martes, 15 de julio de 2014

De algunos casos históricos a hoy, los consultores analizan el peso de la imagen a la hora de ir por los votos

Flacos y sin corbata: qué hacen los candidatos camino a 2015

 "Cuando no hay atributos, hay dieta”, dice Artemio López. Tres de los varones del PRO que quieren suceder a Macri en la Ciudad buscan bajar de peso, como lo supo hacer Lilita Carrió.

Nicolás Eisler
Flacos y sin corbata: qué hacen los candidatos camino a 2015
José De la Sota me confesó en 2003 que, como no medía en las encuestas, lo hicieron bajar de peso. Cuando no hay atributos, hay dieta". La anécdota, relatada por el sociólogo y director de la consultora Equis, Artemio López, retrata a las claras las estratagemas de los asesores políticos a la hora de posicionar a sus clientes ante el electorado.
La imagen es uno de los capitales más importantes de un dirigente. Un concepto algo difuso que no se compone sólo por la capacidad de gestión o el carisma. Incluye a la estética como un ingrediente central que los candidatos deben atender a la hora de buscar votos. Aunque a veces no es necesario lucir trajes de varios miles de dólares o una cara libre de máculas o arrugas.
"El presidente José Mujica ganó imagen por el desaliño y descuido en su imagen física. En este caso, no usar las técnicas de marketing modernas le supuso una ventaja", explica Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría. 
Pero el caso de Mujica parece una excepción para la política, o al menos para la política argentina.
Varios de los candidatos que quieren dar pelea en 2015 comenzaron con los sacrificios. "Cristian Ritondo bajó casi 14 kilos; Horacio Rodríguez Larreta, cinco; y Diego Santilli, seis"; jura un asesor del PRO que vigila de cerca a los postulantes de ese espacio –la otra es Gabriela Michetti– que pretenden suceder a Mauricio Macri al frente de la Ciudad. Otro consejero del macrismo desmiente que los candidatos hayan perdido peso o al menos que lo hayan hecho por cuestiones relativas a la campaña. El principal estratega comunicacional del PRO dice no estar preocupado por el asunto. "No le doy importancia. La política es mensaje político. La imagen del candidato es sólo una herramienta para transmitirlo", le dijo Jaime Durán Barba a Tiempo. 
Consultado acerca de las chances electorales del jefe de Gabinete porteño, López es tajante: "Larreta tiene un gran problema de comunicación: da frío, distante. No tiene feeling ni empatía con la opinión pública. Michetti es todo lo contrario."
Verdad o ficción, si la balanza comprueba o no las afirmaciones sobre esa especie de "Cuestión de peso" a la que habrían adherido algunos macristas, tampoco serán los pioneros en este campo. El de la estética. "La orden de no usar corbata se impuso a rajatabla: los legisladores del PRO, sean nacionales o porteños, así como también los funcionarios, no usan corbata porque supuestamente envejece y aleja a la gente", repasa Fraga antes de referirse al distrito más poblado del país. "La última elección mostró en la provincia de Buenos Aires que los tres candidatos más votados (Sergio Massa, Martín Insaurralde y Francisco De Narváez) compartían una misma estética: hombres bien parecidos, de mediana edad y sin corbata. Sumaron el 75% de los votos", recuerda.
El sociólogo Ricardo Rouvier marca una división entre los años del menemismo y los del kirchnerismo. "Hoy se pone bastante menos énfasis en el marketing basado en la figura. Si bien no desapareció el cuidado de la imagen, no tiene la importancia de los ‘90", analiza tal vez rememorando a la "avispa" de Carlos Menem, la "cola" de José Luis Manzano o la "Carmela" (tintura) de Carlos Rückauf y Ramón Ortega. Por no mencionar entretejidos históricos.
"Juan Manuel Casella, Carlos Menem y María Julia Alsogaray le daban una importancia especial a su imagen", repasa Rouvier. Casos que este sociólogo contrapone con los de Néstor Kirchner, Evo Morales y Hugo Chávez, en quienes ve dirigentes "no tan preocupados" por ella. Entre el menemismo y la Alianza, la otrora candidata a gobernadora Graciela Fernández Meijide se operó las bolsas de sus ojos. Y la diputada Elisa Carrió emprolijó su cabello e intentó varias dietas para perder peso aunque acabó rindiéndose ante los sánguches de milanesa, que admite devorar con fruición en tiempos de campaña. «

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