Ruptura oficial y polémica en la cúpula de la consultora Poliarquía
Berensztein, su director, se retira y niega peleas por dinero, celos y clientes. El "desgaste”.
La noticia provoca en los ámbitos político y empresarial un impacto similar al que en el mundo del espectáculo tendría hoy un nuevo romance de Susana Giménez.Sergio Berensztein, director dePoliarquía –la compañía que con algunos aciertos en las encuestas se ubicó entre las consultoras preferidas–, dejaba su cargo.
Durante la semana circularonrumores que iban desdedesmanejos financieros hasta la atención personalizada de un cliente no consensuada entre los socios, resultados de encuestas con “números especiales” hechos para un gobernador y celos por cuestiones de ego entre los socios.
Finalmente, el viernes por la noche y luego de una asamblea ordinaria, hubo un comunicado oficial firmado por Alejandro Catterberg, Eduardo Fidanza, Alan Clutterbuck y FabiánPerechodnik para informar la desvinculación de Berensztein como director y representante legal de Poliarquía.
Ese papel es, por el momento, la única respuesta que dio la consultora a las preguntas que PERFIL acercó a los respectivos socios. El mismo día, y antes de conocerse el comunicado, PERFIL conversó con Berensztein.
“Poliarquía cumplió nueve años interesantísimos, es una historia de éxito por donde la mires y todos nos sentimos contentos de haber formado parte de este proyecto. En su origen, Poliarquía tenía cuatro áreas: encuestas, comunicación, análisis político más estratégico y desarrollo institucional. Lamentablemente esta última área no se pudo desarrollar, y era como mi obsesión básicamente porque, por mi formación académica, me interesan esos temas. Esa fue mi gran frustración. Al margen, en todas las organizaciones surgen desgastes”, dijoBerensztein.
-¿Es cierto que hubo un cliente al que uno de ustedes trató por fuera de la empresa y eso motivó el quiebre?
—No. Lo que sí pasa siempre es que vos generás afinidad con algunos, tenés empatía y terminás a veces haciéndote amigo. Pero, por como estaba armado el proyecto (Poliarquía), no había posibilidad de tener un contrato con un mismo cliente por fuera de la sociedad.
—Hubo otros rumores, y extraña que no haya un comunicado...
—Pensamos que estábamos haciendo las cosas razonablemente, veníamos negociando, había disidencias que fuimos limando... Un ida y vuelta típico de estos procesos, de ver quién se queda con el cuadro, digamos, quién con aquello... Un divorcio. Pero le decís a un amigo: “Ando en un quilombo”, o cancelamos a un cliente una reunión porque estábamos en un debate, y si no decís nada más la gente se queda con la mitad de la verdad y empieza a especular. Y pasó eso: sin mala voluntad de nadie, se terminó desdibujando el pacto de confidencialidad que teníamos.
—Se dijo que los afectó la elección de para qué político presidenciable trabajar.
—No. Eso es algo que hablamos cuando surgió la posibilidad de trabajar con uno u otro, y las decisiones siempre las tomamos por consenso para evitar rispideces y que nadie se viera forzado. Obviamente no podemos trabajar con dos candidatos, y en estos años trabajamos para todos los partidos. Nunca hubo un problema entre nosotros por eso.
—Se habló de celos, cuestiones de ego...
—Siempre las sospechas son que te peleaste por guita, celos o envidia. Tengo autocríticas que hacerme, porque a veces querés forzar mucho las cosas o no todo el mundo está de acuerdo... Sería injusto e ingenuo que en una circunstancia como ésta uno no tenga que reconocer que se equivocó, que no jugó tanto en equipo como pensó que estaba haciéndolo.
—¿Su proyecto 2015?
—Todavía no tiene nombre, pero estoy trabajando con dos personas en el dibujo estratégico de los qué, cómo, cuándo, el esquema de capital humano. Mi idea es prepararme para la nueva agenda. Ya se resolvió la coyuntura. Independientemente de quién gane, vendrá un sistema político que tendrá que focalizarse en cuestiones estructurales.
—¿Adiós a las encuestas?
—No, pero no para tener un equipo exclusivo para eso, sino para usarlas como un insumo más de un proyecto
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