Cómo despertar el placer por la lectura y ganar un premio con ello
La sala de espera pediátrica del hospital Tornú, con su biblioteca de 5 mil libros, y una red digital para que los estudiantes compartan los relatos de sus lecturas, fueron dos de ellos. La experiencia con recoletores de basura.

Casi todo el mundo sabe o imagina que en una sala de espera de los servicios de pediatría pueden ocurrir montones de cosas: desde un coro de toses perrunas y estornudos hasta la adoración mental de Herodes, nunca el ambiente propicio para relajarse con un cuento, aunque el tiempo se estire como chicle. Tan remanido como que los adolescentes no son dados a tomar más de 10 minutos esos objetos inanimados con letras, a veces dibujos, y que los horarios nocturnos no siempre son el mejor momento para disfrutar de una narración y menos en las aulas de una escuela. Sin embargo, tres experiencias vinieron a derrumbar esas creencias y lugares comunes y fueron ganadoras de la VII edición del Premio VivaLectura que organiza el Ministerio de Educación de la Nación y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), con la cooperación de la Fundación Santillana.
En la categoría "Sociedad: Institutos de formación docente de gestión estatal y privada, universidades / facultades, profesionales vinculados a ONG u organizaciones civiles con o sin fines de lucro, y bibliotecas", la iniciativa destacada fue la que funciona desde hace 17 años en la sala de espera de pediatría del Hospital Tornú, que tiene una biblioteca de 5 mil libros y actividades para promocionar la lectura entre niños, niñas, adolescentes y adultos que circulan o trabajan allí o en otros servicios y consultorios (ver recuadros).
En la categoría "Escuelas de gestión estatal y de gestión privada", la premiada resultó María Isabel Pioletti, quien despertó el placer de leer en un heterogéneo grupo de estudiantes de 14 a 81 años en un barrio de Córdoba capital formado por la población de distintos asentamientos marginales. Y en la de "Entornos digitales", Federico Álvarez, quien armó una red virtual entre los estudiantes de un colegio secundario privado bonaerense para que compartieran relatos de sus propias lecturas.
También habrá menciones especiales, como una surgida desde el área de responsabilidad social empresaria que acercó literatura a los empleados y las familias de recolectores de residuos y barrenderos de una de las concesionarias del servicio en la ciudad de Buenos Aires; un proyecto que permitió la escritura de libros propios en escuelas rurales; y pósteres digitales y pluricomunicativos para estudiantes con discapacidad, entre otras.
El concurso, que es de participación libre y gratuita, busca estimular, fomentar y rendir homenaje a las experiencias más destacadas en materia de promoción de la lectura.
El jurado -por el que en otros años pasaron Mempo Giardinelli, Luis María Pescetti, Eduardo Sacheri o Juan Sasturain- lo presidió esta vez por la escritora Laura Devetach, a quien acompañó la directora del Plan Nacional de Lectura, Adriana Redondo; la doctora en Educación, Silvia Contín y la narradora, docente y especialista en literatura infantil-juvenil, Paula Martín.
"Ser jurado me cuesta un poco porque es mucha responsabilidad y no me gusta que quede gente afuera, pero este es uno de los más gratos que me tocó porque se ve la dedicación y el trabajo personal", comentó Devetach a Tiempo Argentino. Para la reconocida escritora, estas experiencias abren un camino para los docentes y estudiosos para mediar entre el niño y la lectura y "debería ser incorporado a la formación de los maestros".
Sobre la elección del jurado, Devetach explicó: "Se aplicó un criterio de calidad, eficacia y sentido común, que muchas veces es el menos común de los sentidos. Uno no busca el trabajo brillante, porque no existe, busca un trabajo que es como una semilla que se siembra y queda y uno sabe que después se va a replicar. A veces las palabras son muy chicas para expresar lo que se hace desde el afecto y la emocionalidad".
Ayer, a las 18 en la sala Leopoldo Lugones de la Feria Internacional del Libro en la Ciudad de Buenos Aires, con la presencia del ministro de Educación Alberto Sileoni, los galardonados recibieron los premios consistentes en 25 mil pesos (las menciones de honor reciben un premio de ocho mil pesos) y una biblioteca literaria y pedagógica de 15 títulos facilitada por la cartera educativa, Plan Nacional de Lectura, Alfaguara Infantil y Juvenil y Alfaguara adultos. Más información, en http://www.premiovivalectura.org.ar/index.php. «
En la categoría "Sociedad: Institutos de formación docente de gestión estatal y privada, universidades / facultades, profesionales vinculados a ONG u organizaciones civiles con o sin fines de lucro, y bibliotecas", la iniciativa destacada fue la que funciona desde hace 17 años en la sala de espera de pediatría del Hospital Tornú, que tiene una biblioteca de 5 mil libros y actividades para promocionar la lectura entre niños, niñas, adolescentes y adultos que circulan o trabajan allí o en otros servicios y consultorios (ver recuadros).
En la categoría "Escuelas de gestión estatal y de gestión privada", la premiada resultó María Isabel Pioletti, quien despertó el placer de leer en un heterogéneo grupo de estudiantes de 14 a 81 años en un barrio de Córdoba capital formado por la población de distintos asentamientos marginales. Y en la de "Entornos digitales", Federico Álvarez, quien armó una red virtual entre los estudiantes de un colegio secundario privado bonaerense para que compartieran relatos de sus propias lecturas.
También habrá menciones especiales, como una surgida desde el área de responsabilidad social empresaria que acercó literatura a los empleados y las familias de recolectores de residuos y barrenderos de una de las concesionarias del servicio en la ciudad de Buenos Aires; un proyecto que permitió la escritura de libros propios en escuelas rurales; y pósteres digitales y pluricomunicativos para estudiantes con discapacidad, entre otras.
El concurso, que es de participación libre y gratuita, busca estimular, fomentar y rendir homenaje a las experiencias más destacadas en materia de promoción de la lectura.
El jurado -por el que en otros años pasaron Mempo Giardinelli, Luis María Pescetti, Eduardo Sacheri o Juan Sasturain- lo presidió esta vez por la escritora Laura Devetach, a quien acompañó la directora del Plan Nacional de Lectura, Adriana Redondo; la doctora en Educación, Silvia Contín y la narradora, docente y especialista en literatura infantil-juvenil, Paula Martín.
"Ser jurado me cuesta un poco porque es mucha responsabilidad y no me gusta que quede gente afuera, pero este es uno de los más gratos que me tocó porque se ve la dedicación y el trabajo personal", comentó Devetach a Tiempo Argentino. Para la reconocida escritora, estas experiencias abren un camino para los docentes y estudiosos para mediar entre el niño y la lectura y "debería ser incorporado a la formación de los maestros".
Sobre la elección del jurado, Devetach explicó: "Se aplicó un criterio de calidad, eficacia y sentido común, que muchas veces es el menos común de los sentidos. Uno no busca el trabajo brillante, porque no existe, busca un trabajo que es como una semilla que se siembra y queda y uno sabe que después se va a replicar. A veces las palabras son muy chicas para expresar lo que se hace desde el afecto y la emocionalidad".
Ayer, a las 18 en la sala Leopoldo Lugones de la Feria Internacional del Libro en la Ciudad de Buenos Aires, con la presencia del ministro de Educación Alberto Sileoni, los galardonados recibieron los premios consistentes en 25 mil pesos (las menciones de honor reciben un premio de ocho mil pesos) y una biblioteca literaria y pedagógica de 15 títulos facilitada por la cartera educativa, Plan Nacional de Lectura, Alfaguara Infantil y Juvenil y Alfaguara adultos. Más información, en http://www.premiovivalectura.org.ar/index.php. «
la wiki biblioteca donde los alumnos vuelcan sus experiencias
Federico Álvarez tiene formación en letras y es profesor en colegios de nivel medio con matrícula paga. Hace unos cinco años comenzó a explorar cómo montarse en las plataformas virtuales que los alumnos de 12 y 13 años utilizan para relacionarse socialmente y a través de ellas interesarlos en la materia. Creó entonces una biblioteca wiki (un formato de participación colectiva) para que allí cada estudiante volcara y registrara experiencias de lectura y surgiera un trabajo compartido. A principio de año, cada uno propone tres títulos a elección, luego se sortea y se asignan de manera aleatoria. "La idea es que cada uno genere y encuentre su propio camino como lectores", explica Federico Álvarez a Tiempo Argentino. Además de registrar la lectura -tiene tres a lo largo del año- deben realizar trabajos relacionados a cada una, por ejemplo, elegir una secuencia narrativa y elaborar un pequeño video o un puñado de diapositivas. El docente aporta una guía en la que los lectores dan cuenta de su parecer, qué historias les hizo recordar, con qué personaje se sintieron más identificados, qué tema gustarían profundizar o con quién compartir la experiencia; qué parte resultó más aburrida y atrapante, entre otras. Así fluyen las críticas y la reflexión en conjunto. Álvarez considera que este proyecto que él hasta ahora desarrolló en las instituciones privadas en las que trabajó sería de mucha utilidad dentro del plan Conectar Igualdad y los trabajos colectivos que se realizan a partir de las netbooks entregadas.
500
trabajos que involucran unas 900 personas e instituciones de todo el país fueron presentados este año al concurso.
trabajos que involucran unas 900 personas e instituciones de todo el país fueron presentados este año al concurso.
después de barrer las calles, a leer un libro
En 2008, al crearse el área de Responsabilidad Social de Empresaria de Aseo y Ecología SA, una de las concesionarias del servicio de recolección de residuos de la Ciudad de Buenos Aires, surgió la idea de armar un rincón de lectura para los más de 1000 empleados y las familias, con la colaboración de la Fundación Leer, cuenta Melina Sapir. Lo lanzaron con una fiesta para que todos supieran de la trascendencia que tenía. Desde entonces "y para darles distintas formas de expresarse" se sumaron talleres para que los padres sepan cómo elegir libros para los hijos, de fotografía (que derivó en una muestra en el Planetario), de videos, una biblioteca circulante, la grabación de dos discos compactos con cuenta cuentos y un club de lectores.
El programa, que recibió una mención, está amenazado porque termina la concesión de AESA, pero sin duda logró formar nuevos agentes de lectura.
El programa, que recibió una mención, está amenazado porque termina la concesión de AESA, pero sin duda logró formar nuevos agentes de lectura.
La labor cultural por Cortázar
Los organizadores de la Feria del Libro entregaron ayer el premio a la mejor labor cultural como stand al del Ministerio de Educación que este año homenajea al escritor argentino Julio Cortázar en el centenario de su natalicio y exhibe las primeras ediciones de 50 de sus obras, además de fotos, textos y una línea de tiempo de la vida del autor de Rayuela.
La cartera que conduce Alberto Sileoni distribuirá en escuelas secundarias e institutos de formación el compendio Julio Cortázar, una selección con distintos géneros como poesía, novela, cuento, relato y teoría literaria del autor fallecido en 1984.
La cartera que conduce Alberto Sileoni distribuirá en escuelas secundarias e institutos de formación el compendio Julio Cortázar, una selección con distintos géneros como poesía, novela, cuento, relato y teoría literaria del autor fallecido en 1984.
nada de hacer silencio
Transformar la espera en un lugar activo. Ello, que puede sonar abstracto o pretencioso, se materializa todas las tardes de la mano de libros, cuentos, talleres y juegos que disfrutan a diarios niños, niñas, adolescentes y adultos que de lunes a viernes acuden al servicio de pediatría del Hospital Tornú. Es que de la mano de la psicoanalista Silvina Espósito, la docente Victoria Morana y un equipo intersectorial de 15 profesionales de esa área y otras del centro asistencial se creó hace 17 años un espacio que a partir de murales colectivos creció y mucho.
Un promedio de 200 niños y niñas pasan por allí a diario y mientras esperan turno con mamás, papás, tías, abuelas y abuelos disponen de un espacio que tiene una biblioteca de 5000 títulos ordenados por género –no por edades–.
En el lugar también hay juegos de mesa y se realizan actividades lúdicas como narraciones, dramatizaciones, talleres de musicoterapia, atención temprana y memoria oral y escritura al paso.
Con la consigna de que no hay que hacer silencio como en otras bibliotecas, los niños y niñas sienten en ese transcurrir que no están en el hospital. Además de consultar sin prescripciones ni receta los libros que quieran, también pueden llevarlos a las casas –una "apuesta fuerte" porque implica disponer que los bienes públicos son de todos– con muy buen resultado hasta el momento.
Espósito explicó a Tiempo Argentino que partieron del diagnóstico de "apropiarse de lo público y que circule" y por supuesto, cambiar la cultura del servicio.
Con el dinero obtenido en el premio (25 mil pesos), adelantaron, adquirirán libros más costosos y encararán un proyecto colectivo. Además de donaciones, por estos días necesitan una PC que reemplace la única que tenían y colapsó. Para contactarse escribir a lecturastornu@gmail.com.
Un promedio de 200 niños y niñas pasan por allí a diario y mientras esperan turno con mamás, papás, tías, abuelas y abuelos disponen de un espacio que tiene una biblioteca de 5000 títulos ordenados por género –no por edades–.
En el lugar también hay juegos de mesa y se realizan actividades lúdicas como narraciones, dramatizaciones, talleres de musicoterapia, atención temprana y memoria oral y escritura al paso.
Con la consigna de que no hay que hacer silencio como en otras bibliotecas, los niños y niñas sienten en ese transcurrir que no están en el hospital. Además de consultar sin prescripciones ni receta los libros que quieran, también pueden llevarlos a las casas –una "apuesta fuerte" porque implica disponer que los bienes públicos son de todos– con muy buen resultado hasta el momento.
Espósito explicó a Tiempo Argentino que partieron del diagnóstico de "apropiarse de lo público y que circule" y por supuesto, cambiar la cultura del servicio.
Con el dinero obtenido en el premio (25 mil pesos), adelantaron, adquirirán libros más costosos y encararán un proyecto colectivo. Además de donaciones, por estos días necesitan una PC que reemplace la única que tenían y colapsó. Para contactarse escribir a lecturastornu@gmail.com.
Desde 2007
El premio VivaLectura –que ya recibió más de 4000 inscripciones– fue creado por resolución del Ministerio de Educación de la Nación en 2007. Lo presentó el Premio Nobel de Literatura José Saramago.
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