invitado del canal encuentro
Laclau, intelectual, militante y actor de la campaña K
En sus seis semanas en la Argentina, pasó por todos los ámbitos oficialistas, se reunió con funcionarios y alentó abiertamente la reelección de Cristina.
Glamour militante. El viernes, almorzó en un restaurante de Puerto Madero. Dos días antes, estuvo con Larroque y Mariotto en la Universidad de La Matanza.Notas Relacionadas
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El próximo miércoles se cumplirán seis semanas desde que el teórico político Ernesto Laclau se encuentra en la Argentina siguiendo paso a paso la campaña electoral del la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En el lujoso cinco estrellas Claridge Hotel, en el microcentro porteño, recibió a funcionarios del Gobierno, atendió a medios oficialistas y se preparó para grabar los diez capítulos de un ciclo de entrevistas que conduce para Canal Encuentro, motivo formal de su viaje.
Su recorrida por el universo kirchnerista lo mostró en su habitual tarea intelectual, pero con una firme identificación con el proyecto oficialista. De hecho, hoy Laclau será un invitado estrella en el Hotel Intercontinental, el búnker elegido por Cristina Kirchner para aguardar los resultados de las elecciones junto a su equipo de colaboradores.
Su última aparición pública, previa al acto electoral, fue ayer por la mañana en Radio Nacional. Su raid mediático esquivó a los medios que no comulgan con las ideas del Gobierno. Así, se dio tiempo para hablar con Página /12, Tiempo Argentino y la agencia estatal Télam. Además, estuvo en Canal 7 opinando sobre las elecciones y la coyuntura política. Su lugar fue 6,7,8, el programa de Diego Gvirtz.
Un día antes había elogiado durante casi veinte minutos las transformaciones sociales que, según él, llevó adelante el kirchnerismo desde 2003. “Yo creo que estamos en un muy buen momento, en una muy buena coyuntura para la Argentina. Tenemos una muy buena dosis de institucionalismo y populismo que permite llevar adelante un gran proceso de cambio. No les voy a decir por quién tienen que votar porque estamos en pleno período de veda electoral”, dijo el académico para terminar el discurso. La última aclaración llegó tarde, desde que comenzó el encuentro no se hizo más que jugar al borde del quiebre de la norma.
Quienes acudieron esa tarde al Centro Cultural Caras y Caretas, en su mayoría encargados de edificios invitados por el sindicalista K Víctor Santa María, aplaudieron fervorosamente. Los otros tres discursos de la tarde los dieron el titular del PJ porteño, Juan Manuel Olmos, el senador Daniel Filmus y la directora de Radio Nacional y la revista Caras y Caretas, María Seoane.
Después del académico encuentro con los encargados de edificios, se fue a grabar otro capítulo del ciclo que se inició el pasado 9 de octubre en Canal Encuentro, llamado Diálogos con Laclau, en el cual el filósofo conversa durante una hora con intelectuales de prestigio, desde el italiano Antonio Negri hasta Etienne Balibar. Justamente hoy, el día de las elecciones, Laclau dialogará con su propia esposa, la belga Chantal Mouffe, con quien escribió algunos de los textos más importantes de su rica carrera académica. El otro domingo le tocará al titular de la Biblioteca nacional, Horacio González, uno de los fundadores de Carta Abierta.
Minutos antes de las 19 del viernes, el académico K regresó al hotel acompañado de una de sus hijas y los familiares que le atienden la agenda. Su habitación es la 913, una de las más caras: doble superior, 180 dólares más IVA la noche. Pero a Laclau no le gusta pasar mucho tiempo en su cuarto del Claridge Hotel: “Siempre se aloja acá, ahora tiene una reserva por seis semanas. Pero siempre está en el bar y se reúne con políticos del Gobierno”, confió a PERFIL una fuente del hotel.
Aunque no es de comer mucho, el académico que ha sabido darle un sentido positivo al populismo tiene predilección por el cóctel de langostinos y las tablas de quesos. A la hora de seleccionar la bebida, apunta al vino blanco y al Johnnie Walker etiqueta negra, según explicó uno de los mozos del hotel.
La fuente no mintió. El viernes, cuando el sol le abría la puerta a la luna, Laclau pidió en el bar del hotel una copa de vino blanco. Esta vez, el whisky no lo pidió en la barra del cinco estrellas. Salió a caminar por la noche porteña y fue a parar a otro lugar del que ya es habitué: Cooper, un bar oscuro, con luces de neón en la puerta.
“Pidió lo de siempre, Johnnie Walker etiqueta negra, se tomó algunas medidas y platicamos. Nos hicimos amigos, es un hombre que sabe mucho”, dice Esmildo Rodríguez, el barman cubano que ofrece habanos traídos de la isla a precios de lujo. Esa noche el intelectual kirchnerista se fue temprano a dormir.
Al mediodía, había almorzado en el exclusivo restaurante Chila, en Puerto Madero. Allí, disfrutó de la cocina de autor frente al río. El lugar tiene platos que cuestan $ 160 (desde ravioles de conejo a codornices en dos cocciones),entradas de $ 95 y postres de $ 80.
Los últimos días de campaña fueron movidos. El miércoles, se mostró con el candidato a vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, y el camporista Andrés Larroque en la Universidad de Lomas de Zamora. Como un militante más, se sacó una foto con la “V” de la victoria, y no titubeó en decir: “Si Cristina va a eternizarse en el poder es por culpa de la oposición”. También esta semana compartió un acto por el Día de la Lealtad con el legislador de La Cámpora, Juan Cabandié.
Ayer, después de salir de Radio Nacional, ingresó al bar del hotel y pidió un aperitivo con una picada sentado en un sillón de panna verde y una mesa de madera rústica. Media hora después caminó, solo, media cuadra y en la esquina de Tucumán y San Martín ingresó a almorzar en La posada de 1820. Allí ordenó una clásica milanesa de ternera (de las que no hay en Gran Bretaña, donde reside) con ensalada, acompañado por una copa de vino tinto y agua. No comió postre, pero dedicó la sobremesa a repasar extractos del libro que llevó consigo: La Presidenta, la biografía de Cristina que escribió la periodista de Página /12 y 6,7,8, Sandra Russo.
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