domingo, 20 de julio de 2014

Amistades reales, sostenidas con los hilos de los mundos virtuales

Los que celebran su día en la Web

Amistades reales, sostenidas con los hilos de los mundos virtuales

Skype, WhatsApp, Facebook y Viber son algunos de los vehículos que permiten fluidez en relaciones divididas por grandes territorios. Especialistas en tecnología hablan del avance del fenómeno y los protagonistas dan testimonio.

Florencia Halfon-Laksman
Amistades reales, sostenidas con los hilos de los mundos virtuales
Cuando Romina Bulacio Sak se fue a vivir dos años a Bologna, Italia, su método habitual para comunicarse con aquellos amigos que había dejado en la Argentina era vía mail o a través de una tarjeta prepaga, bastante costosa, que le permitía tener unos pocos minutos de conversación con alguien que estuviera en un teléfono de línea. A veces lo hacía también por celular, pero eran momentos de lujo porque costaba todavía más y se consumía demasiado rápido. Eso fue apenas cinco años atrás, pero en su nuevo viaje a Italia, el último, la cosa cambió: la tecnología en redes sociales y la proliferación de teléfonos inteligentes le permitió vincularse con sus amigos de manera cotidiana, con la ventaja de conversar en videoconferencia sin temor a que se corte o enviarles fotos de las calles por las que transitaba.
"En los últimos dos años hubo un vuelco: pasamos de una Internet de palabras a una mucho más visual. Además, la tecnología elimina barreras y aumenta el volumen de lo que queremos transmitir", resume Alejandro Zuzenberg, director de Facebook en América del Sur, para evidenciar cómo esa red, Skype, WhatsApp y Viber son algunos de los vehículos que permiten fluidez en amistades profundas, divididas por grandes territorios. 
"Mi viaje a Bologna duró un año y medio por un máster en Innovación Cultural, y después vino la pasantía por seis meses en Berlín (Alemania). Por un lado, hice muchos amigos de distintas partes del mundo, pero además, obvio, quería estar en contacto con los argentinos. Por eso, antes de viajar, me hice una cuenta de Facebook y especialista en Skype", detalla Romina, de 31 años, cuyo panorama se modificó antes del nuevo vuelo hacia Europa, el año pasado: "Estuve ocho meses en Florencia, en un programa de especialización en teatro físico, y ahí no sólo necesitaba contactar a mis amigos sino sobre todo a una de ellas, Natalia Chami, con quien desde el 2012 estamos haciendo Usted Está Aquí". Lo dice en referencia a la exitosa experiencia teatral que sigue en cartel en Ciudad Cultural Konex y que le requería tomar decisiones con su socia a distancia.
En ese viaje, los mails se transformaron en mensajes privados por Facebook y la comunicación por Skype siguió siendo moneda corriente, pero esta vez todo era por medio del teléfono: “Lo primero que hice cuando llegué fue comprarme uno y lo usaba en la calle para hacer videoconferencias. Así les mostraba a mis amigos por dónde estaba caminando".
Allá corría con la ventaja del alcance del 3G en todas partes, algo que es más complicado en la ciudad de Buenos Aires, desde donde se conecta con sus amigos del exterior por computadora desde su casa o en la calle vía WhatsApp: “Me gusta mandarles mensajes de voz por esa vía porque siento que acerca más que el texto", precisa.
Zuzenberg es optimista en cuanto al alcance de la señal en el país: "Los usuarios en Argentina demandamos mucho más servicio del que hay disponible. No dejamos ancho de banda sin usar. Somos demasiado sociables. Estoy seguro de que los problemas de conexión se van a ir modificando, sobre todo con la llegada del 4G”.
Laura Pérez tiene 39 años, es mendocina y hace tiempo que armó su vida en Buenos Aires. Junto a su amiga Ana Rodríguez, también de Mendoza, estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Cuyo y allí se convirtieron en amigas muy cercanas. Se graduaron en plena crisis laboral, en 2001, y Ana decidió probar suerte en Santiago de Chile, adonde consiguió un importante puesto como directora de comunicación de una empresa. Laura se mudó a Buenos Aires después de conseguir una beca de posgrado.
Hace 13 años que son amigas a distancia. Los últimos cuatro, Ana vivió en Madrid, España, donde termina un doctorado. "Al principio nos comunicábamos por mail y cada semana, por teléfono. A medida que pasó el tiempo, el chat, primero vía Yahoo! y luego por Gtalk, se hizo cotidiano, y hemos mantenido una amistad mediada por la tecnología de una forma muy activa", se entusiasma Laura.
Las charlas entre ambas no son de cortesía: se revelan cosas importantes. Laura da precisiones: "Una tarde me contó que había conocido a alguien. Ese alguien hoy es su marido. Igual, no todos son 'grandes temas'. Suele pedirme que haga de puente con sus padres, que están en Mendoza y no tienen un vínculo cotidiano con la computadora. Creo que nuestra amistad se mantuvo intacta y muy cercana gracias a la tecnología, sobre todo cuando la obligué a comprarse un smartphone para que se instalara WhatsApp”. Esa adquisición les permite decirse frases como "Bancame que me hago un mate" o "Esperá que suena el timbre" y hasta mandarse fotos de los zapatos que están viendo en una vidriera.
El caso de Ana María Carrera es distinto: vive en Buenos Aires hace casi cinco años pero es uruguaya. Trabaja como arquitecta y desarrollista de emprendimientos inmobiliarios. Quizás por los inconvenientes con la conexión callejera o por sus tiempos de madre primeriza, cuenta que vía WhatsApp mantiene una conexión cotidiana con sus amigos pero "sin profundidad" y considera que "para lo más profundo y verdadero, hay que llamarse por teléfono". A la vieja usanza, Ana cree que "para mantener una relación profunda es necesario el contacto físico" y asegura: "Tengo que esperar al cara a cara, que hoy es cada vez menos frecuente. En mi experiencia, la distancia resultó como un gran colador. Fue una buena forma de ver cuáles son las amistades no tóxicas, a las que vale la pena dedicarles tiempo y amor".
Luciano Cardinali es productor de medios. Como asesor televisivo de la empresa inglesa Fremantlemedia, su trabajo es producir en los países de Latinoamérica y habla hispana que compran sus formatos, lo cual desde hace cuatro años lo lleva a vivir en Puerto Rico, Estados Unidos, México y Colombia. "Creo que el gran cambio se dio a partir de los smartphones. Recuerdo mirar con asombro cómo, de un momento al otro, me estaba comunicando 'gratis' con cualquier parte del mundo. Se eliminaron las distancias", analiza.
Hoy su mayor vía de comunicación es la aplicación Viber, que le permite hacer llamadas gratuitas de teléfono y enviarse mensajes de texto gratis con cualquier persona que la haya instalado. También se maneja con Line y Tango, que son sistemas similares. "En la oficina, lo que reina es Skype. Pero para la diaria, para el llamado a un amigo en el momento justo, Viber se lleva todos los premios", cuenta, aunque advierte que "todavía hay un claro desconocimiento de determinadas herramientas" y es él quien impulsa a sus amigos a bajarse las aplicaciones para que puedan charlar seguido. 
Luciano sintetiza: "La distancia impacta en cualquier relación, sobre todo por cómo somos los argentinos con los encuentros y el café. Pero con estas herramientas cualquier relación de amistad se mantiene actualizada y viva. Hay que tener tres cosas: un amigo, un buen teléfono y una buena conexión".  «
 
 
Los latinos pasan más de diez horas al mes conectados a redes
 
Una encuesta de la AIMC (Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación) dice que el principal uso dado a las redes sociales se enfoca en la amistad (mencionado por el 79,7% de los encuestados), seguido por razones familiares (49,8%).
Según expertos de Intel, hay una gran conexión entre la amistad y el consumo de dispositivos portables. “El uso de la tecnología móvil como tablets y smartphones ha cambiado la manera de hacer y mantener amistades. El uso de plataformas online sociales en estos dispositivos ha generado que las personas intercambien experiencias, vínculos, ideas y opiniones”, explicó Mariela Bravo, Gerente de Consumo de Intel para Cono Sur.
Según la compañía ComScore, la penetración de internet en la región fue la que más creció durante 2013 (12%), alcanzando más de 147 millones de visitantes conectados, muchos de ellos a través de las diversas y variadas redes sociales existentes en la actualidad. El 8,1% de los usuarios latinoamericanos utiliza dispositivos móviles para conectarse. Según el mismo estudio de ComScore, los latinos pasan más de 10 horas al mes conectados a las redes sociales, duplicando el promedio de consumo global. Cinco de los 10 mercados que más se involucran con contenido social en todo el mundo se ubican en América Latina. 
Facebook, Twitter y Linkedin son, según eMarketer, las plataformas que lideran las preferencias entre los usuarios, llegando a quintuplicar su cantidad de usuarios conectados en los últimos tres años. Este aumento de conexiones repercute fuertemente en la cantidad de contenido que se produce. Un ejemplo es Facebook, plataforma social que en 2010 permitió compartir semanalmente 3.500 mil millones de piezas de contenido. Hoy los usuarios crean 90 publicaciones al mes, hasta 10 veces más que lo que hacían antes. 
 
 
"De un libro al lugar de novedades"
 
 
"Facebook nació como ese libro que sacan los colegios con los chicos de la sala, todos los años: se veían perfiles. Pero vimos que la gente entraba todos los días a actualizar su perfil y a ver las novedades de sus amigos", explica Alejandro Zuzenberg, director de Facebook en América del Sur. 
El especialista detalla que en Argentina esto es aun más habitual. 
"Tenemos altísima predisposición a los dispositivos de conexión. Lo más usado es Whatsapp (NdR: que todavía no pertenece formalmente a Facebook, aunque la compañía lo compró hace un tiempo) pero el Facebook Messenger está creciendo muy rápido", dice Zuzenberg. 

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