domingo, 13 de julio de 2014

OPINIÓN Clarín: la nueva cara del antisemitismo

OPINIÓN

Clarín: la nueva cara del antisemitismo

El antisemitismo suele ser vinculado a matanzas masivas de judíos, persecuciones y pogromos.
 

Sergio Szpolski
Clarín: la nueva cara  del antisemitismo
El antisemitismo suele ser vinculado a matanzas masivas de judíos, persecuciones y pogromos.
Sin embargo el antisemitismo no es sólo el uso de la fuerza contra el pueblo judío o hacia una comunidad judía en particular allí donde se encuentre, sino que también es antisemitismo el uso de la palabra contra el colectivo judío mediante mentiras difamatorias o relatos mentirosos.
Los autores de los panfletos que caricaturizaban a los judíos con sus narices puntiagudas y sus espaldas dobladas persiguiendo monedas en la Berlín de los años 30 del siglo pasado también deben ser encuadrados en la categoría de antisemitas.
Por eso, el panfleto que escribió ayer Marcelo Cantelmi en el diario Clarín reúne todas las condiciones del discurso antisemita. 
No porque critique tal o cual acción del gobierno del Estado Judío. Tampoco porque falsee la cronología de los hechos que ocurrieron en Palestina e Israel de modo tal que convaliden el relato que desea presentar.
El artículo de Cantelmi es una pieza del antisemitismo más cruel pues miente sobre el accionar de los judíos con el objeto de difamarlos y hacerlos aparecer como asesinos seriales de niños.
Este motivo literario del asesinato ritual de niños no es nuevo en el acervo antisemita. Durante toda la Edad Media la Iglesia Católica romana y la Ortodoxa rusa también acusaban a los judíos cada tanto de beber los viernes por la noche la sangre de niños cristianos asesinados unas horas antes.
Cantelmi explica el inicio del bombardeo israelí sobre Gaza como una decisión nacida como castigo colectivo a los palestinos por el asesinato de los tres adolescentes judíos en Hebron. Esto es falso cronológicamente, pero además es falso que se trate de un castigo colectivo.
La mentira de Cantelmi sobre el motivo que llevó al Estado Judío a tomar esa acción y la engañosa calificación que hace de esa acción tornan sus textos en un clásico del antisemitismo.
Israel o el Estado Judío, el lector puede elegir el que prefiera, es un colectivo de judíos que ejercen su soberanía nacional. Por eso la difamación sobre acciones que hacen a la supervivencia del Estado y no de un circunstancial gobierno es lo que transforma a Cantelmi en un antisemita.
El Estado Judío no bombardeó Gaza como represalia a la matanza de Eial, Guilad y Naftali. Llamar a estos tres chicos por sus nombres pone en la perspectiva correcta el costado humano de este drama.
Tras la muerte de estos jóvenes se produjo el brutal asesinato en Jerusalem del joven palestino Mohamed Abu Judair quien fue quemado vivo. 
Después de ese asesinato se iniciaron violentas protestas en poblaciones palestinas que costaron otras cinco vidas. Luego comenzaron lanzamientos de misiles desde Gaza por parte de Hamas hacia poblaciones civiles israelíes. Recién ahí la aviación israelí inició sus ataques.
Esa es la cronología de los hechos que Cantelmi tergiversa deliberadamente para poder utilizar el argumento del castigo colectivo.  
Los bombardeos israelíes no son una represalia sino que buscan destruir las lanzaderas de misiles que Hamas instaló en el medio de poblaciones civiles palestinas para dirigir misiles hacia poblaciones civiles en territorio israelí. 
Cantelmi se ve obligado a mentir para poder utilizar el argumento del castigo colectivo. ¿Por qué quiere utilizar ese argumento? La respuesta es sencilla: los castigos colectivos hacia poblaciones civiles están expresamente condenados por la carta de derechos humanos sobre genocidios. 
Es decir como no queda bien publicar en Clarín que Israel es un Estado Genocida, Cantelmi usa este subterfugio.
Típico del antisemitismo sofisticado de escribas con aire de intelectuales. Por eso afirmo que estamos en presencia de un discurso antisemita. Cantelmi cambia la cronología de los hechos para llevarnos al argumento del castigo colectivo y de allí a la difamación del Estado Judío como estado genocida.
No creo en la política de no-paz que lleva adelante el gobierno de Benjamin Netanyahu, quiero que el Estado Judio conviva con un Estado palestino al que sin duda los palestinos tienen derecho. Condeno los bombardeos sobre poblaciones civiles que Hamas práctica para destruir el Estado de Israel tal como dice el punto seis de su carta fundacional.
Creo profundamente que si Netanyahu hubiera ayudado a Abu Mazen a construir el Estado Palestino los bombardeos israelíes no hubieran sido necesario porque el mismo pueblo palestino le habría dado la espalda a Hamas. Pero aún creyendo todo esto, nada justifica que Cantelmi acuse una vez más falsamente al pueblo judío. Y desde que el mundo es mundo, acusar a los judíos por medio de la difamación y las mentiras, es antisemitismo.
 

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