jueves, 20 de junio de 2013

patrimonio de la humanidad en la argentina

Ocho Patrimonios de la Humanidad en Argentina
Un recorrido por selvas tropicales, reservas, escenarios de hielo, ruinas coloniales, rastros milenarios y cerros multicolores.
La reserva natural mendocina de La Payunia ubicada en el departamento de Malargue y postulada para ser Patrimonio Natural de la Humanidad. Foto:Télam
La reserva natural mendocina de La Payunia ubicada en el departamento de Malargue y postulada para ser Patrimonio Natural de la Humanidad. Foto:Télam [ Ver fotogalería ]

Autoridades nacionales de turismo esperan la fecha en la que anunciarán ante la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) la propuesta para declarar el Parque Volcánico La Payunia, en Mendoza, como Patrimonio Natural de la Humanidad.
La reserva natural mendocina de La Payunia contiene el mayor parque volcánico del mundo, con unos 800 conos en 450 mil hectáreas, además de su inigualable laguna salada, ubicada a 2.200 metros de altura, que alberga un sin fin de aves migratorias.
Pero en la Argentina ya existen ocho espacios naturales y culturales de características únicas que fueron declarados por UNESCO como Patrimonios de la Humanidad. Cada uno de ellos con un encanto particular, y en su conjunto conforman un itinerario turístico recomendado especialmente para turistas extranjeros que visitan por primera vez el país.
La propuesta incluye desde paseos culturales, arqueológicos e históricos, hasta las aventuras más extremas para los que buscan unas vacaciones repletas de desafíos. El circuito recorre casi todo el territorio nacional y convoca al descubrimiento de selvas tropicales, parques nacionales, grandes escenarios de hielo, ruinas de la época colonial, rastros de milenarios dinosaurios y cerros multicolores.
MARAVILLAS DEL NORTE ARGENTINO
El circuito argentino por los sitios declarados Patrimonios de la Humanidad tiene su inicio en la provincia de Misiones,  región del Litoral, donde se encuentran dos de ellos.  El primer escenario a recorrer lo constituyen las ruinas de las Misiones Jesuíticas Guaraníes, reconocidas por UNESCO en 1984, las cuales sobrevivieron a feroces enfrentamientos hace más de cuatro siglos. Un recorrido para vivenciar la cotidianeidad que compartían misioneros y grupos aborígenes a los que enseñaron desde el arte y la ciencia, hasta la organización en comunidad.
En total, el circuito alcanza 296 kilómetros a la vera del río Paraná y visita las ruinas de San Ignacio Miní, Loreto, Santa Ana y Santa María. Según la UNESCO, en su conjunto “representan una experiencia económica y socio-cultural sin precedentes en la historia de los pueblos”. Las reducciones, establecidas en la primera mitad del siglo XVII, formaron parte de los 33 pueblos que componían la antigua Provincia Jesuítica del Paraguay.
Las Ruinas de San Ignacio, allí donde las piedras hablan
El segundo escenario de la provincia de Misiones es el Parque Nacional Iguazú, que preserva las famosas Cataratas de Iguazú, no sólo declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad en 1984, por su belleza y gran biodiversidad, sino también elegidas como una de las Siete Maravillas del Mundo. Creado en 1934, el parque se constituye dentro de una gran selva subtropical y abarca unas 67 mil hectáreas, cuyos orígenes se remontan miles de años atrás. Allí, el río Iguazú es el principal brazo de agua que alimenta los más de 250 saltos. Los principales atractivos son el Tren Ecológico, la Garganta del Diablo, la Isla Martín García y el Sendero Macuco.
En dirección al Noroeste del país, se encuentra el tercer sitio protegido como Patrimonio Mundial, en la provincia de Jujuy. Se trata de la Quebrada de Humahuaca, seleccionada por UNESCO en 2003, un extenso valle que se extiende por 170 kilómetros, entre los 2 mil y 4 mil metros de altura sobre el nivel del mar. Situado a poco menos de una hora de viaje desde San Salvador de Jujuy (Capital provincial), el recorrido cultural y arqueológico transita por pequeños poblados de montaña con casas de adobe, antiguas iglesias y ruinas de fortalezas que resisten  al paso de miles de años de historia.
Aromas y colores de la Quebrada del Humahuaca
Entre los atractivos más importantes se encuentran Purmamarca y su Cerro de los Siete Colores, cuyos estratos reflejan diversas edades geológicas; Maimará y su “La Paleta del Pintor”; el Pucará de Tilcara, una población fortificada construida por los nativos omaguacas; el monolito que marca el Trópico de Capricornio, donde cada 21 de junio se celebra el Inti Raymi (Fiesta del Sol); y, Humahuaca, fundada por los españoles a fines del siglo XVI.
RASTROS MILENARIOS EN EL CUYO ARGENTINO
El circuito argentino por sitios declarados Patrimonio Mundial continúa por la región de Cuyo, concentrado en el límite de las provincias de San Juan y La Rioja. Allí, se encuentran el Parque Provincial Ischigualasto y el Parque Nacional Talampaya, los cuales abarcan en total casi 280 mil hectáreas desérticas. El valor más importante de estas áreas es la evidencia fósil continental que conservan, considerada entre las más completas que se conozcan del Período Triásico, hace más de 200 millones de años.
Ischigualasto (San Juan), conocido popularmente como Valle de la Luna, es uno de los principales yacimientos paleontológicos del mundo, donde se avistan restos de vertebrados que habitaron el lugar, rastros de pisadas de saurios y troncos de araucarias petrificadas. El acceso al parque es exclusivamente terrestre, el recorrido es guiado y se extiende entre tres y cuatro horas.
Talampaya (La Rioja) se destaca por sus fuertes contrastes orográficos que conforman desiertos blancos, murallones y extravagantes formas pétreas en color rojizo talladas por la erosión del viento y el agua. Los recorridos visitan El Murallón, con restos de morteros cavados en la piedra y figuras como La Chimenea, Los Reyes Magos, La Catedral y El Monje; Los Cajones; y la Ciudad Perdida, a la que se accede desde un mirador natural a una especie de cráter.
EN EL CORAZÓN DEL PAÍS
El quinto Patrimonio Mundial que recorre el circuito por sitios reconocido por la UNESCO se sitúa en la región del Centro, por diversos puntos de la provincia de Córdoba. Protegidas desde hace más de una década, se trata de la Manzana Jesuítica y el Camino de las Estancias que pertenecieron a la Compañía de Jesús, entre las que se distinguen Jesús María, Caroya, Santa Catalina, La Candelaria y Altagracia. El recorrido se extiende por unos 250 kilómetros de serranías y custodia las históricas obras dirigidas por los misioneros y construidas por las etnias aborígenes que habitaban la zona a principios del siglo XVII.
La Manzana Jesuítica, situada en la ciudad Capital cordobesa, concentra en un solo bloque la Iglesia de la Compañía de Jesús, la Capilla Doméstica, la Residencia de los jesuitas y el Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba, antiguo Colegio Máximo de la Misión. Y las estancias están distribuidas en el interior provincial, donde se cosechaban alimentos y criaban animales. (Lea además: Huellas del pasado jesuita en el país del papa Francisco)
CAMINO AL SUR
La Reserva Natural Península Valdés, declarada en 1999 “Patrimonio de la Humanidad”, es uno de los hábitat privilegiados para la reproducción de la ballena franca austral. Con unas 400 mil hectáreas de tierra y otras 176 mil de mar, logra albergar una gran biodiversidad de flora y fauna única en el mundo. Foto: Telam
En plena Patagonia argentina se encuentran tres de los ocho Patrimonios Naturales de la Humanidad que existen en el país. Allí, el circuito se extiende por las provincias de Chubut y Santa Cruz, donde se descubren algunos de los más visitados destinos turísticos del territorio.
El primer atractivo es Península de Valdés, en la provincia de Chubut, a escasos kilómetros de la ciudad de Puerto Madryn. Unas 400 mil hectáreas de tierra y otras 176 mil de mar sobre el Océano Atlántico, en las que se encuentran una biodiversidad de características únicas en el mundo. El itinerario incluye playas con acantilados de gran valor geológico, cuevas, paseos en mountain bike, navegaciones, buceo y kayak. Uno de los principales atractivos es la fauna marina, cuya población abarca desde ballenas hasta pingüinos magallánicos que se avistan entre junio y diciembre.
Unos cuantos kilómetros más el Sur, aparece la Cueva de las Manos, el segundo Patrimonio Mundial patagónico reconocido por UNESCO en 1999, dentro de la provincia de Santa Cruz. Un lugar de gran importancia arqueológica y paleontológica, cuyas figuras de manos y animales son consideradas las expresiones más antiguas de los pueblos Sudamericanos. Ubicada sobre el río Pinturas, muy cerca de la localidad de Perito Moreno, la cueva mide 170 metros de profundidad y conserva más de 10 mil años de historia.
El tercero, a escasos kilómetros del confín del mundo, es el Parque Nacional Los Glaciares, al sudoeste de la provincia de Santa Cruz. Unas 700 mil hectáreas destinadas a la preservación de una extensa área de hielos continentales y más de 40 glaciares del bosque andino-patagónico austral. En su interior, se encuentra uno de los destinos turísticos más visitados por extranjeros: el Glaciar Perito Moreno, a unos 78 kilómetros de El Calafate, reconocido por el fenómeno de rompimiento que protagoniza cada tres o cuatro años.
EL ÚLTIMO PATRIMONIO MUNDIAL
Baires al compás del tango
Finalmente, el circuito por los ocho lugares naturales y culturales de la Argentina reconocidos por UNESCO incluye al Tango, declarado en 2009 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Un género musical y una danza popular que tiene sus raíces en Buenos Aires (Capital Federal), durante las últimas décadas del siglo XIX, y sorprende hoy en cada esquina porteña. (Leé además: Guía de la “Ruta del Tango” en Buenos Aires)
Con gran influencia de la inmigración europea, el Tango logró transformarse en una verdadera identidad cultural. Por ello, miles de turistas llegan al país en busca de este símbolo nacional, protagonista del entramado urbano en los principales barrios de Buenos Aires. Centros culturales, antiguos salones, cafés y clubes albergan por las noches alguna propuesta tanguera, donde las sensaciones brotan a flor de piel entre pasos, abrazos, miradas y firuletes. Hay milongas, exhibiciones a cielo abierto y cenas con show incluido, por entre 100 y 250 dólares.
Fuente: Agencia Tur Noticias

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