viernes, 7 de junio de 2013

documento

Encuentro de FOPEA por el Día del Periodista

El Foro de Periodismo Argentino realizó un encuentro por el Día del Periodista. Del mismo participaron más de 100 periodistas de diferentes provincias y medios. Como parte de la actividad se presentó un documento titulado "Los periodistas decimos ¡BASTA!" y la campaña "Si me callan, no te sirvo" que consta de tres spots referidos al Día del Periodista. Spot 1 - Spot 2 - Spot 3.
7 de junio de 2013
Los periodistas decimos ¡BASTA!
Frente a los peligrosos enfrentamientos desatados entre distintos actores de la sociedad y que han tenido como protagonistas y/o víctimas a los propios periodistas, desde FOPEA decimos:
- Basta de caza de brujas sobre los periodistas por el medio en el que trabajan, sean públicos o privados.
Desde hace años venimos sufriendo hostigamientos, cuestionamientos y descalificaciones por la empresa en la cual prestamos tareas. El periodista sirve al interés público, nunca a objetivos sectoriales ni personales, y considera a la información como un bien social.
- Basta de discusiones entre periodistas por cuestiones que no tengan que ver con su desarrollo profesional.
La relación interpersonal se ha deteriorado al punto de la ruptura de largas amistades, a partir de diferentes enfoques, lecturas y análisis de la realidad cuando una de las labores de los periodistas es desarrollar una mirada amplia de la sociedad. El pluralismo y la tolerancia son valores esenciales de la profesión.
- Basta de mercenarios en la prensa, pagos para desautorizar y enlodar a los trabajadores de prensa.
La tarea del periodista debe estar dirigida a cubrir las necesidades informativas de la sociedad, para que cada persona pueda entender lo que pasa y tomar las mejores decisiones según sus intereses individuales y colectivos. No somos los sujetos de la información sino quienes la buscamos y contamos.
- Basta de agravios, con el solo objetivo de ensuciar al que piensa distinto o al que trabaja en un medio con el que no se comparte su pensamiento.
Las descalificaciones a los periodistas por la empresa en la cual trabaja son una prolongación más de una intolerancia social generalizada, donde el disenso no está permitido. La consolidación de un discurso único, cualquiera sea su contenido, tendrá como consecuencia una sociedad más débil y manipulable.
- Basta de presiones a las fuentes de trabajo de los periodistas, a través del uso discriminatorio de la publicidad oficial, sea a nivel nacional, provincial y/o municipal.
La publicidad estatal no atiende actualmente a la obligación constitucional de rendir cuentas a la ciudadanía de los actos del Estado, sino que es una herramienta de premios y castigos para condicionar el discurso de los medios. Esta estrategia se agravó en este año con las imposiciones a empresas privadas para que dejen de publicitar en determinados medios o lo hagan exclusiva o preferencialmente en otros.
- Basta de confundir los intereses que puedan tener las empresas periodísticas con el desarrollo legítimo de nuestra profesión.
Los periodistas reivindicamos nuestra independencia de criterio hacia adentro y hacia afuera de las empresas, con el objetivo de obtener una información completa, exacta y diversa y de brindarla a la sociedad.
- Basta de disfrazar de información la posición editorial dentro de los medios, sean públicos o privados.
Uno de los principios irrenunciables para mejorar la calidad periodística es la distinción clara y expresa de los géneros periodísticos, para separar la opinión de la información, y ambos de la publicidad y de la propaganda. La confusión de estos campos es una manipulación inadmisible.
- Basta de campañas, persecuciones y escraches contra periodistas.
Los casos de hostigamiento público a periodistas generan un alto grado de violencia social, que se profundiza cuanto menor es la cantidad de población donde vive el trabajador. La descalificación pretende silenciar al que piensa distinto, e impide debatir las ideas diferentes para buscar puntos en común.
- Basta de amenazas, presiones y agresiones hacia los periodistas de todo el país y de los más diferentes medios.
En el relevamiento de las agresiones a la prensa del año pasado, se registraron 172 casos, el 41% más que en 2011. De ese total, 50 fueron agresiones físicas o psíquicas y 42 fueron amenazas. Y este año la proyección no es tranquilizadora: ya registramos el mayor número de periodistas lesionados en un mismo hecho de toda la historia de FOPEA, con la represión en el hospital Borda, donde fueron heridos 16 colegas.
- Basta de discriminaciones en el acceso a la información a los periodistas por trabajar en una empresa u otra.
Durante 2012 registramos 13 casos de restricciones al acceso a la información o de impedimento de cobertura de eventos públicos a determinados periodistas, principalmente por el medio en el cual trabajan. También hubo 12 episodios de censura directa. En todos estos casos, el principal afectado es la sociedad en su conjunto, que dejó de enterarse de lo que estaba pasando o se quería difundir.
- Basta de atropellos a la libertad de conciencia de los periodistas y a los condicionamientos a su tarea, sea esta en medios públicos o privados.
Desde hace años, impulsamos la sanción de una cláusula de conciencia por parte del Congreso, que le permita a los periodistas desarrollar su tarea sin temor a represalias laborales. Solicitamos a los legisladores que cancelen esta deuda.
- Basta de precarización laboral en la prensa, algo que vuelve más difícil la tarea de los periodistas.
Reclamamos un sueldo digno, que garantice el bienestar de los periodistas y de sus familias y que le permita ejercer su profesión en las mejores condiciones posibles.
- Basta de usar los espacios de formación como trincheras políticas defensoras del pensamiento único.
La formación de los futuros periodistas debe basarse en la interpretación de la realidad desde múltiples y diferentes lecturas.
- Basta a un clima que sólo daña la calidad de la información que se brinda a la ciudadanía y, con ello, al sistema democrático.
Un valor esencial asumido por los periodistas que suscriben al Código de Ética de Fopea es el respeto a los principios de la democracia, con una actitud activa de compromiso en la búsqueda de la verdad y de darle un tratamiento honesto a la información.
Estamos insertos en una sociedad donde, cada vez más, las diferencias se resuelven de modo violento y en la cual el poder tolera, cada vez menos, una actividad periodística profesional que no sea condescendiente o servil, o esté sometida a intereses políticos o económicos alejados de la esencia de la profesión.
Desde FOPEA exigimos respeto a nuestra tarea y a nuestras personas. Decimos Basta a los intentos de destruir una profesión que está en el núcleo íntimo de la democracia, a 30 años de haberla recuperado. Esta no es una tarea de algunos, sino que es un hecho colectivo, al que aportamos desde nuestro lugar en la sociedad.

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