domingo, 25 de mayo de 2014

◄Por Gabriel Giubellino "Google y Yahoo me jodieron la vida"

SOCIEDAD • Domingo 25 de Mayo de 2014 | 06:54
Por Gabriel Giubellino

"Google y Yahoo me jodieron la vida"

Entrevista de Tiempo Argentino a la modelo María Belén Rodríguez. Reclama porque vincularon su imagen a sitios de prostitución y porno. Su caso llegó a la Corte Suprema.

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El miércoles pasado el máximo tribunal de justicia de la Nación comenzó a analizar el caso de esta modelo. En una audiencia pública, los expertos dieron a conocer sus opiniones, casi todas a favor de la libertad de expresión y del derecho a la información por sobre otros derechos individuales.
–Después de la audiencia, ¿cómo estás?
–Bien. Un poco shockeada por la repercusión que tuvo. No imaginé que a la gente le iba a interesar tanto. No es una batalla ganada, porque todavía la audiencia no terminó. Estamos en un cuarto intermedio y tenemos el mayor respeto. Pero estoy contenta con que la Corte haya tenido en cuenta mi caso. Es algo que no se me pasó por la cabeza, lo vivía como una batalla personal.
–El miércoles contaste que cuando empezó todo tenías 22 años y… 
–No, era más chica. Tenía 22 cuando empezamos con el juicio. Fue a los 19, 20 años.
–Bueno, lo que te quería preguntar es si recordás cómo fue que te enteraste que tu imagen estaba vinculada a esos sitios.
–Claro que me acuerdo. Lamentablemente, fue mi padre quien me lo dijo. Yo vine a vivir a Buenos Aires cuando tenía 17 años, con el concurso de Pancho Dotto Models. Imaginate que vengo de Mina Clavero, un pueblo chico. Era muy pegota de la familia. No era de la ciudad, no tenía calle, era más dormida. Me faltaba vivir un montón de cosas. Fue toda una decisión, tenía bastante miedo, pero vine a los departamentos de la agencia. Bueno, la cuestión que mi papá googleó para ver dónde salía la nena y se encontró con ese balde de agua fría. Él no dudaba de mí, pero yo me largué a llorar de la desesperación. El tema me superaba ampliamente.
–En lo profesional, ¿cómo te estaba yendo en ese momento?
–Era un momento que me estaba empezando a ir mucho mejor. Hice una obras de teatro, como La curva de la felicidad, No hay dos sin tres. Fue un cimbronazo a nivel laboral y ni hablar a nivel familiar y de amigos. Me pasaron un millón de situaciones horribles que hoy, con 30 años, las puedo manejar, pero entonces se me acabó el mundo. Estaba de novia con quien me casé, mi primer novio, Gonzalo, y a él lo llegaron a llamar unos amigos desde México para decirle que yo no era tan buena como parecía. Es que el alcance de los buscadores es impresionante. La tía de quien hoy es mi marido, la única que entraba a Internet, me buscó, me vio en esas páginas, y llamó a mi cuñada, a mi suegro. No me conocían tanto y debatieron cómo decírselo.
–¿Seguiste trabajando?
–Seguí mi vida, seguí trabajando, pero todo se me dificultó un poco más. 
–Pasado ese shock, ¿cuál fue tu primer paso? ¿Qué hiciste?
–Hablar con mi familia, que la padeció más que yo. A mí me educaron de la mejor forma, nunca una mancha de nada, tener que salir a aclarar las cosas en Córdoba, a mi famiia de Salta, fue terrible. Cuando lo hablamos con mis amigas y con otras chicas, modelos de Dotto como Priscila Prette,  ellas se empezaron a buscar y vimos que todas estábamos en la misma. A todas nos perjudicó. Yo sabía de Martín (el abogado Martín Leguizamón) que era bueno en las cosas de imagen y le pregunté si podíamos  hacer algo. No tenía idea, no estaba a mi alcance cerebral cómo afrontar semejante monstruo. Así empezamos con varias audiencias. 
–¿Estuviste cara a cara con la gente de Google?
–No tuve la grata oportunidad.
–¿?
–Estuve con los abogados.
–¿Qué argumentaban? 
–Que ellos no podían hacer nada, que el buscador es manejado por robots. Y durante años no hicieron absolutamente nada. Pagaron multas por no cumplir con las medidas cautelares, pero las fotos siguieron estando hasta no hace mucho, después de muchos años. Decían que no tienen forma de manejar el robot. Si fuera así, tiene que haber un cambio. A ese robot, que es una maravilla, tienen que agregarle algo que sea más maravilloso para que no le compliquen la vida a la gente. Me parece que hay que tener un límite. Hay cosas que no están en Google, como pedofilia. No sé, debería haber algo, son ellos los que tienen que pensar. No puede ser que no manejen su propia creación y por eso jodan la vida a los demás durante años. Además, después lo hicieron, porque hoy por hoy no estoy en la web, salvo las últimas noticias de esta semana. O sea que lo pueden hacer.
–En la audiencia del miércoles varias de las voces de los "amigos del Tribunal", casi todas, dijeron, palabras más, palabras menos, que impedir los hipervínculos sería censura.
–La verdad que me sorprendió, se desvió la atención. No pido nada de eso. La libertad de expresión es algo que amo, cualquier censura sería un paso atrás a nivel país, a nivel sociedad. Pero se tiene que conjugar con el derecho a la dignidad, a los valores de una persona. Si hago un desfile y alguien dice que fui un horror, está bien, que lo diga, tienen derecho a opinar. No digo que piensen que soy María Teresa de Calcuta. Pido que no me mezclen con algo que es una mentira, una injuria. Nunca pedí nada en contra de la libertad de expresión, sino que no me jodan la vida. Vincularme con que soy prostituta es joderme los mejores años de vida.
–Algunos plantearon que Google es como un bibliotecario, un delivery que no tiene responsabilidad de los sitios a los que te vincula. 
–Claro, pero la gente, ¿cómo me encuentra? Por Google. Ellos lo tienen que regular porque, de hecho, desde que cumplieron con la medida judicial, a mí me desaparecieron de Google. Dejé de existir. Se ve que sentaron a alguien para que me borren. Recién volví con la audiencia pasada.
–¿Seguís trabajando de modelo?
–Sigo. Hago algunos desfiles, algunos comerciales, trabajo con varias agencias chiquitas y sola, pero no tengo contrato con ninguna. Con la difusión que tuvo esto, fue difícil. En estos diez años mucha gente dejó de contratarme por todas las cosas que se decían. Una chica, que ahora es una gran amiga, le dijo a otra, hablando de mí: "ojo, que esa chica es gato, lo sé de buena fuente". ¿De dónde lo sacó? Gracias a Google. Mi papá, al día de hoy, la sigue padeciendo, porque en los pueblos chicos hay chusmerío. Y con la familia de mi papá de Salta recién ahora se está aclarando.
–¿Vos lo seguís padeciendo?
–Mirá, hoy tuve que ir a buscar a mi hija a la escuela y me daba vergüenza, después de tanta exposición.
–¿Qué te gustaría que diga la Corte Suprema?
–Que siga habiendo buscadores, por supuesto. Que haya libertad de expresión. Pero que busque la forma, no sé cuál, para que tome en cuenta el daño que pueda ocasionar. No puede ser que sea un método que no se puede controlar, que cualquiera suba cualquier cosa y ellos te relacionen. Lo pido por mí y por todas las mujeres. Porque me sentí totalmente cosificada, un producto a la venta, un sachet de leche y la verdad que no está bueno. Los buscadores son útiles, son necesarios, todos los usamos, pero ahora chequeo la información, dudo, no creo lo primero que veo. Nuestra Corte Suprema es espectacular, es excelente. Creo que va a decidir algo positivo para todos.
Todas las voces antes del fallo final
El reclamo monetario que realizaron los abogados de María Belén Rodríguez alcanza los 300 mil pesos. Hasta el momento llegaron a una condena en primera instancia a Google INC.(100 mil pesos) y Yahoo! de Argentina SRL. (otros 20 mil pesos), en los que se dispuso también "la eliminación definitiva de las vinculaciones del nombre, imagen, y fotografías de la actora con sitios y actividades de contenido sexual, erótico y/o pornográfico a través de los buscadores". El abogado Martín Leguizamón explicó que "la sala A de la Cámara Civil revocó el fallo". Así, recurrida esta medida, se llega a la Corte, que dispone escuchar en audiencia pública a distintas voces "amigas del Tribunal" para tener un panorama más amplio antes de tomar una decisión que marque el camino a tomar en casos similares.
Hasta el momento expusieron juristas del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, de la Facultad de Derecho de la UBA, especialistas en telecomunicaciones, constitucionalistas y representante de la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales. El jueves la Corte escuchará a los peritos y abogados de ambas partes.

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