domingo, 12 de febrero de 2012

Un tema que genera incomodidad

El sueldo, el último tabú argentino

Se evita hablar de los ingresos personales, aun en círculos íntimos y hasta familiares
Por Fernando Massa | LA NACION
Días atrás, Patricia González, docente de un colegio público de la Capital Federal, tomaba unos mates en su casa con una amiga de mucha confianza que le contaba que su hijo había conseguido su primer trabajo. Patricia, sin pensarlo dos veces, le preguntó cuánto ganaba el chico: su amiga dudó, dijo que no sabía bien, dio vueltas y hasta pidió permiso para ir al baño. Apenas salió, lo largó: "Creo que llegará a 2000". A sus 52 años, Patricia lo tomó con naturalidad; ella hubiera reaccionado de la misma manera.
"Ya me había pasado de preguntarlo y que no me quisieran contestar. Se genera una situación incómoda, como que hay evasivas. Es un tema delicado. Cuando me animo a hablarlo, lo hago con mucho pudor, hasta con gente de mucha confianza", dice.
Es que la simple pregunta "¿cuánto ganás?" sigue generando situaciones sociales difíciles. Y no todos los que le rehúyen a una respuesta concreta saben buscarle una salida elegante.
En un país donde temas como la sexualidad o la política se debaten, cada vez más, abierta y acaloradamente, hablar de los ingresos personales sin tapujos tal vez sea el último gran tabú de los argentinos.
El fenómeno se da especialmente entre los mayores de 35 años; para las nuevas generaciones, esa información se ha vuelto una herramienta para saber dónde están parados laboralmente o para algo tan simple como allanar las decisiones a la hora de armar una salida en grupo.
Dolores Elliff, de 39 años, es asistente ejecutiva de una empresa de servicios de información. No le viene a la cabeza una edad puntual en la que dejó de hablar abiertamente de los sueldos; se pregunta más bien si en vez de una barrera de edad fue alcanzar cierto nivel salarial lo que produjo el cambio. "Capaz de más chica es menos tabú. Pero ahora ya no lo decís. Siento que es algo muy personal y que no es necesario compartir tanto. Te arreglás con un estoy bien o estoy mal, pero no más allá de eso", dice.
Al preguntarse por qué para muchos es un tabú, Martín Tetaz, economista e investigador de la Universidad Nacional de La Plata, plantea que muchas veces las relaciones sociales son como un partido de póquer, donde la información tiene valor y, por lo tanto, conviene esconderla o incluso distorsionarla para sacar ventajas de ello.
Y así detalla el menú de razones para no hablarlo: "Si tengo un buen sueldo, no quiero que el resto de la gente se entere porque no quiero que se desalienten y me exijan más. Tampoco quiero que se enteren mis amigos para que no abusen de mi generosidad cuando salgo a comer o a tomar algo. Y no quiero que se entere mi pareja porque, como muchas veces tomamos decisiones económicas juntos, tendré menos autonomía a la hora de decidir qué hago con mi dinero. Si tengo un mal sueldo puede que me dé vergüenza o que en cuanto a mis aspiraciones me deje mal parado mostrar mi vulnerabilidad económica".
El escritor especialista en vínculos Sergio Sinay va más allá al buscar la raíz de este tabú. "Al calor de la política y una forma hegemónica de hacer negocios, los caminos non sanctos se impusieron y allí puede estar la matriz que haya llevado a que de esto no se hable", sostiene.
Hace dos semanas, el dirigente piquetero Luis D'Elía se vio obligado a revelar su sueldo tras el acoso de un grupo de twitteros . Por supuesto, su respuesta vía Twitter de que ganaba 18.000 pesos por mes por su programa en radio Cooperativa y por coordinar 300 centros de alfabetización fue noticia.
Lo que está claro es que a quienes no les gusta hablar del tema coinciden en que la pregunta ¿cuánto cobrás?, les da esa sensación de estar frente a un sabueso de la AFIP, que claramente está vulnerando su intimidad. Pero ojo: porque, desde otro punto de vista, hay unanimidad en condenar socialmente a quien, sin que le pregunten, se pone a hablar de cuánto gana. Sobre todo si el monto es sustancioso.
Ignacio Fernández, estudiante de periodismo de 24 años, es una de esas jóvenes excepciones a la regla. Conoce el sueldo de la mayoría de sus amigos y no tiene problemas en decir cuánto gana: 2200 pesos por trabajar en un quiosco durante la semana y 300 más por estar en la producción de un programa radial. Eso sí: no tiene idea cuánto gana su padre y tampoco se lo preguntaría.
Para Alejandro Melamed, doctor en ciencias económicas y autor del libro Empresas + humanas , la apertura de los más jóvenes respecto del tema sueldos se explica porque es una generación que nació contando mucho más de sí mismos, acostumbrados a un diálogo más directo y sencillo y con la posibilidad de compararse con mucha gente gracias a las redes sociales. Una generación que está a un click de todo.
"Los adultos, en cambio, utilizan más preámbulos y dan más vueltas para llegar al punto. Pero cuando existe ese tabú, hay fantasía, y cuando hay fantasía hay situaciones que no tienen que ver con la realidad. Lo mejor es transparentar las cosas y borrar los innombrables", aconseja.
Pero el colmo de este tabú se da cuando dentro de la pareja se mantienen cuentas bancarias separadas, con el fin de que cada uno pueda manejar y disponer de sus ingresos de forma privada y sin que el otro tenga el detalle de esos números.
Esta situación fue advertida por la socióloga española Sandra Dema Moreno en su libro Una pareja, dos salarios , donde escribe que existen parejas donde "no todo el dinero se define como común y uno de los miembros o los dos consideran que una parte del mismo no lo es, estableciendo cierta separación, que se mantiene en cuentas diferenciadas y se usa para hacer frente a diferentes tipos de gastos".
Jorge De La María, Natalia Ratto, Guadalupe Rodríguez y Gabriela Andreacchio se conocieron hace doce años en la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA y aún hoy mantienen intacta su amistad. Sin embargo, hoy ya recibidos de contadores o administradores de empresa, sólo tienen una idea de cuál es el rango en que se mueven, pero no conocen el número en concreto.
"Es un grupo donde a todos nos fue bastante bien y sabemos que estamos entre 7000 y 14.000 pesos mensuales", precisa Natalia. Pero Guadalupe se suma y dice: "No por eso deja de ser tabú. Que te lo pregunten genera una situación incómoda".
Andrés López Sarmiento, esposo de Gabriela, también da su visión: él cree que más que un tabú es una cuestión de educación.
Según Tetaz, la sociedad ha encontrado modos de "hablar" indirectamente de sus ingresos a través de lo que se conoce como consumo presuntuoso u ostentoso, toda vez que alguien paga 15 veces el valor de una camisa para poder exhibir la marca, o gasta en un auto más de lo que vale un departamento. "Sin dudas la sociedad se ahorraría muchísimos recursos si la gente directamente se tatuara el recibo de sueldo en la frente y gastara su dinero solamente en cosas que le dieran satisfacción en el consumo, aun cuando no lo vea nadie -argumenta-. Pero claro, si las cartas están a la vista, el póquer pierde su gracia."

Fenómeno local


  • Cuestión generacional. Los menores de 35 años muestran otra soltura para conversar sobre sus salarios.


  • Hombres y de altos ingresos. Según los especialistas, el tabú es más fuerte entre las personas que ganan más de $ 8000 y menos manifiesto entre las mujeres.


  • Bien argentino. En los Estados Unidos, el ingreso anual es un tema blanqueado y habitual en las charlas.

El perfil de uno y de otro

Todo dependerá de la persona y el ámbito en que se mueve. Pero, a grandes rasgos, existe un perfil de quien habla de los sueldos y de quien no lo hace.

El que habla

EDAD
Menos de 35
OCUPACIÓN
Independientes, empleados, médicos
SEXO
Más mujeres
PERFIL
Descontracturado
RANGO
Menos de $ 6000
ESTADO CIVIL
Más solteros

El que no habla

EDAD
Más de 35
OCUPACIÓN
Empresarios, funcionarios, artistas consagrados, comerciantes
SEXO
Más hombres
PERFIL
Cauteloso
RANGO
Más de $ 8000
ESTADO CIVIL
Más casados

Cifras de la pirámide salarial

$ 2300
El salario mínimo

Es desde agosto pasado el salario mínimo vital y móvil en la Argentina.
$ 3091
El salario promedio

Según un reciente informe de la consultora Economía & Regiones.
$ 20.000
Un salario gerencial

Es lo que puede ganar un gerente de área en una empresa comercial..

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