“Es angustiante pensar que La Colifata puede desaparecer”
Publicado el 13 de Diciembre de 2011Por
Para Tiempo Argentino
Así lo expresó su director, Alfredo Olivera. Por la crisis del euro dejaron de recibir aportes desde Europa y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires interrumpió, sin aviso, su ayuda.
La utopía está en el horizonte.” Las palabras de Eduardo Galeano traducen el desafío que la organización no gubernamental La Colifata –la radio de los internos y ex internos del Hospital Borda– lleva adelante desde 1991. En el año de su vigésimo aniversario, el festejo se vio opacado por la situación económica que está viviendo. Desde hace un año, ya no reciben financiamiento de ningún tipo y la deuda no ha dejado de crecer. La suma ya supera los 140 mil pesos y necesitan ayuda para seguir creando situaciones de encuentro entre los usuarios de la salud mental y la comunidad. “La peor discapacidad, en un sistema neoliberal, es la discapacidad del dinero”, reflexiona Hugo, un ex interno que hace análisis político y está en tratamiento en La Colifata.
La calle Ramón Castillo 375 no se parece a ninguna otra del barrio de Barracas, porque ahí se levantan los muros y las rejas que rodean el edificio gris del Hospital Borda. Todos los sábados, en un galpón ubicado en el centro del neuropsiquiátrico, se emite la radio La Colifata. Para acceder a este espacio hay que transitar largos pasillos de paredes descascaradas, donde los tonos grises le ganan la batalla a los colores. Así, se llega al patio de la institución y el lugar donde el espacio de la radio se reconoce con facilidad por sus paredes adornadas con pequeños espejos de colores.
Mientras los colifatos organizan los equipos para llevar adelante su ritual sabatino, que empieza a las tres de la tarde y termina a las 8 de la noche, Alfredo Olivera, el director de La Colifata, exterioriza su preocupación: “A pesar de nuestros 20 años de lucha, la circunstancia que atravesamos es muy compleja. Llevamos más de un año sin financiamiento y es angustiante pensar que de mantenerse esta situación, el proyecto puede desaparecer.”
El prestigio de ser la primera radio en el mundo que se transmite desde un hospital neuropsiquiátrico le permitió a La Colifata poder financiarse con dinero que provenía del exterior. “En los últimos tres años, el 85% del presupuesto venía de afuera, principalmente de Francia y España”, explicó Olivera, pero ese apoyo se cortó como consecuencia de la crisis en la Unión Europea. Y agrega: “Del 15% restante, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires financiaba cerca del 12% a través de una pauta, pero a partir de este año lo interrumpieron sin mediar explicación.”
Hoy la situación es preocupante porque hace un año que los números cambiaron y no tienen ni para pagar la luz. El personal se redujo y de los diez profesionales rentados a fines de 2010 –psicólogos, psiquiatras, comunicadores–, sólo permanecen cuatro. “En mi caso, hace más de un año que no cobro. De hecho, una de las integrantes de La Colifata recibió una herencia y esos fondos los cedió para que podamos sostener el proyecto”, dice Olivera.
Desde la radio se apoyó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y, a fines de 2010, cuando se promulgó la Ley Nacional de Salud Mental, la presidenta Cristina Fernández recibió a los colifatos en la Casa Rosada para expresarles su apoyo. Así, arrancaron 2011 con una buena perspectiva. “Pensábamos que al estar a punto de cumplir 20 años, después de tanto esfuerzo, iba a llegar nuestro momento de tranquilidad”, cuenta Olivera. “Comenzamos 2011 con dos líneas de ayuda, una tenía que ver con una suma mensual a través de pauta y el desarrollo de un subsidio de nuevas tecnologías. Si bien este fue aprobado en marzo, a través de la Secretaría de la Presidencia, se ejecutó la sexta parte de la totalidad. Con esa suma, pudimos comprar sólo el 60% de un nuevo transmisor, pero si no llega el resto del dinero vamos a perderlo.” Desde febrero estaba establecida la ayuda económica mensual, pero llegó recién en septiembre, a través de pauta. Olivera observa: “El problema es que percibimos sólo el 20% del monto establecido. Si saliera una mínima ayuda mensual que nos permitiera sostener una ONG pequeña, como es La Colifata y pudiésemos obtener todo el subsidio, estaríamos generando condiciones para que el proyecto sea autosustentable. En todo este tiempo no lo hicimos público para que no nos utilicen. No queríamos ser idiotas útiles de otros. Este pedido de colaboración, lo hacemos con mucho respeto hacia el gobierno nacional.”
Desde la génesis de La Colifata, habita el signo de la resistencia y la búsqueda de una libertad que para muchos estaba perdida. “Éramos paralíticos de la mente, no estábamos preparados para la lucha del manicomio de afuera. Acá estamos aprendiendo a largarnos a caminar, a pensar solos. A ser actores de la vida, no simplemente espectadores. Mientras haya un sistema basado en el comercio, siempre vamos a tener dificultades”, reflexiona Hugo. Si el arte es la actividad en la que el ser humano exterioriza ideas o emociones, las obras de La Colifata son expresiones de libertad. Los colifatos necesitan ayuda para seguir en su lucha diaria. La utopía está en el horizonte y sirve para caminar. <
Cómo colaborar
La Asociación Civil La Colifata, Salud mental y Comunicación depende de diferentes fuentes de financiamiento para desarrollar su tarea y es posible colaborar a través de donaciones por banco, o a través de la tarjeta de crédito. En la página web <http://lacolifata.openware.biz/presentacion.cgi?wAccion=vertopico&wIdTopico=7> o directamente en <www.lacolifata.org> hay opciones varias y seguras para poder ayudar a ese colectivo de trabajo.
Ante cualquier duda, comunicarse al 4554-4356 o a la casilla de mail: <lacolifataorg@gmail.com>.
Para Tiempo Argentino
Así lo expresó su director, Alfredo Olivera. Por la crisis del euro dejaron de recibir aportes desde Europa y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires interrumpió, sin aviso, su ayuda.
La utopía está en el horizonte.” Las palabras de Eduardo Galeano traducen el desafío que la organización no gubernamental La Colifata –la radio de los internos y ex internos del Hospital Borda– lleva adelante desde 1991. En el año de su vigésimo aniversario, el festejo se vio opacado por la situación económica que está viviendo. Desde hace un año, ya no reciben financiamiento de ningún tipo y la deuda no ha dejado de crecer. La suma ya supera los 140 mil pesos y necesitan ayuda para seguir creando situaciones de encuentro entre los usuarios de la salud mental y la comunidad. “La peor discapacidad, en un sistema neoliberal, es la discapacidad del dinero”, reflexiona Hugo, un ex interno que hace análisis político y está en tratamiento en La Colifata.
La calle Ramón Castillo 375 no se parece a ninguna otra del barrio de Barracas, porque ahí se levantan los muros y las rejas que rodean el edificio gris del Hospital Borda. Todos los sábados, en un galpón ubicado en el centro del neuropsiquiátrico, se emite la radio La Colifata. Para acceder a este espacio hay que transitar largos pasillos de paredes descascaradas, donde los tonos grises le ganan la batalla a los colores. Así, se llega al patio de la institución y el lugar donde el espacio de la radio se reconoce con facilidad por sus paredes adornadas con pequeños espejos de colores.
Mientras los colifatos organizan los equipos para llevar adelante su ritual sabatino, que empieza a las tres de la tarde y termina a las 8 de la noche, Alfredo Olivera, el director de La Colifata, exterioriza su preocupación: “A pesar de nuestros 20 años de lucha, la circunstancia que atravesamos es muy compleja. Llevamos más de un año sin financiamiento y es angustiante pensar que de mantenerse esta situación, el proyecto puede desaparecer.”
El prestigio de ser la primera radio en el mundo que se transmite desde un hospital neuropsiquiátrico le permitió a La Colifata poder financiarse con dinero que provenía del exterior. “En los últimos tres años, el 85% del presupuesto venía de afuera, principalmente de Francia y España”, explicó Olivera, pero ese apoyo se cortó como consecuencia de la crisis en la Unión Europea. Y agrega: “Del 15% restante, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires financiaba cerca del 12% a través de una pauta, pero a partir de este año lo interrumpieron sin mediar explicación.”
Hoy la situación es preocupante porque hace un año que los números cambiaron y no tienen ni para pagar la luz. El personal se redujo y de los diez profesionales rentados a fines de 2010 –psicólogos, psiquiatras, comunicadores–, sólo permanecen cuatro. “En mi caso, hace más de un año que no cobro. De hecho, una de las integrantes de La Colifata recibió una herencia y esos fondos los cedió para que podamos sostener el proyecto”, dice Olivera.
Desde la radio se apoyó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y, a fines de 2010, cuando se promulgó la Ley Nacional de Salud Mental, la presidenta Cristina Fernández recibió a los colifatos en la Casa Rosada para expresarles su apoyo. Así, arrancaron 2011 con una buena perspectiva. “Pensábamos que al estar a punto de cumplir 20 años, después de tanto esfuerzo, iba a llegar nuestro momento de tranquilidad”, cuenta Olivera. “Comenzamos 2011 con dos líneas de ayuda, una tenía que ver con una suma mensual a través de pauta y el desarrollo de un subsidio de nuevas tecnologías. Si bien este fue aprobado en marzo, a través de la Secretaría de la Presidencia, se ejecutó la sexta parte de la totalidad. Con esa suma, pudimos comprar sólo el 60% de un nuevo transmisor, pero si no llega el resto del dinero vamos a perderlo.” Desde febrero estaba establecida la ayuda económica mensual, pero llegó recién en septiembre, a través de pauta. Olivera observa: “El problema es que percibimos sólo el 20% del monto establecido. Si saliera una mínima ayuda mensual que nos permitiera sostener una ONG pequeña, como es La Colifata y pudiésemos obtener todo el subsidio, estaríamos generando condiciones para que el proyecto sea autosustentable. En todo este tiempo no lo hicimos público para que no nos utilicen. No queríamos ser idiotas útiles de otros. Este pedido de colaboración, lo hacemos con mucho respeto hacia el gobierno nacional.”
Desde la génesis de La Colifata, habita el signo de la resistencia y la búsqueda de una libertad que para muchos estaba perdida. “Éramos paralíticos de la mente, no estábamos preparados para la lucha del manicomio de afuera. Acá estamos aprendiendo a largarnos a caminar, a pensar solos. A ser actores de la vida, no simplemente espectadores. Mientras haya un sistema basado en el comercio, siempre vamos a tener dificultades”, reflexiona Hugo. Si el arte es la actividad en la que el ser humano exterioriza ideas o emociones, las obras de La Colifata son expresiones de libertad. Los colifatos necesitan ayuda para seguir en su lucha diaria. La utopía está en el horizonte y sirve para caminar. <
Cómo colaborar
La Asociación Civil La Colifata, Salud mental y Comunicación depende de diferentes fuentes de financiamiento para desarrollar su tarea y es posible colaborar a través de donaciones por banco, o a través de la tarjeta de crédito. En la página web <http://lacolifata.openware.biz/presentacion.cgi?wAccion=vertopico&wIdTopico=7> o directamente en <www.lacolifata.org> hay opciones varias y seguras para poder ayudar a ese colectivo de trabajo.
Ante cualquier duda, comunicarse al 4554-4356 o a la casilla de mail: <lacolifataorg@gmail.com>.
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