jueves, 8 de marzo de 2012

Ángela, con “botines fosforescentes”

Lerena es una de las tres periodistas mujeres que llegó al Fútbol para Todos. “Ahora, la lucha es otra, es por el lugar de prestigio”, dice. Su historia.
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Ángela Lerena, en el campo de juego. Ángela Lerena, en el campo de juego.
No llegaron hasta ahí por ser mujeres. Tampoco por ser exclusivamente lindas ni para llenar un cupo políticamente correcto y zanjar con un golpe de efecto la discusión sobre la igualdad de género en un deporte históricamente enunciado y representado por varones. Están ahí porque desde hace años vienen dando pequeños pasos, porque sienten pasión por el fútbol, porque son profesionales, la experiencia las avala y, por sobre todas las cosas, porque saben de lo que hablan.
Fútbol Para Todos (FPT) arrancó el 2012 con una novedad que despertó las críticas de algunos, la admiración de otros y la esperanza de muchas chicas que aspiran a conjugar periodismo y fútbol a futuro: la inédita incorporación a la transmisión de partidos por televisión abierta de tres mujeres. Mientras Viviana Vila comenta desde la cabina, Ángela Lerena cubre el campo de juego en Primera División y Mariana Lamas lo hace en Primera B Nacional. En diálogo con 442, Lerena contó su experiencia y el significado que tiene, tanto a nivel social como a nivel personal, su desembarco en FPT.
Abriendo caminos. “Ser mujer y haber llegado a hacer los comentarios de campo tiene un significado especial en varios sentidos”, explica Ángela. Y arranca con el primero. “Darle un lugar así a la mujer que es realmente futbolera, la que ama al deporte y al periodismo y lo toma como una profesión y no como un camino hacia otra cosa, abre un espacio”. Entonces -piensa- se trata de un logro simbólico que pudo palpar en los mensajes que estas semanas le llegaron de otras mujeres: “Ahora sí me animo a estudiar periodismo deportivo”, por ejemplo, o “ahora tengo más esperanzas”.
“Nosotras sufrimos el machismo, la discriminación y la misoginia desde hace muchos años. Cada vez menos pero se sigue sufriendo. Si los hombres jóvenes pueden ver que la mujer puede hablar bien de fútbol, ser convincente y ponerle dedicación, también ellos van a crecer con una mirada de la mujer más abierta”. La pelea hoy, entonces, no es ya tanto por lograr un lugar en sí –cada vez son más las mujeres en los canales deportivos- sino que pasa por reafirmarse como profesionales: “Ahora la lucha es otra, es por el lugar de prestigio. Por eso es importante FPT”. Un aporte de fondo, no de forma.
Inferiores. Para entender la pasión de Ángela, bien vale volver a la tierna infancia de una niña criada en el seno de una familia poco futbolera. ¿El primer recuerdo? A los cinco años le preguntaron de qué cuadro era y ante la ignorancia acudió a un tío que no sólo le dio una respuesta sino que también le heredó su amor por un club. A partir de ahí, el fútbol se apoderó de ella. “Leía la sección deportes del diario, buscaba la tabla de posiciones para ver cómo iba mi equipo. Después, cambie la revista infantil por la de deportes. Pasé de Billiken a El Gráfico”. También llegaron los partidos en la cancha, la camiseta debajo del uniforme, los posters de los equipos en el cuarto, el metódico estudio de esquemas tácticos y jugadores y el sueño de llegar ahí, donde está hoy.
“Construí mi identidad alrededor del fútbol”, analiza Ángela. “Estudie comunicación social en la UBA, pero decidí cursar también periodismo deportivo para tener una alternativa más, y el fútbol me agarró a los 19, cuando me llamaron de TyC Sports. Desde entonces, siempre trabajé de esto”, explica. Pese a las dificultades que debió enfrentar por ser mujer, poco a poco Lerena comenzó a producir en canales deportivos, cubrir equipos, seguir campañas –su mejor recuerdo, el 2000: final de Copa Libertadores y viaje a Japón para cubrir, por Copa Intercontinental, Boca-Real Madrid-, conducir en TV, en radio, ser columnista y trabajar como redactora en un diario. Hoy, además de FPT, conduce ESPN Report y los informativos de SportsCenter en ESPN Radio.
Repercusiones. Ángela debutó en el campo de juego en el partido que Lanús le ganó 4 a 1 a San Lorenzo. Los mensajes de apoyo fueron infinitos; también hubo críticas constructivas y ataques directos por ser mujer. “Me molesta el que dice ‘las mujeres no pueden hacer transmisiones de fútbol’. Que digan no me gusta, no me acostumbro, está bien, porque depositan el problema en ellos. El que dice rotundamente ‘no pueden’ es bastante violento”, analiza. Y agrega: “Todos lo naturalizamos. Si se lo dicen a una persona extranjera o de otra religión sería escandaloso, si se lo dicen a una mujer esta socialmente aceptado que te lo tenés que bancar”.
Sin embargo, al hecho de saberse más observada por ser mujer, de trabajar bajo presión porque los errores resaltan más si la voz es femenina, Ángela le encuentra un beneficio. “Ser mujer es como jugar con botines fosforescentes. Vos ponés un jugador con botines fosforescentes y todo el mundo lo distingue, cada error que se manda lo chiflan, pero después todo el mundo sabe que jugó. A la mujer involuntariamente le pasa esto: todos la van a estar mirando. Cada cosa que no sale del todo bien en un partido me la marcan por Twitter, setenta personas, cada una. Pero están todos pendientes de lo que hago”.
Hay equipo. La llegada de tres mujeres a FPT no es consecuencia exclusiva del trabajo individual de cada una de ellas. Se trata, además, de un logro que emerge del trabajo en conjunto de todas aquellas que buscaron hacerse un lugar en los medios deportivos, más aún para hablar de fútbol. “La mayoría de las que estamos en esto nos conocemos y nos apoyamos. Hacernos un lugar en este trabajo lo tomamos realmente como una militancia de género y hace muchos años nos dimos cuenta de que lo que más nos va a ayudar a todas es tirar juntas para el mismo lado”. Por eso, quizá, dice que cualquiera haya sido la elegida para FPT, la felicidad hubiera sido la misma.
Ángela también recibió el apoyo de muchos otros periodistas consagrados, varios de ellos referentes para ella en el periodismo deportivo, con quienes trabajó o aprendió de escucharlos. “Juan Pablo Varsky es para mí el mejor periodista deportivo. Fernando Pasini, Alejandro Fabbri, Ezequiel Fernández Moores, Alejandro Apo. Víctor Hugo Morales es un hombre que siempre incluyó aspectos extra deportivos a su trabajo y yo admiro al que puede combinar el deporte con la vida que nos rodea. Y Alejandro Klappenbach, quien me enseñó mucho de todos los deportes olímpicos”. Hoy son en su mayoría mujeres, pero quizá, en el futuro, también los hombres mencionen a Ángela Lerena como un ejemplo a seguir. El profesionalismo -se sabe- no es cuestión de género

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