lunes, 17 de junio de 2013

ponencia de ramonet


Ponencia de Ignacio Ramonet, en el marco del II Encuentro de Televisoras Públicas de América Latina, organizado por RTA

"Hay una nueva relación con los medios, ya no somos pasivos"

El profesor emérito de Teoría de la Comunicación en la Universidad de París y director de Le Monde Diplomatique en español disertó en Buenos Aires sobre el rol de los grupos mediáticos y el impacto de las redes sociales. Primera parte de un debate intenso y actual.

Por:
Tiempo Argentino



Luis Alberto Quevedo: –El doble camino de los medios de comunicación: nacen como empresas periodísticas, pero de pronto comienzan a transformarse en poderosos grupos multimediáticos e ingresan en negocios que nada tienen que ver con los medios. De los medios a los negocios es el primer camino. El otro es cuando los empresarios que vienen de los negocios compran medios con claros objetivos políticos y para influir n la agenda pública. ¿Cómo ves esta dinámica en la región?
Ignacio Ramonet: –Lo que señala Alberto me parece particularmente importante. Hemos visto, según las épocas, cómo los medios, en particular los privados, se han constituido en torno a la idea de que precisamente (…) porque tiene éxito va desarrollándose y a partir de ese momento tiene tendencia a constituir un grupo empresarial. La idea de los grupos, además de los grupos multimedias, surge cuando las tecnologías se reducen. La historia de los medios es corta. Yo estoy llegando de Washington. Allí está el único museo de los medios en el mundo: Newseum. Existe hace cuatro o cinco años. Primero: ya es una idea interesante que los medios estén en un museo: ¿los medios pertenecen a la historia o pertenecen al presente? Una verdadera interrogación. Es un museo extremadamente interesante. Esta construido (…)  donde están las grandes instituciones estadounidense, a dos pasos del Capitolio. Y lo que es interesante es que es un museo financiado por los grandes grupos mediáticos privados. Por otra parte, es un museo con mucho interés. Es una verdadera historia de cómo ha funcionado esto. Hay un piso consagrado a la historia de los medios. Acabo de decir que los medios tienen una historia corta. Porque los medios de masas sólo existen desde (…) la segunda mitad del siglo XIX. En ese Newseum la historia de los medios empieza con la invención de la imprenta. Empieza en 1440. Y vamos viendo poco a poco, con ejemplos concretos, cómo ha habido periódicos durante largos períodos. Periódicos del siglo XV, siglo XVI, siglo XVII, aunque no los podíamos llamar periódicos. Pero lo que llamamos los medios de masas, cuando crean opinión y por consiguiente tienen una consecuencia en el funcionamiento de la democracia, en el funcionamiento de las sociedades, es a partir de la segunda mitad del siglo XIX. (…) Durante mucho tiempo la tecnología de difusión de los medios, durante siglos, fue la misma: era la imprenta. Una imprenta sencilla, una prensa porque la imprenta luego se desarrolló. Con el tiempo, cada medio –la prensa escrita, la radio (…) y luego la televisión (…)– hace que tecnologías diferentes produzcan empresas diferentes. Y estas empresas son muy distintas porque la manera de trabajar es muy distinta. (… ) Cada una de estas tres tecnologías desarrollaron tres industrias diferentes. Son tres saberes industriales diferentes, tres maneras de hacer la información diferente y por consiguiente tres tipos de empresas diferentes. Y generalmente no se mezclaban porque eran oficios diferentes. En cambio, cuando se produce la revolución digital, a partir de los años '60, '70, empieza a desarrollarse la informática. En la informática no hay diferencia tecnológica de orden instrumental entre lo escrito, lo sonoro y lo icónico, no hay diferencia porque todo ello se reduce a una ecuación. (…) Entonces donde teníamos tres tipos de tecnologías que tenían historia (…) de repente surge una sola tecnología y entonces se constituyen los grupos multimedia. (…) A partir de ese momento, los grupos empiezan a pensar que se pueden constituir grupos suficientemente importantes como para tener ambiciones que van mucho más allá de las que puede tener un empresario de medios. En los años '60 y '70 vimos aparecer los grandes grupos mediáticos, igual que aparecen las multinacionales, las transnacionales, que también tiene que ver con la financiarización de la economía, el hecho de que la economía dominante pasa a ser una economía inmaterial en vez de una economía material. Pues bien, aparecen los grupos mediáticos. Estos grupos mediáticos no sólo se limitan a ser importantes en una ciudad, sino que son importantes a escala de una región, de un país, de un continente, o del planeta, como es Murdoch. (…) Los grupos mediáticos aparecen en los años '70, '80, con esta voluntad de ser los amos del mundo. Y se crea esta idea de que se puede dominar el conjunto de los medios y que con los medios se puede alcanzar otra cosa. El ejemplo más emblemático de ese itinerario es Silvio Berlusconi. Él pertenecía al universo de la construcción (…). Con el apoyo del presidente del consejo italiano (…) pudo desarrollar una serie de planes de edificación y en esos planes construye barrios enteros, en esos barrios vendía los pisos pero conservaba dos cosas para él: la tienda de distribución de alimentos y la radio o televisión local.  (…) Entonces Berlusconi desarrolla ese sistema y se transforma poco a poco en el hombre más rico de Italia. Siendo el hombre más rico de Italia acapara los medios de Italia. (…) Pasa a ser el hombre más rico de Italia y tiene el principal grupo mediático de Italia, y demuestra que cuando se es el hombre más rico y se posee el grupo mediático más rico, democráticamente se puede ganar una elección. Esa es la demostración brillantísima que ha demostrado varias veces. Ha demostrado hace dos meses que sigue ahí porque posee estos dos elementos fundamentales. (…) El itinerario inverso es que hoy día (…) los medios están en crisis y hay muchos periódicos que ganan poco dinero, tienen menor difusión que antes, muchas radios y televisiones que no tienen tanta publicidad. Está surgiendo una generación de empresarios que vienen de sectores muy diferentes, del petróleo, las materias primas, la Bolsa, y que están comprando medios para tener influencia, únicamente para tener influencia, no para ganar dinero. (…) Esto lo hemos visto a escala internacional.
Pedro Brieger: –Ignacio, ¿no hay una contradicción en plantear una crisis de grandes medios y por otro lado ver una participación política creciente de los grandes medios, convirtiéndose, en el caso concreto de América Latina, en remplazante de los partidos políticos (…)?




IR: –(…) Los grupos mediáticos hoy piensan cómo diversificarse o desembarazase de medios. Pero siguen teniendo poder. El caso de América Latina es particular a escala internacional. Primero por la historia de los medios en América Latina. La radio y la televisión se han desarrollado en la región sobre el modelo estadounidense, sobre el modelo privado. Entonces son históricamente las oligarquías dominantes en América Latina las que además de dominar diversos sectores ligados a la producción y a la exportación han dominado los medios. (…) En cierta medida para confortar su poder económico y a la vez político. En la medida en que en América Latina tenemos estos tres aspectos muy ligados: son prácticamente las mismas familias, las mismas clases las que tienen el poder económico, el poder político y el poder mediático. Y hay una especie de articulación entre los tres. Entonces cuando después de las experiencias neoliberales surge a partir de finales de los años '90 una generación nueva de políticos a través de América Latina (…), surge una especie de reapropiación de la historia nacional, la historia popular, el destino del país y una voluntad de justicia social que el continente entero estaba reclamando desde hacía más de un siglo. Es la idea de la segunda independencia de América Latina. (…) Ahí vemos cómo los medios que pertenecían a estos grupos asumen la función de oposición política. El caso más emblemático es el que se da en Venezuela el 11 de abril del 2002 cuando se le da un golpe de Estado a Chávez. (…) Antes mismo de que hablase de socialismo, en el momento en que está haciendo una política reformista (…). En ese momento ya la oligarquía considera que Chávez se les ha ido de las manos. Porque ellos pensaban que Chávez iba a ser una marioneta más de la oligarquía. (…) Así fue como en aquel momento la oligarquía se dijo 'no lo podemos controlar, lo vamos a derrocar'. ¿Y cómo lo van a derrocar? Ya no existían los partidos Copei y Acción Democrática, que eran los grandes partidos de la democracia de la cuarta República, pues van a utilizar a los medios y los medios son los que van a montar una especie de atmósfera general que va a crear las condiciones en base a mentiras, en base a manipulaciones, para que haya un golpe de Estado con intervención de los militares. Efectivamente, hay una voluntad de estos medios de sustituir los partidos políticos y de asumir de alguna manera esa función. (…) Esto es lo que se repite en muchos lugares. ¿Por qué? Porque los dueños de los medios forman parte de la misma categoría social o clase social que posee el resto, la economía del país y que ha poseído el poder político durante tanto tiempo. Y hoy en día consideran que los medios son el elemento que les va a permitir mantener esta renta de situación. Lo que está ocurriendo también es que estos gobiernos, todos ellos, han decidido cambiar el modelo mediático. El modelo latinoamericano es un modelo basado en el de Estados Unidos. Allí los medios los han creado los emprendedores privados (…). No es el caso de Europa, donde el Estado fue el que construyó las redes de radiodifusión, las redes de televisión, y quien ha tenido siempre una presencia muy importante en los medios (…). En Francia, la radio y la televisión eran monopolio del Estado, no había radio ni televisión privada hasta François Mitterrand. (…) La norma es que sea el Estado quien tiene el control. No quiere decir que domine el contenido aunque también lo ha hecho. (…) Había un solo telediario para todo el país. Estoy hablando hasta los años '80 en Francia. En América Latina ha sido exactamente lo contrario. Y hoy es legítimo que los gobiernos consideren que es necesario que haya un mayor equilibrio también, que el monopolio de lo privado se rompa y que el Estado tenga también su espacio público. Ese espacio público es el que se está conquistando actualmente en el conjunto de América Latina, dando lugar a la misma resistencia que dio la oligarquía poseedora de la tierra ante toda tentativa de reforma agraria. En América Latina hablar de reforma agraria hasta hace muy poco era exponerse a un golpe de Estado. (…) Hoy día lo que está ocurriendo es que estos gobiernos están tratando de hacer una reforma mediática, que suscita una resistencia desesperada de los latifundistas mediáticos que consideran que tienen ahí el arma con la que van a defender sus otras ventajas, evidentemente el poder económico tradicional histórico y el poder político en la medida que lo tenga. Este es el debate al que asistimos en toda América Latina. Con diferencias aquí o allá. Aquí se puede focalizar en torno a un grupo, como es el caso en Argentina del Grupo Clarín. En Brasil es el caso en torno al Grupo Globo. En otros países no es en torno a un grupo en particular es el conjunto de los medios el que tiene esta actitud. Pero de hecho estamos viendo que el movimiento es un movimiento de justicia mediática, además natural. (…)
LAQ: –Nos quedamos con esa frase: la reforma agraria provocó golpes de Estado y hoy (…) la reforma mediática también provoca las mismas iras en los mismos poderosos. Me temo que la reforma agraria en el siglo XXI provocaría las mismas reacciones. Ignacio, quiero sacarte un poquito de los partidos, de las empresas, de las estrategias de poder fuerte y llevarte a los ciudadanos. Porque en tu libro, La explosión del periodismo, tenés una hipótesis fuerte: Internet, las nuevas tecnologías han herido de muerte o por lo menos lo han herido fuertemente a los medios de comunicación que conocimos en el siglo XX. Sobre todo, la prensa gráfica pero también la radio y la televisión tal como la conocimos en su momento. Y decís que entre otras consecuencias está la diferencia del posicionamiento del ciudadano respecto a esto. Aparece un nuevo ciudadano que está interesado no solamente en recibir información, opinión, análisis, sino participar de ese espacio público mediático. Hay, le llamás, un web ciudadano, (…) prosumidor, una mezcla de consumidor y productor. A ese ciudadano lo ves más activo, sos optimista respecto a ese ciudadano.
IR: –Este es el gran cambio en el que estamos. Hoy día el panorama mediático no es el que evocamos hasta ahora. En el panorama que evocamos hasta ahora, donde hay medios y ciudadanos, parece que los unos, los medios, tienen la posibilidad de emitir y los ciudadanos sólo tienen la posibilidad de recibir. Y por consiguiente el único discurso público, que se oye, es el emitido por los medios. No sabemos muy bien lo que hace el receptor con lo que recibe. Ese es otro aspecto. Ese universo es el que ha cambiado.  (…) Internet ha roto esa configuración. (…) Cada ciudadano en la medida en que está dotado de un teléfono inteligente, (…) con el que tenemos acceso al correo electrónico, a la televisión, puedo hacer mi blog, puedo acceder a Facebook, twittear. Cada uno de nosotros ahora tiene potencialmente en su poder la CNN. Cada uno de nosotros es una emisora poderosísima porque puede comunicar con el planeta entero. Entonces es evidente que eso cambia las reglas de juego. Ya no podemos decir que soy únicamente pasivo. (…) Desde el desarrollo de Internet yo puedo intervenir. Yo en el libro digo que antes había los "medios soles", medios muy poderosos que tenían la facultad de hacer gravitar en torno ellos todo lo demás, en particular a los ciudadanos. Y nosotros seguimos fascinados con eso: decimos mira lo que ha dicho el periódico hoy. Pero ya nadie ve eso. Cada día menos. Aquí el diario es Clarín. Clarín cada vez tiene menos lectores. No es porque lo haya decidido Cristina. Es una ley mediática.




PB: –Pero siguen marcando la agenda periodística y política...
IR: –Sí, no cabe duda.  Pero las cosas están cambiando. Les doy un ejemplo. El presidente Obama hizo su campaña para las elecciones de noviembre pasado. No dio ninguna entrevista a la televisión. No le dio ninguna entrevista a la prensa. Todo lo hizo por Twitter. Y ganó. ¿Cuántos seguidores tiene Obama en Twitter?  Más de 27 millones.  ¿Qué son 27 millones de personas en Estados Unidos? Más que todo el público que mira todos los telediarios de la noche de Estados Unidos. Y más que todos los lectores que leen los 75 periódicos más importantes de EE UU. Estamos en un universo en el que el dirigente tiene una interacción directa con las personas. Los 27 millones de followers reciben un mensaje de Obama. Directamente para ellos. Pueden contestar. Es evidente que hoy día el panorama cambia. ¿Qué hemos visto con la primavera árabe? ¿Con los indignados? Estamos viendo que las sociedades se autoorganizan de otra manera. Se crean lo que se llama las redes sociales, a través de estos medios. Ahora el problema, en los países donde la libertad de expresión no está en duda como Gran Bretaña, es el siguiente: si cada uno de nosotros tiene potencialmente y mediáticamente la capacidad de intervenir de la CNN, si hay leyes para los medios, también se van a aplicar a mí. ¿A qué llamamos medio si yo también soy un medio ahora? Entonces hoy día el gobierno de Gran Bretaña se plantea no sólo el prohibir sino traducir ante la Justicia a algunas personas que han utilizado Twitter y han enviado cierto tipo de mensaje. (…) Al ser cada uno un medio ya tenemos una relación diferente con los medios y por otra parte ya no podemos tener un discurso exclusivamente victimista. Porque ya no somos sólo pasivos. También podemos organizarnos. Es lo que yo llamo los "medios polvos". El polvo puede de vez en cuando tener la estrategia del enjambre. El enjambre se reúne, hace masa, y en ese momento puede intervenir.
PB: –(…)Vos decís: Obama llega directamente a cada uno y cada uno puede ser un medio. Ahora cuando fueron las manifestaciones en Wall Street que usaron mucho toda esta estrategia Twitter y las redes sociales, si no mostraban las imágenes en el centro de Nueva York gran parte de la población de EE UU no se enteraba siquiera que ellos existían.
IR: –Es justo. Pero gran parte de la población también se entera por los medios sociales. La Fox cada vez tiene menos audiencia.
PB: –Pero una imagen vale más que mil palabras.
IR: –Sí, pero la imagen la puedes tener mediante tu celular también en las redes sociales. Puedes difundir las imágenes a través de tu página de Facebook o por tu blog. Y la puedes hacer difundir por tu red de información. El momento en el que estamos, como diría Gramsci, un mundo está derrumbándose, otro mundo está naciendo, pero en este momento los dos están coexistiendo. Por ejemplo, la CNN es un canal que tiene cada vez menos audiencia. La Fox también. La Fox ha sido el modelo de todos estos medios golpistas latinoamericanos. No se dice suficientemente. La Fox ha sido el modelo Neocon, el modelo que ha lanzado la idea de que la información no ha de ser objetiva, que la información debe ser militante, una información de ataque, una información exclusivamente de agresión. Ellos crearon el Tea Party. Contrariamente hoy día en América Latina, cuando los gobiernos progresistas están intentando crear medios públicos, el argumento de la oposición conservadora es decir “ustedes están creando medios que van a ser gubernamentales, la voz de expresión del gobierno, van a ser partidarios”. Pero el origen de los medios de combate es la Fox, concentrando los ataques sobre una persona, durante campañas seguidas. Lo hicieron en particular contra Obama. Por el momento siguen teniendo una audiencia importante. Pero la realidad es que todas las audiencias de los telediarios ha bajado muchísimo. EE.UU es un país de 300 millones de habitantes. 27 millones no son todos los americanos que ven el telediario por la noche. Muy poca gente ve el telediario. Ahora tenemos mucha gente frente a las pantallas, las tabletas, los teléfonos, el ordenador, las computadoras.  Pasamos mucho tiempo en las redes. (…) En el Newseum, donde hay un nivel consagrado a los medios sociales, ellos ponen en el exterior del edificio como para decir somos la institución de los medios, las portadas de todos los diarios de EE UU, los diarios en papel. Porque aún estamos muy apegados a esta idea de que los medios son los diarios, cuando cada día hay menos diarios. (…) Hay una cuestión que se plantea y Pedro formula muy bien que es que a pesar de que las redes sociales son importantes, sin embargo, con excepción de lo que ocurrió en Túnez y Egipto, pero que es mucho más complicado (de analizar), en ninguna parte estos movimientos organizados por las redes sociales han conseguido una victoria.
LAQ: –Pedro y yo somos hombres del siglo XX y nos cuesta entrar en este nuevo código. Obama tiene 27 millones de seguidores yo tengo 132 personas que me siguen en Twitter. En las redes sociales el fuerte impacto que tienen emisores como Obama en el fondo buscan el broadcasting, la gran audiencia. Son tan fuertes que actúan como un “sol”. No son el granito de arena. Entonces, los ciudadanos que tenemos esa capacidad de tener iniciativas y de utilizar las redes sociales (…) ¿qué  capacidad tenemos de producir grandes convocatorias?
IR: –Hay un caso muy interesante, aquí en Argentina se ha estudiado muy bien, que es el de Beppe Grillo en Italia. Porque Italia se encuentra en una situación que recuerda algo a la situación que vivió Argentina hace 14 años, el “Que se vayan todos”. En Italia hay esta idea de que finalmente la democracia, que es una idea muy extendida en Europa hoy día, con la crisis económica tan brutal que esta dejando fuera de combate efectivamente a millones de trabajadores, pero sobre todo, a prácticamente la mitad de la generación de los jóvenes que se encuentra sin futuro, que se encuentra emigrando actualmente. Me imagino que muchos vendrán a la Argentina, pero está la idea de que es una crisis económica, social, pero también política, una crisis de la democracia y de la política. Con la idea de que esta democracia, (…), no digo que sea así pero es lo que se ha difundido, es una democracia ejercida por un grupo privilegiado: los congresistas, los diputados, los ministros, etc, que tienen muchas ventajas con respecto al ciudadano normal, ventajas en término de seguridad de empleo, de sueldos prioritarios, de corrupción (…). Entonces hay como un rechazo por parte de de una parte de las sociedades europeas de ese funcionamiento de la democracia y la política. En ese contexto es donde interviene el discurso de Beppe Grillo. Pero el discurso de Grillo es curiosamente interesante en este sentido: él piensa, y las estadísticas lo demuestran, de que el rechazo social de las élites políticas esta también el rechazo social de las élites mediáticas. Es decir que la gente dice que los periodistas y los políticos son lo mismo. Son cómplices y ellos son los que nos venden este modelo que sólo funciona para su propio beneficio. Entonces Grillo hizo la campaña legislativa en Italia. (…) Bepe Grillo se presenta y hace una campaña sin ir a la televisión. No da una sola entrevista en televisión, no da una sola entrevista a ningún periódico italiano. Sólo a periódicos extranjeros. No va a ninguna radio, sólo hace su campaña con su blog, ni siquiera por las redes sociales. Y va por las plazas de los pueblos y va viendo a la gente de verdad. Así obtiene el 25% de los votos. Sale como partido, no como coalición, número uno de Italia. Los nuevos medios, las redes, funcionan. Hoy día no está demostrado que hacer una campaña en los grandes medios sea más eficaz que hacerla en las redes sociales: he dado dos ejemplos, Obama y Grillo.

 

 

 

"No sabemos cuál es el destino de la televisión"

CONFERENCIA MAGISTRAL DE IGNACIO RAMONET. Segunda parte. Para el director de Le Monde Diplomatique en español, "la información sigue siendo dominada por las grandes potencias occidentales". El caso de Telesur como una forma de responder a la "despolitización". 

Por:  Tiempo Argentino



 Pedro Brieger: –Hace muchos años, el Informe McBride señalaba la hegemonía de la información de determinados medios ubicados en Europa y EE UU. Vos podrías decir que frente a Reuters uno podría apelar a todo lo que circula por YouTube para crear algo alternativo y contrarrestarlo. Sin embargo, no parece ser el caso. Treinta años después del Informe McBride, el grueso de la información que circula sigue estando en los medios europeos y norteamericanos...

Ignacio Ramonet: –Estoy totalmente de acuerdo. Evidentemente, lo que citaba el Informe McBride como fuente de información ya no son las mismas, muchas agencias han desparecido, pero el análisis de fondo sigue siendo correcto. El mundo de la información sigue siendo un mundo dominado esencialmente por las grandes potencias occidentales que siguen teniendo desde ese punto de vista una supremacía. No quiere decir que de vez en cuando no haya información que pueda venir de Corea o de las nuevas potencias tecnológicas. Pero hemos visto progresos. En particular en América Latina, evidentemente Telesur. ¿Qué es Telesur? Es la respuesta al Informe McBride. Este informe sostenía que el Tercer Mundo se nutre de información producida por el Primer Mundo, que tiene por objetivo mantener al Tercer Mundo en un estado de dominación. A eso responde Telesur. Es un proyecto mucho más político y avanzado que Al Jazeera. Se trata de que América Latina produzca y consuma su propia información. Esto es lo que se dice una empresa de liberación mediática (…) Por eso, cualitativamente Telesur es un avance espectacular. También lo son las televisiones públicas, puesto que aquí estamos reunidos para eso, y las radios públicas. El proyecto de crear un sector público de la comunicación y de la información es también un proyecto de liberación. Así lo entiendo yo. Y es una manera de responder al Informe McBride en la medida de que antes había cuatro agencias de información que producían el 80 por ciento de la información que era consumida en el mundo. Hay avances. Al Jazeera es un poco particular porque no está hecha en un proyecto de este tipo sino por un país, Qatar, que tiene sus propias ambiciones y está lejos de ser una democracia pero que representó la idea también de que en el mundo árabe hubiese también una voz árabe que informase al mundo árabe de la información tal como la veían los árabes. Al Jazeera, cuando se creó, utilizó a los mejores profesionales árabes que fueron traidos de Inglaterra o EE UU. La idea era hacer una información más profesional para que, en un primer tiempo, se le diera confianza a la propia audiencia de que los árabes también pueden hacer una información de calidad. En ese sentido también era una respuesta al Informe McBride.

Luis Alberto Quevedo: –Empezamos hablando de las empresas periodísticas, del mundo comercial, de los negocios y del periodismo y la información (NdelR: Parte I). Recién te metiste con otro actor que es el Estado. Quería saber, en esta región que has caracterizado al principio, donde los gobiernos progresistas populares han sido asediados por las grandes cadenas y corporaciones mediáticas que tienen ese modelo Fox, estos mismos Estados han tenido iniciativas en materia de comunicación con distintos modelos y han tenido además iniciativas legislativas para tener marcos regulatorios, ¿cómo ves esa dinámica de los Estados en la región?

–Como decía antes, me parece que es una manera de cambiar un poco el statu quo que existía y que era muy dominante por parte de las empresas privadas. Había que salir de esa situación. Creo que forma parte de una concepción más general de la apropiación cultural. De la idea de identificación cultural, personalización de la cultura, una manera de reivindicar lo propio. A propósito de Telesur, hay que recordar que no es sólo un canal de información como lo es Al Jazeera, es mucho más complejo, donde se presentan ficciones, canciones, documentales, etc. Es un canal mucho más rico, en ese sentido no es sólo la reapropiación de la información sino también la reapropiación de la cultura. En esta participación del Estado está la reivindicación de tipo cultural. Hay la necesidad de dignificar la cultura que se produce, salir del subdesarrollo cultural, salir de la dependencia cultural, que fueron las grandes batallas de los años '60 y '70. Hay toda una generación que ha sido formada en esas batallas y que con la llegada al poder, por fin, de digamos, gobiernos libres, se da paso a la realización de este aspecto. Yo creo que en ese sentido el Estado tiene aquí un lugar fundamental. Y está muy bien que el conjunto, como aquí el encuentro de las televisiones públicas, establezcan relaciones, intercambios, etc., para que estos canales públicos alcancen las grandes audiencias que deben alcanzar. Es evidente que un canal público no debe contentarse con existir. No debe ser el único objetivo. Debe ganar las grandes audiencias y, para ganarlas, hay que trabajar. La suerte es que América Latina es un continente de grandes creadores (…) Es evidente que las televisiones deben y pueden recuperar todos esos talentos. La idea del canal público, en mi opinión, es que deber estar hecho por los mejores profesionales. Así es como se puede salir del esquema dominante. Hoy, en la era de las megatecnologías, ¿cuál es el destino de la televisión? No sabemos cuál es el destino de la televisión. Es obvio que de aquí a diez años la televisión no será la que hoy. Hay ahora una especie de articulación entre Internet y televisión. La pantalla que vamos a tener en el salón será más grande, más llana y no vamos a poder distinguir lo que hacemos con Internet y lo que hacemos con la televisión. ¿Y la televisión será programas o será la que yo me programe? Está YouTube, lo que me puedo descargar de la nube.

PB: –Sigue habiendo una hegemonía norteamericana en esto que estás planteando.

–Sí, pero en EE UU el tema central hoy es este que estoy citando. Quién va a producir. Van a producir ahora las nuevas empresas de televisión y no los grandes canales que están en vías de extinción. Los jóvenes ya no ven la televisión. La televisión es sinónimo de encierro familiar. Entonces, es obvio que eso ya no funciona. Y los jóvenes hacen sus propias televisiones. Consumir imágenes seguro que se van a seguir consumiendo. Cómo es otra cosa. Y lo que llamamos televisión es algo que está perdiendo sentido, en el sentido semántico de la palabra. No es una cosa con un programa que empieza a las ocho y termina a las dos de la madrugada. Ya no va a funcionar así. Por otra parte, llega la 3D. Google está preparando las gafas para tener el Google 3D. El último televisor que compré me lo vendían con gafas 3D porque las próximas emisiones van a llegar en 3D, además de en alta definición. Entonces, estamos en un momento en que es interesante que las televisiones públicas estén a la vanguardia (…) Nada se mueve más que la comunicación. Y cuando cambia la comunicación, cambia todo. Es un parámetro que tiene una capacidad de distribución muy importante. Es un hecho social total.

PB: –Lo que estás planteando me recuerda a aquello con que tanto insististe 15 años atrás: la desinformación y la censura. Esto de que hay una sobreabundancia de información que no nos permite discernir. Ahora estás planteando que cada uno podrá elegir. Me da la sensación de que cada uno podrá elegir, pero más desde lo lúdico y menos en lo político-informativo. (…) Ante este escenario, ¿cómo hacemos para informar de manea diferente y además en procesos tan polarizantes desde lo político? ¿Cómo se politiza al público?

–El problema es que estamos en un universo en el que la despolitización es el objetivo. De hecho, ya está conseguido. Globalmente, hay una despolitización (…) En el nuevo contexto hacia el que vamos, yo no estoy diciendo que sea mejor que el otro, estoy constatando cómo se mueve el sistema, lo que aparecen son nuevos actores. Antes hemos dicho que los grandes grupos dominaban la información, Murdoch, la CNN. Hoy día casi no tienen influencia. La CNN no tiene recursos y se nota. Evidentemente, ya no funciona. ¿Cuáles son los actores de hoy? Google, Facebook, Twitter son los grandes grupos, que además son grandes grupos bursátiles. Son hoy quienes hacen la política mediática. Por consiguiente, vamos a un universo en el que hay mucha menos centralidad. Como para otras cosas, la politización será la que uno se dé el esfuerzo de conseguir. Un discurso centralizado, político-dominante, será el de la despolitización, superficialización, la trivialización de la política en las informaciones que circulan (…) Ese tipo de información es el que se va a imponer. Estamos viendo en muchos países que es una información de tipo polémico y que se desarrolla. En casi todos los países la información más rentable es la información que opone a dos dirigentes políticos, que crea un conflicto entre el presidente y tal tipo de la oposición. La prensa de información está llena de ese tipo de información. Son las más rentables porque funcionan como una miniserie. Eso dura diez días. Fulano ha dicho esto de mengano en el interior del mismo partido. Y todos los editorialistas reaccionan sobre esto. Cambiamos de país y se ve exactamente lo mismo. Esto no hace avanzar la comprensión general del problema. Pero da la impresión de que hay una hiperpolitización pero microscópica.  

LAQ: –Nuestra impresión es que en América Latina, en los últimos diez años, se han vivido un proceso de repolitización, de volver a colocar a la política en un lugar importante. El neoliberalismo la había ubicado casi como una mala palabra. En realidad, el destino de nuestras sociedades depende de la política, en el sentido positivo. No sucede lo mismo en Europa. 

–La pregunta es por qué ha sucedido esto en América Latina. Mi tesis es que ha ocurrido aquí porque quienes han defendido esa concepción de la política ha sido una generación de líderes muy excepcionales. Pocas veces en la historia se ha visto surgir en un continente al mismo tiempo una generación de líderes como los que hay actualmente en América Latina, que va desde Lula a Cristina pasando por Evo, Correa, Chávez, Dilma, etc. Y quienes han politizado en definitiva la sociedad son los discursos de esos líderes. Cada uno de esos dirigentes que he citado tiene una gran capacidad para interesar al gran público con el relato político de lo que se está haciendo, de lo que se va a hacer, una manera de encantar a la sociedad, de presentar un proyecto de futuro, que de hecho se está realizando. Y la gente palpablemente lo ve. ¿Quién ha politizado a la sociedad venezolana que tan despolitizada estaba? Porque hemos conocido a la Venezuela anterior a Chávez, una sociedad despolitizada a base de consumismo elemental. Fue Chávez con su relato, con su palabra. Lula hizo lo mismo en Brasil. Néstor y Cristina luego aquí. Pepe Mujica en Uruguay. Correa es un extraordinario orador, que explica la política. El milagro es que millones de personas se interesan por eso. Y millones de personas se han politizado y han tenido conciencia de sus derechos. No han sido los periodistas quienes los concientizaron. Ha habido unos líderes que se han improvisado como presentadores de su propia información porque sabían que no podían contar con los medios. Han tenido ellos que hacer el telediario todos los días. Y lo han conseguido (aplausos). Quiero decir que el primero que hizo eso, el modelo a seguir, fue Fidel Castro. «

 

Definiciones publicadas ayer

 

"Los gobiernos tratan de hacer una reforma mediática, que suscita una resistencia de los latifundistas mediáticos."

"Es legítimo un mayor equilibrio, que el monopolio de lo privado se rompa y que el Estado tenga también su espacio público."

"Cada uno de nosotros tiene potencialmente en su poder la CNN, puede comunicar con el planeta entero."

 

 

Latinoamérica

 

Líderes

Para Ignacio Ramonet, la resistencia a la despolitización surge en Latinoamérica gracias a la aparición de "una generación de líderes muy excepcionales".

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario