana, para alejarlos de esas tierras.
Otras creencias, como la que aseguraba que las esferas guardaban oro y piedras preciosas en su interior, llevaron a la destrucción de muchas de ellas.
Hasta hay quien afirma que fueron los extraterrestres quienes las pusieron en la región costarricense, argumentando que el material del que están hechas, granito, roca sedimentaria y andesita, no se encuentra en el delta del Diquís.

Técnicas ancestrales

Obviamente "son creencias basadas en la especulación", dice John Hoopes, antropólogo designado por la Unesco para evaluar si las esferas ameritaban ser sujetas a protección.
Frente a eso, el profesor de antropología de la Universidad de Kansas (EE.UU.) indicó a BBC Mundo cuál es la explicación con más sustento.
Según Hoopes, hay que buscar el origen de las esferas en las ancestrales técnicas de pulido inspiradas en la erosión natural de las piedras. "Aunque esta teoría aún no ha sido totalmente articulada y la evidencia que la apoyaría sigue siendo circunstancial", aclaró, cauto. "Los indígenas observaron cómo las fuerzas de la naturaleza pulieron las rocas y quisieron emularlo con sus técnicas". Con el tiempo y la práctica, esto derivó en formas tan perfectas como las de las esferas del Diquís.
"Los indígenas observaron cómo las fuerzas de la naturaleza pulieron las rocas, y quisieron emularlo con sus técnicas"
John Hoopes, antropólogo designado por la Unesco
Hoopes apoya la teoría de que señalan el lugar en el que se encontraba una residencia, probablemente de miembros de la alta sociedad de la época. Según el antropólogo, existen evidencias de ello en la Finca 6, uno de los cuatro yacimientos en los que se han encontrado las esferas. Y cree que comenzaron a usarse en torno al año 500 a.C., "en tiempos en los que la organización de las sociedades indígenas se tornó compleja y sofisticada".
Christian Kandler insistió también en esa idea de la organización social sofisticada, en conversación con BBC Mundo. "La investigación arqueológica de todos estos años ha permitido determinar que las esferas son un producto cultural de una sociedad muy compleja, una cultura refinada y muy jerarquizada", explicó por teléfono su último día como director del Museo Nacional de Costa Rica.
Y remarcó que el reconocimiento de la Unesco abarca no solo las esferas de piedra, sino las sociedades que las produjeron. Éste, además, llegó tras más de 10 años de investigación y de varias candidaturas presentadas ante el organismo de la ONU, dijo.
Piedras costa rica
Muchas piedras similares a esta fueron destruidas en los últimos siglos, porque se sospechaba que guardaban tesoros antiguos.

Descubrimiento

La existencia de las esferas de piedra se conoce desde 1939, cuando la compañía bananera estadounidense Standard Fruit Company empezó a deforestar el delta del Diquís para cultivar plátano.
La primera mención de ellas en un texto científico es de 1943. Se trata de un artículo de la arqueóloga Doris Stone publicado en la revistaAmerican Antiquity. Éste atrajo la atención de Samuel Kirkland Lothrop, del Peabody Museum y la Universidad de Harvard (EE.UU.). Y unos años después, en 1963, incluyó en el libro Archaeology of the Diquís Delta. Costa Rica, 1963 las investigaciones realizadas en ese territorio.
Desde 1970, las autoridades costarricenses protegen las piedras precolombinas y sus emplazamientos. Y en este sentido, la declaración de la Unesco adquiere mayor relevancia, en vista de dos proyectos que, de desarrollarse, podrían generar daños en los asentamientos.

Protección y divulgación

"Batambal -uno de los cuatro asentamientos- está ubicado cerca de zonas residenciales y el desarrollo urbano futuro podría tener un impacto negativo en él, además de los proyectos de la presa hidroeléctrica de Diquís y del aeropuerto internacional del sur que están siendo discutidos", reza la declaratoria.
El proyecto de la presa lleva tres años paralizado y el fallo de la Unesco obliga al gobierno a replanteárselo, según declaró la ministra de cultura costarricense Elizabeth Fonseca la semana pasada.
Pero más allá de la protección, en lo que sin duda ayudará la decisión será en la divulgación, cree el exdirector del Museo Nacional. "La consecuencia inmediata será el turismo cultural", dijo a BBC Mundo, "pero también ayudará a profundizar en el conocimiento del legado prehispánico, de nuestro pasado e identidad". Y a arrojar luz sobre los mitos.

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