Con respeto por las identidades
El Consejo Superior de la UBA trató dos proyectos en comisión. La propuesta de los decanos y profesores logró mayoría, frente a la de los estudiantes. Podría votarse el próximo miércoles.
El respeto a la identidad de género avanza como proyecto en la Universidad de Buenos Aires. El Consejo Superior analizará el miércoles que viene, en su última sesión del año, una propuesta que obtuvo dictamen esta semana en la Comisión de Interpretación y Reglamento, cuyo propósito es “superar en la cotidianidad la divergencia entre la identidad de género formalmente documentada y la autopercibida”. El texto no establece un procedimiento único para hacerlo, sino que reconoce a las facultades y al Ciclo Básico Común la aptitud de instrumentarlo de modo independiente. Así, se habilitaría a las personas trans a identificarse al interior de la universidad con los nombres que cada quien haya adoptado. A su vez, la UBA “exhorta al Senado a dar sanción definitiva al proyecto de ley sobre régimen para el reconocimiento y respeto a la identidad de género en tiempo y forma”, después de que Diputados diera media sanción a la iniciativa.
Con apoyo del claustro estudiantil, el proyecto original fue presentado por la vicepresidencia de la FUBA, el Movimiento Sur y organismos defensores de las lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGTB). Tras ser debatida el miércoles pasado en la Comisión de Interpretación y Reglamento del Consejo Superior, esa propuesta obtuvo un dictamen de minoría. El despacho de la mayoría avaló una propuesta alternativa, apoyada por decanos, profesores y graduados. Con todo, se espera que la semana que viene, cuando se reúna el Consejo Superior, se alcance consenso en torno de una única propuesta.Según la interpretación de la vicepresidenta de la FUBA, Agustina Eroles, ambos textos en debate “significan un paso adelante para construir una UBA diversa, libre de discriminación”. Pero Eroles también expresó a este diario la preocupación de que sólo se “recomiende a las facultades establecer mecanismos para aceptar la identidad de género autopercibida”, en lugar de proponer una “intervención más directa”. Por eso, los alumnos esperan agregar sobre tablas modificaciones al dictamen de mayoría. Además, el miércoles se movilizarán al Rectorado para apoyar la sanción de la norma.
En diálogo con Página/12, la decana de la Facultad de Derecho, Mónica Pinto, presidenta de la Comisión de Interpretación y Reglamento, buscó disipar las dudas: “La libertad de cada facultad será determinar cómo lo hace, ya que cada una recibe distintos caudales de gente, por lo que no podemos tener procedimientos únicos –dijo–. Pero el proyecto es asertivo”, de modo que, de aprobarse, todas las facultades deberán respetarlo. No obstante, Pinto advirtió que por ahora sólo se obtuvo un despacho de comisión, y que “habrá que esperar el voto del consejo en su conjunto”. Además, remarcó la necesidad de que el Senado complete la media sanción que la Cámara baja aprobó a fines de noviembre.
Mientras, dos estudiantes trans recibieron el 22 noviembre un fallo favorable de parte de la jueza en lo Contencioso Administrativo de la ciudad de Buenos Aires, Elena Amanda Liberatori, que hizo lugar a la petición cautelar de las alumnas y ordenó a la UBA a que “proceda a la identificación de las mismas, en todos los actos y registros de dicha casa de estudios” por “los nombres que corresponden a su verdadera identidad”.
En el campo de la educación superior, el respeto a la identidad de género fue instalado por la Universidad Nacional de Córdoba, que en octubre pasado aprobó por unanimidad una resolución que fijó la obligación de todas las unidades de admitir la identidad autopercibida de los miembros de la comunidad académica. Una semana después tomó la misma decisión la Universidad Nacional del Litoral y luego las siguieron con medidas similares las universidades de la Patagonia Austral y del Comahue. Ahora parece que llega el turno de la UBA.
Informe: Agustín Saavedra.
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