jueves, 20 de octubre de 2011

La política viste a la moda: Hermes Binner

Un especialista en sociología de la moda analiza el estilo de los candidatos. El gobierno del guardarropa o cOmo conquistar el poder con la imagen

Un especialista en sociología de la moda analiza el estilo de los candidatos. El gobierno del guardarropa o cOmo conquistar el poder con la imagen


Por Diego Vecino
@contrarreforma


Binner es una figura tan natural como rara en la política argentina: primer gobernador socialista de la historia, Hermes Juan actualiza la tradición inaugurada por Juan B. Justo en 1912, cuando se convirtió en el primer miembro del PS en ocupar un cargo público de jerarquía nacional -el socialismo evoluciona lento, pero seguro-, a la vez que plantea una cierta heterodoxia en la geografía bipartidista nacional como la cara más sobria, más presentable, más mesurada, menos voluble y con menos conocimiento fuera de Santa Fe de eso que llamamos progresismo por convención, pero sin saber ya bien qué es.

Como todo buen socialista, Binner es médico, lo cual lo pone como un portador privilegiado del discurso higienista y positivista que hunde sus raíces en el profundo siglo XIX.

Su estilo de gobierno puede ser interpretado en sintonía con esta herencia: sus valores son el orden y el progreso, la seriedad, la armonía de intereses diversos y la tibieza del discurso de la buena gestión.

En este sentido, un tipo como Hermes sólo podría ser gobernador de Santa Fe (una provincia peronista) en tanto expresa la hegemonía de Rosario sobre la capital provincial, consolidada en los últimos años aunque con un largo historial de cruces y divergencias, que van desde ser una ciudad mucho más linda y poblada hasta el hecho de tener sus propios cuadros de fútbol, mucho más populares que los de la provincia.

En efecto, este elemento, que no es político, sino estético -Rosario es la ciudad con más centros culturales per cápita del mundo,- es muy importante a la hora de analizar el estilo -de gobierno y de guardarropa- de Hermes Binner, cuya vestimenta, andar y postura, tanto como sus ideas y su ascendencia política, no son otra cosa sino expresiones de su ser socialista, el puño que agarra con ternura la rosa roja.


Un especialista en sociología de la moda analiza el estilo de los candidatos. El gobierno del guardarropa o cOmo conquistar el poder con la imagen
La sonrisa
Lo primero que llama la atención en Binner es el semblante: la sonrisa le queda un poco rara, como impresa a la fuerza en una cara diseñada para transmitir seriedad y sosiego. Se puede apoyar esta afirmación un tanto arbitraria con mucho más material fotográfico. Si buscamos en Google imágenes públicas del actual gobernador, en un 99%, Hermes va a estar serio, reflexivo, grave, la expresión propia de un tipo que no se deja seducir fácilmente por las mieles de las conquistas políticas, una persona con las ambiciones voluntariamente apocadas, que disfruta de lo que logró más de lo que sueña con lo que podría lograr. Esta condición puede ser a la vez una virtud como un defecto: sabemos que Binner es un tipo capaz de demostrar un afecto un poco acartonado.

La corbata
Invariablemente, Binner usa dos colores de corbata: azul y roja. Otros colores le resultan acaso demasiado arriesgados y estridentes, y la verdad es que tiene mucha pinta de jugar sistemáticamente a lo seguro, sin sobresaltarse. De esos dos colores, el segundo es el privilegiado, porque le permite a través de un detalle leve pero elegante mostrar públicamente sus adscripciones partidarias. El socialismo es y será ese rojo diáfano, apocado por una trama breve, no demasiado estridente, que el compañero Hermes luce siempre anudado al cuello. En lo personal, le sugeriría un poco más de riesgo, porque es increíble ver de qué manera un color que desde los inicios de la sociedad occidental ha representado la sangre y la pasión queda súbitamente templado por el socialismo soft de nuestro precandidato presidencial.

El traje
Una vez, hace algunos años y tratando de advertirme sobre vaya a saber qué defecto en mi postura, mi médico me dijo que hay dos maneras de ser alto: encorvado o elegante. Hermes Binner es definitivamente lo segundo. A diferencia de otras luminarias del firmamento de la política, nuestro gobernador rafaelino se viste bien. O bueno, digamos que usa la ropa de su talle, lo cual para estos ámbitos de la política donde parece primar el lumpen-chic -probablemente resabio de épocas de juventud- es bastante. En este caso, la combinación es azul y gris, que, sabemos, es un combo que tiende a estilizar, efecto que enfatiza con sacos bien entallados, lo cual está muy bien. La camisa es blanca porque, fiel a su estilo conservador, Binner usa siempre camisa blanca cuando la corbata es roja

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