viernes, 20 de junio de 2014

La huella de los Incas

La huella de los Incas

El área de contenidos audiovisuales del CONICET rueda, con la participación del actor Boy Olmi, un documental sobre
las ruinas del Shincal, la "Cuzco argentina".

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La Cuzco de Argentina" es el centro de la escena. En el sitio arqueológico que fuera el centro incaico más importante del sur del continente y que hoy alberga las ruinas del Shincal de Quimivíl, dentro del departamento de Belén, cerca la localidad catamarqueña de Londres, se está gestando un documental. Seis meses después del comienzo de la puesta en valor de este territorio histórico, el actor Boy Olmi viajó hacia allí para ponerle cuerpo y voz a un trabajo impulsado por la productora de contenidos audiovisuales del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). "Es un patrimonio arqueológico importantísimo pero, por razones del márketing científico, aún no sabemos de su real magnitud. Hace un tiempo yo ni siquiera sabía que los incas habían llegado hasta ahí. Eso ocurrió algunos años antes del descubrimiento de América", describe a Tiempo Argentino. 
Tras más de 30 años de investigación de campo, los arqueólogos concluyeron que las piedras sobre piedras de las ruinas del Shincal formaron, hacia mitad del siglo XV y durante otros cien años, la capital meridional del imperio inca y uno de sus primeros centros en Latinoamérica, a raíz de lo imponente de su arquitectura y de lo estratégico de su ubicación. Incluso hablan del lugar como una reproducción de Machu Picchu, a menor escala. 
Olmi pasó una semana en esa Londres soleada y sin niebla que tiene Catamarca y se preparó con algunas lecturas. "Pero estando en el lugar, conversando con la gente y los antropólogos que estaban en tema, se logró darle verdad y fluidez al contenido", asegura la voz del documental, que disfrutó esos días de sumersión en el pasado, sin internet, televisión o celular. Dice que los motivos por los que hace unos años incursiona en la comunicación tienen que ver con "vincular la información dura con el manejo emocional o poético que puede tener algo que proviene más del arte que de la ciencia". Para Olmi, su entrenamiento actoral puesto al servicio de una información académica "da como resultado que la información llegue de una forma más amena e interesante, además de ir acompañada de una reflexión personal; la información no alcanza si no conmueve al espectador".
El documental forma parte de las actividades de la flamante productora de contenidos del CONICET, cuyos realizadores, en su mayoría provenientes de la industria cinematográfica, buscan diferentes temas dentro de las investigaciones de la institución para generar con ellos productos televisivos de divulgación. Esos contenidos están pensados para las señales Pakapaka, Encuentro y Tec TV; alguna de ellas reproducirá el documental del Shincal cuando esté listo, en septiembre próximo. 
Juan Pollio, su director, revela que "el proyecto surgió de una propuesta de investigadores de CONICET y la Fundación Azara, a partir de la cual se empezó a contactar a los arqueólogos que trabajaban en el lugar". El primer rodaje se concretó en noviembre del año pasado, y en las últimas semanas se concretó una segunda etapa, con Olmi y un grupo de arqueólogos. Para el director, "el modo de relatar de Boy va a ayudar a que el lugar sea recorrido de un modo particular".
Como le ocurrió al conductor del programa, Pollio y su equipo de realizadores también se conmovieron ante el paisaje que encontraron en Catamarca. "El lugar es impactante. Recorrer esos cerros aterrazados, que cumplían roles ceremoniales y que todavía están ahí, es increíble", dice el director, y revela que aún restan las tareas de montaje y posproducción gráfica, "para que los lugares sean reconocibles para cualquiera que lo vea, además de los arqueólogos".
El aprendizaje también se cuenta entre los objetivos del documental del CONICET, pero no sólo el que refiere a incorporar datos históricos, sino aquel que permita sumar la sabiduría de aquel pueblo originario. "Ellos –resume Boy– manejaban una relación con la naturaleza, con la vida y con la muerte de la que hay que aprender bastante. La idea es que nada de todo esto nos sea indiferente."  «



Saber y valorar
Rodolfo Raffino, doctor de la Universidad de La Plata e investigador del CONICET, encabeza la investigación desde los años ’80, cuando los arbustos cubrían El Shincal. Actualmente se encarga también de la puesta en valor del sitio arqueológico.


1300 metros
El Shincal está en el departamento de Belén, en el extremo sur del valle de Hualfín, a 1300 metros de altura y a 280 kilómetros de San Fernando del Valle de Catamarca.

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