Motorola Razr D1 y D3: smartphones económicos, y con televisión
Tecnología
Probamos los dos nuevos equipos económicos de la compañía; uno de ellos incluye sintonizador de TV digital y analógica
En mayo último Motorola presentó en el país dos smartphones económicos, el D1 y el D3. Estuve probando ambos. Los venden las tres operadoras. En la Web de Personal, sin embargo, ambos equipos figuraban sin stock al momento de escribir estas líneas; el D1 tiene un precio de 899 pesos en Movistar y de $ 1049 en Claro; y el D3 en Claro figura a 1599 pesos.
Los teléfonos son muy parecidos, y siguen la línea inaugurada con el RAZR original de 2012 (que a su vez toma su nombre del RAZR de 2004, el más exitoso de la compañía), aunque son más parecidos al RAZR i (de hecho es fácil confundirlos de un vistazo). No tienen espalda de kevlar, pero siguen la misma estética y posicionamiento de los botones (bloqueo y volumen al costado derecho, los tres botones capacitivos en la base, rodeados de tornillos laterales para darle firmeza a la carcasa).El RAZR D1 tiene una pantalla de 3,5 pulgadas (320 x 480 pixeles), un chip de un núcleo a 1 GHz, 1 GB de RAM, 4 GB internos con ranura microSD, cámara de 5 megapixeles (graba video en VGA) y batería de 1785 mAh.
Y tiene televisión digital, acompañando al empuje que el Gobierno le está dando en los móviles ; a diferencia de otros modelos, no tiene antena telescópica, sino que usa un cable que va al conector del auricular. Funciona admirablemente bien, sobre todo porque sintoniza canales de aire convencionales y digitales; y si no interesa la función alcanza con esconder el icono de la aplicación y ya.
El RAZR D3, por su parte, tiene un chip de doble núcleo a 1,2 GHz, 1 GB de RAM, pantalla de 4 pulgadas (800 x 480 pixeles), 4 GB de almacenamiento interno (con ranura microSD), NFC, una cámara de 8 megapixeles que graba video en 720p y una batería de 2000 mAh.
Los dos equipos tienen 3G, Wi-Fi, GPS y radio FM -inusual en Motorola-. Ambos corren Android 4.1.2 y se actualizarán, según Motorola, a Key Lime Pie. Y funcionan muy bien. La interfaz es la misma que los demás RAZR, que es bastante recatada en cuanto a modificar el aspecto de Android; lo más notorio es un panel de control que siempre está a la izquierda del primer escritorio, con los controles de Wi-Fi, Bluetooth, datos, etcétera. El resto no cambia demasiado del Android base -más allá de los iconos y alguna otra cosa- y está muy bien, porque no recarga el móvil con aplicaciones que no interesan; la tienda de Android tiene de todo.
Son equipos económicos, y no lo esconden, pero tampoco se sienten baratos. Son lo que son: smartphones de gama media y baja para quien no necesita el poder o la sofisticación de un Galaxy S4, un Optimus G o un Lumia 920 (o no puede pagar algo así). Con el procesador incluido Android no tiene mayores inconvenientes en manejar todas las tareas encomendadas. El gigabyte de RAM ayuda, claro, y el D3 es más ágil que el otro gracias a que tiene dos núcleos en vez de uno.
En ambos casos el procesador es provisto por MediaTek, un fabricante chino de chips que ha crecido bastante en los últimos años. ¿Hay equipos más rápidos? Sin duda. Pero son más caros.
La pantalla es decente, y la relativamente baja resolución no molesta en ese tamaño. La calidad de las fotos capturadas está bien -nunca fue un fuerte de Motorola- pero hay mejores. Diría que es una cámara regular sin menospreciar ese adjetivo; son cámaras correctas, que además suman la función HDR (para combinar imágenes subexpuestas y sobreexpuestas) y tienen mejor sensibilidad en situaciones oscuras que antes.
Ambos sobrevivieron una jornada con una sola carga de batería -una característica que comparten con el resto de los miembros de la familia-. La del D1 es removible; la del D3 no.
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