EL AVANCE DEL LIBRO ELECTRÓNICO
La semana pasada Google anunció la disponibilidad de su tienda de libros electrónicos en cinco países de America latina, entre ellos Argentina. Esto implica que los usuarios locales, además de descargar juegos y aplicaciones, también podrán adquirir ebooks. El catálogo de Google Play Books, a simple vista, es similar al de las mesas destacadas de cualquier gran librería: novelas de Cortázar y Vargas Llosa; guías de capitalismo zen a cargo de Robert Kiyosaki. Algunos títulos son gratuitos; otros con un precio levemente más accesible que sus versiones en papel; también existen ediciones que se encuentran agotadas en su soporte físico.
La noticia, por lo demás, parece preanunciar un desembarco. Android, el sistema operativo para móviles de Google, es el más utilizado en América latina. Si bien Google Play Books está disponible también en iOS, este dato revela que los servicios de la empresa de Mountain View son en nuestra región tan demandados como promisorios. Google es una marca tatuada en el cerebro latinoamericano, y su penetración es una seductora puerta para los negocios. No sería extraño que Books sea el mascarón de proa para el futuro alunizaje de otros servicios, como Google Music, por ejemplo.
Pero además esto abre una luz en el futuro del libro electrónico en nuestro país. Google Play es una tienda de aplicaciones ampliamente visitada; la aparición de la pestaña “Libros” es la promesa de una plataforma mainstream de comercialización de ebooks que finalmente logre alcanzar cierta popularidad. Más allá de algunos inconvenientes, nunca antes un usuario argentino tuvo un acceso tan directo e intuitivo como ahora.
Sería absurdo “descubrir”, a horas del inicio de 2014, el lugar que tiene el libro electrónico en nuestra cultura. Tras una resistencia inicial, que incluyó místicos defensores del “aroma del papel impreso”, hoy proliferan argentinos y argentinas con dispositivos electrónicos de lectura en sus manos. Todavía falta, y mucho, es cierto, pero hoy se descargan y se leen libros digitales de forma “natural”, y el ebook es una realidad palpable. Ya no se trata sólo de una “actualización forzosa” a la era digital; se trata de acompañar al libro a un nuevo mundo donde las posibilidades de producción y consumo son mucho más amplias.
En las mismas horas en que arribaba Google Play Books a la Argentina, en el Centro Cultural Matienzo se presentaban los nuevos libros de la editorial digitallos-proyectos. El sello, comandado por la escritora, bajista y gurú electrónica, Cecilia Cez Espósito, está lanzando por estos días nuevos títulos de Manuel Alemián y el autor de Escolástica Peronista Ilustrada, Carlos Godoy quienes, junto a Carlos Ríos, se suman a un catálogo que ya integran Marcelo Cohen, J.P. Zooey, Inés Acevedo y más.
“los-proyectos nació de una inquietud primordial: hacer buenos libros y hacerlos con los nuevos medios a disposición”, asegura Cez, para quien el objetivo es publicar relatos cortos que aprovechen los tiempos breves de lectura sin por eso prescindir de la calidad. “Diariamente estamos expuestos a objetos digitales, entonces a los-proyectos le imprimimos un doble aspecto: juntar autores, concretar un catálogo con diferentes modos de decir y mostrarlo con un tono a la vez íntimo pero comprehensivo, amplio y atractivo; por otro lado, hablar sobre las tecnologías del libro y la edición, como una estética, una búsqueda, un aprendizaje continuo.”
Los-proyectos forma parte de una serie de editoriales que hoy publican sólo en digital o con un oído fino en ese mundo, como Determinado Rumor, Blatt & Ríoso el Centro de Estudios Contemporáneos, entre muchas otras. Se trata de sellos que hacen de lo digital una herramienta de promoción, experimentación y acceso a nuevas formas de ficción, poesía, ensayo y otros géneros diversos y mutantes.
La presentación en el Matienzo, como dato de color, estuvo coronada por uno de esos cortes de luz típicos de diciembre. A pesar del presunto conflicto entre un evento “electrónico” y la ausencia de electricidad, Alemián recitó a dúo con la poeta Gabriela Bejerman y Cez dio una suerte de keynote desenchufada en donde detalló qué tiene para aportar el formato electrónico. “Puede ampliar el horizonte; promocionar la lectura; ofrecer lo que muchos llaman un “servicio”, opciones de formato, y además creaciones transmediales, multimediales o interactivas.” Luego leyó Godoy, con una pálida luz de emergencia iluminando la pantalla de tinta electrónica de su Kindle. Todos nos fuimos a casa con la convicción de que el mundo “digital” no es sino una parte más de eso que llamamos “realidad”.
La gran novela digital
Google anunció el lanzamiento en la Argentina de su tienda de libros electrónicos, Google Play Books. El desembarco promete vigorizar el mercado de ebooks en un país que ya cuenta con un extenso catálogo de editoriales y proyectos independientes.
La semana pasada Google anunció la disponibilidad de su tienda de libros electrónicos en cinco países de America latina, entre ellos Argentina. Esto implica que los usuarios locales, además de descargar juegos y aplicaciones, también podrán adquirir ebooks. El catálogo de Google Play Books, a simple vista, es similar al de las mesas destacadas de cualquier gran librería: novelas de Cortázar y Vargas Llosa; guías de capitalismo zen a cargo de Robert Kiyosaki. Algunos títulos son gratuitos; otros con un precio levemente más accesible que sus versiones en papel; también existen ediciones que se encuentran agotadas en su soporte físico.
La noticia, por lo demás, parece preanunciar un desembarco. Android, el sistema operativo para móviles de Google, es el más utilizado en América latina. Si bien Google Play Books está disponible también en iOS, este dato revela que los servicios de la empresa de Mountain View son en nuestra región tan demandados como promisorios. Google es una marca tatuada en el cerebro latinoamericano, y su penetración es una seductora puerta para los negocios. No sería extraño que Books sea el mascarón de proa para el futuro alunizaje de otros servicios, como Google Music, por ejemplo.
Pero además esto abre una luz en el futuro del libro electrónico en nuestro país. Google Play es una tienda de aplicaciones ampliamente visitada; la aparición de la pestaña “Libros” es la promesa de una plataforma mainstream de comercialización de ebooks que finalmente logre alcanzar cierta popularidad. Más allá de algunos inconvenientes, nunca antes un usuario argentino tuvo un acceso tan directo e intuitivo como ahora.
“Google Play es una tienda de aplicaciones ampliamente visitada; la aparición de la pestaña 'Libros' es la promesa de una plataforma mainstream de comercialización de ebooks que finalmente logre alcanzar cierta popularidad.”
Sería absurdo “descubrir”, a horas del inicio de 2014, el lugar que tiene el libro electrónico en nuestra cultura. Tras una resistencia inicial, que incluyó místicos defensores del “aroma del papel impreso”, hoy proliferan argentinos y argentinas con dispositivos electrónicos de lectura en sus manos. Todavía falta, y mucho, es cierto, pero hoy se descargan y se leen libros digitales de forma “natural”, y el ebook es una realidad palpable. Ya no se trata sólo de una “actualización forzosa” a la era digital; se trata de acompañar al libro a un nuevo mundo donde las posibilidades de producción y consumo son mucho más amplias.
En las mismas horas en que arribaba Google Play Books a la Argentina, en el Centro Cultural Matienzo se presentaban los nuevos libros de la editorial digitallos-proyectos. El sello, comandado por la escritora, bajista y gurú electrónica, Cecilia Cez Espósito, está lanzando por estos días nuevos títulos de Manuel Alemián y el autor de Escolástica Peronista Ilustrada, Carlos Godoy quienes, junto a Carlos Ríos, se suman a un catálogo que ya integran Marcelo Cohen, J.P. Zooey, Inés Acevedo y más.
“los-proyectos nació de una inquietud primordial: hacer buenos libros y hacerlos con los nuevos medios a disposición”, asegura Cez, para quien el objetivo es publicar relatos cortos que aprovechen los tiempos breves de lectura sin por eso prescindir de la calidad. “Diariamente estamos expuestos a objetos digitales, entonces a los-proyectos le imprimimos un doble aspecto: juntar autores, concretar un catálogo con diferentes modos de decir y mostrarlo con un tono a la vez íntimo pero comprehensivo, amplio y atractivo; por otro lado, hablar sobre las tecnologías del libro y la edición, como una estética, una búsqueda, un aprendizaje continuo.”
Los-proyectos forma parte de una serie de editoriales que hoy publican sólo en digital o con un oído fino en ese mundo, como Determinado Rumor, Blatt & Ríoso el Centro de Estudios Contemporáneos, entre muchas otras. Se trata de sellos que hacen de lo digital una herramienta de promoción, experimentación y acceso a nuevas formas de ficción, poesía, ensayo y otros géneros diversos y mutantes.
La presentación en el Matienzo, como dato de color, estuvo coronada por uno de esos cortes de luz típicos de diciembre. A pesar del presunto conflicto entre un evento “electrónico” y la ausencia de electricidad, Alemián recitó a dúo con la poeta Gabriela Bejerman y Cez dio una suerte de keynote desenchufada en donde detalló qué tiene para aportar el formato electrónico. “Puede ampliar el horizonte; promocionar la lectura; ofrecer lo que muchos llaman un “servicio”, opciones de formato, y además creaciones transmediales, multimediales o interactivas.” Luego leyó Godoy, con una pálida luz de emergencia iluminando la pantalla de tinta electrónica de su Kindle. Todos nos fuimos a casa con la convicción de que el mundo “digital” no es sino una parte más de eso que llamamos “realidad”.
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