CFK analiza terminar con el luto en medio de la campaña electoral
Se lo recomendó su equipo de asesores para mostrar un “cambio de era”. El publicista Martín Mercado aparece detrás de la idea. Fotos.
Imagen. En un spot de campaña en 2011 ya se la había visto sin luto. Bajó de peso en las últimas semanas. | Foto: Cedoc
Pero para el grupo de creativos que asesora a la Presidente, casi tres años es demasiado y le recomiendan aggiornar su imagen para la campaña, vital para la continuidad del kirchnerismo.
Uno de los ellos es Martín Mercado, director creativo de Young & Rubicam, una de las agencias de publicidad más grandes del país. El es el estratega detrás de la comunicación de una parte importante del relato de Cristina. Trabajó en la campaña de 2011 y es una de las estrellas de la publicidad local. Recibe con frecuencia llamados desde la casa de Gobierno.
Un funcionario que tiene línea directa con la Casa Rosada confirma que la idea es mostrar un “cambio de era” en la figura más importante del kirchnerismo, sobre todo en el medio de las elecciones legislativas, vitales para los dos años que restan de la administración de CFK. En los últimos días se especuló con que a partir del 22 de julio, la fecha oficial del inicio de la campaña de publicidad audiovisual, podría develarse un spot con la inédita figura de la Presidenta sin el luto.
La idea encontró una excelente justificación “no electoral” en el nacimiento del primer nieto de Cristina, Néstor Iván. Qué mejor excusa para terminar con el luto que la celebración del advenimiento de un nuevo Kirchner.
Nueva etapa. Sin embargo la idea no es nueva. En 2011, Angel Luis “Pucho” Mentasti –un prestigio publicista y director de cine que se hizo conocido por realizar el videoclip “Matador”, de los Fabulosos Cadillacs–, trabaja desde hace años para el Gobierno y ya había recomendado que era hora de terminar con las reminiscencias a Néstor en la imagen de CFK.
Quizá la prueba más cabal fue una de las últimas piezas gráficas de la campaña presidencial de 2011 –“La Fuerza de un pueblo”–, donde la primera mandataria aparecía de espaldas y con un vestido claro. Fueron pocos los que notaron esa sutileza en medio de la campaña.
Uno de los asesores más importantes de la cúpula de comunicación del Gobierno confirma que en estos días se trabaja en esa idea, pero aclara, casi como un mensaje que debe transmitir, que la palabra final la tiene una sola persona: Cristina. “Ella está en cada detalle, elige, corrige y define todo”, describe y recuerda que ni Juan Manuel Abal Medina –Jefe de Gabinete y responsable de la comunicación presidencial– ni Fernando Braga Menéndez, el más conocido de los publicistas oficiales, pueden bajar el martillo en una decisión como esa.
Hay otra variable vital en el plan para “relanzar” la imagen de Cristina. La verdadera campaña electoral empieza después de las elecciones primarias del 11 de agosto, con el resultado real de hacia donde va el flujo electoral. Quitarle el luto a la presidenta o cualquier decisión de peso sobre su imagen está sujeta al resultado de su candidato en Provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, todavía con altos niveles de desconocimiento.
Si bien algunos encuestadores –no sólo los que trabajan para el Gobierno– comienzan a detectar que se achica la brecha entre el candidato de Cristina y Sergio Massa, del Frente Renovador, el resultado de las PASO es clave para que la Presidente juegue fuerte en la campaña.
Según un sondeo sobre 4 mil casos en Provincia que terminó el jueves pasado un importante consultor, el intendente de Tigre promedia los 35 puntos de intención de voto, mientras que Insaurralde trepó a los 28. Hace un mes la diferencia era de más de diez puntos en la misma encuesta. Hoy apenas es de siete. Está claro que eso no significa que sea una tendencia cristalizada, sobre todo de cara a las elecciones de octubre, pero desacelera la ansiedad de los creativos que piden que Cristina se juegue todo en la campaña. Además, si el kirchnerismo no hace una muy buena elección, el plan es que todo el peso del fracaso no caiga sobre la Presidenta, sino sobre las espaldas del hoy ultrakirchnerista, Daniel Scioli.
Ella o los otros. Aquellos que planifican una campaña saben que en general el electorado “castiga” a los dirigentes en las elecciones legislativas. Pero el kirchnerismo necesita hacer una buena elección para no perder las mayorías parlamentarias que legitiman al “modelo”, sobre todo en los dos años quedan hasta 2015.
Por eso la estrategia discursiva de campaña intentará convencer a los votantes que no es lo mismo elegir a cualquier candidato porque los diputados son vitales para impulsar las leyes que quiere el kirchnerismo. Uno de los que planifica la campaña lo ilustra con claridad: “En el Congreso se dirime el futuro estratégico del país”. Sobre esa premisa orbitará la campaña que ya promociona una frase sugerente: “En la vida hay que elegir”. Ahora el kirchnerismo busca bajar el nivel de confrontación y llama al electorado a “elegir”. ¿Entre qué? Entre dos modelos de país: uno que, se presume, defiende reivindicaciones populares y otro que responde a intereses corporativos.
Del resultado de esa bisagra discursiva depende la fuerza con que avance el plan para terminar con el luto de Cristina Fernández.
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