viernes, 7 de junio de 2013

periodismo narrativo

Periodismo Narrativo: cómo contar la realidad con los recursos de la literatura’, de Roberto Herrscher

En la segunda edición de su libro ‘Periodismo Narrativo’, el periodista y maestro de la FNPI analiza la historia y la actualidad de esta corriente, y rinde tributo a las plumas que la han hecho posible.  Conozca, además, por qué cree que la crónica no es un género elitista, como algunos lo han llamado.

El periodista y académico argentino Roberto Herrscher publica en España una reedición ampliada y corregida de ‘Periodismo Narrativo: cómo contar la realidad con las armas de la ficción’. El trabajo aparece ahora en la colección Periodismo Activo de la Universidad de Barcelona, y está dedicado a quienes sienten su misma vocación por contar.
La primera edición del libro -publicado en 2009 por la universidad chilena Finis Terrae- fue el resultado de más de veinte años de trabajo periodístico y experiencia académica. La obra trasciende la categoría de manual del oficio, y explora un mapa de los desafíos, los caminos y las posibilidades del periodismo narrativo, repasando el legado de grandes maestros que han aportado al género como Oriana Fallaci, Gay Talese, Tomás Eloy Martínez, Alma Guillermoprieto y Gabriel García Márquez.
Este año, Herrscher continuó construyendo su propio documento sobre esta corriente que no termina de reinventarse. Se percató de que la guía carecía de plumas españolas, y por ello esta actualización, que será presentada en los próximos días en Barcelona y Madrid (Ver fechas en la parte inferior) contará con al menos tres agregados importantes: la inclusión del periodista catalán Josep Pla y el escritor Javier Cercas, y un epílogo del capítulo sobre Ryszard Kapuscinski, dedicado al debate que surgió a raíz de la biografía de Artur Domoslawski.
“Por la vastedad y complejidad de sus obras, destaco los capítulos dedicados a George Orwell, Truman Capote y Rodolfo Walsh. Y creo que he logrado decir algo nuevo, con un enfoque personal, de John Hersey, Gabriel García Márquez y Javier Cercas”, manifestó el autor en comunicación con ‘Nuevos Cronistas de Indias’ sobre esta obra que no descarta volver a reeditar.

La crónica ¿Un género elitista?


Por su experiencia como periodista narrativo y director del máster en periodismo BCN_NY (Universidad de Barcelona y Universidad de Columbia), quisimos conocer su visión sobre algunas conjeturas que se han hecho sobre la crónica.
-Hay quienes piensan que los consumidores de la crónica son en gran parte las “élites” y que el género resulta “costoso”. ¿Está de acuerdo? ¿Qué alternativas plantea para democratizar” el género?
R.H.: Lo más caro en periodismo se hace en televisión. Comparado con un documental, un reportaje escrito es baratísimo. Obviamente un trabajo hecho con tiempo, con viajes, con profundidad, cuesta plata. Muchos nos lo costeamos nosotros mismos: un altísimo porcentaje de los libros de no ficción y grandes crónicas en Latinoamérica no le devuelven a su autor la inversión, sobre todo en tiempo. Lo hacemos porque nos parece importante, necesario, y porque nos sale de adentro. Pero hay medios que invierten en esto, sobre todo en el tiempo libre de sus periodistas.
En el tema de los lectores elitistas, hay que quebrar esa barrera con el mismo camino con el que muchos maestros y maestras llevan a los chicos de escuelas públicas a museos, a conciertos sinfónicos, al teatro, a hablar con escritores y científicos. El que nace en familia rica ya viene al colegio con la cultura mamada de casa. El maestro tiene la obligación de darla como una herramienta de igualación social, que incluye la cultural. Y para mí los periodistas somos maestros de la misma escuela: dar alta literatura al pueblo en nuestras crónicas y reportajes. Eso hacían García Márquez, Walsh, Poniatowska, Roque Dalton, José Martí, Monsivais…
Yo viajo en metro, con los trabajadores que van a la oficina o a la tienda en transporte público. Y son muchos más los que leen gruesos libros que los leen el diario del día. Si hay una historia que los atrapa, la gente lee. Lo decía Martín Caparrós: si escribes cortito porque ya tienes la idea de que a la gente no le gusta leer, a la gente no le gustará leer lo que tú escribes.
-En algunas discusiones, se ha planteado una rivalidad sobre la complejidad y la importancia entre la crónica y el reportaje. ¿Cuál cree usted que concede mayores libertades literarias y de opinión?  
R.H.: Es que en España se llama ‘crónica’ y ‘reportaje’ a cosas distintas a las que significan estas palabras en Latinoamérica. A mí me gusta y me sirve más en mis trabajos y mis clases la división que se hace aquí. El reportaje desmenuza y analiza un tema con recursos narrativos; la crónica, en cambio, es un relato, tiene pulsión narrativa, y también usa el análisis, pero se enfoca en una historia. Cuenta una historia.
¿Cuál tiene más opinión? Normalmente en Latinoamérica la crónica, pero para mí eso no es lo que los divide. Pero por la predominancia del contar sobre el presentar y analizar, la crónica, en su versión americana, usa más recursos narrativos. En la española, la ‘crónica’ es más breve, más ajustada a un hecho noticioso, y por lo tanto en España es menos literaria.
-Algunos cronistas llegan a destacarse por la exigencia que les impone su propia vocación. Cree usted que la técnica influye profundamente como una condición ‘sine qua non’ para formar buenos maestros de la “no ficción”?
R.H.: La técnica es el aprendizaje de ciertos procesos a través de la dedicación intensa, la repetición creativa y una pizca de talento, inspiración y sudor. La técnica es el resultado del trabajo, no viene antes. Para esto de la crónica, junto con salir a la calle y conocer mundo – me refiero a todo lo que está más allá de la puerta de tu casa – hay que leer mucho. Los que usan siempre los mismos adjetivos cansados es que nunca leyeron poesía, y las novelitas que leen, una por año, son best-sellers de adjetivos cansados. La estructura, el fulgor de la prosa, el uso de los diálogos, la presentación de un personaje, la discusión de un tema… Si sólo leemos los diarios escribiremos como escriben todos los que nos rodean. Si sólo leemos los diarios escribiremos como escriben todos los que nos rodean. Y después, cuando tenemos un tema o una historia, leer mucho y ver mucho y preguntar mucho sobre ese tema. Y entonces sí, a sentar el culo y a ver si viene la inspiración.

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