Mafalda cumplió 50 y el mundo que cuestionó sigue siendo igual
Su propio creador está sorprendido de que los planteos de la chica que odiaba la sopa sigan teniendo vigencia y de que los problemas de su infancia continuen sin resolverse.
Por:
Tiempo Argentino
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El Festival Internacional del Cómic de Angulema, tal vez el más importante del mundo de la historieta, celebra el cumpleaños número cincuenta de Mafalda, el popular personaje creado por el artista argentino Joaquín Lavado, popularmente conocido por su nombre artístico, Quino. Protagonista de viñetas inconformistas, el aniversario vuelve a iluminar el espíritu rebelde del personaje, que en el convulsionado mundo actual cobra nueva vigencia, porque "muchas de las cosas que ella cuestionaba siguen sin resolverse". Con esa frase, el dibujante argentino que dio vida al célebre personaje entre 1964 y 1973, sintetizó la salud de la que todavía goza su creación, en un mundo medio siglo más viejo. "A veces me sorprende cómo algunas de esas tiras dibujadas hace más de cuarenta años todavía pueden aplicarse a cuestiones de hoy", explicó Quino desde Madrid.
A sus 81 años y por motivos de salud, el artista declinó la invitación para asistir al gran festival del noveno arte, que cada año recibe a cerca de 200.000 ilustradores, guionistas, editores y apasionados de las historietas.
Una de las atracciones de este homenaje que recibe en Francia, consiste en la reconstrucción en tamaño natural del departamento en el que Mafalda vivía con su familia. También han levantado el aula en la que la despabilada nena arrojaba su punzante sinceridad. Y el almacén de Manolito, uno de los inseparables compadres de la pequeña del moño en la cabeza, junto con el resto de sus amigos, Felipe, Susanita, Miguelito, Libertad o Guille. Junto a esa recreación del mundo inventado por Quino, reflejo de la clase media progresista de la Argentina de los años sesenta, la muestra ha reunido tiras originales, reproducciones y material que sirvió de inspiración al dibujante de esa célebre niña de seis años a la que no le gusta la sopa. "Significa ver mi propia obra desarrollada desde que se publicó mi primer trabajo hasta el día de hoy, y me sorprende que muchísima, por no decir toda, la temática sigua siendo muy vigente”.
Mafalda fue un largo "paréntesis" de una década en los sesenta años de profesión que atesora el gran Quino, quien jamás dejó "de hacer ese tipo de páginas donde hablaba del monetarismo y la indiferencia frente a dramas sociales, con el agravante de que en temas de la humanidad, como dije antes, la situación no cambia", recuerda. Por eso no resulta extraño que esa chica idealista y sincera que contrastaba sus inquietudes con un mundo adulto que nunca le ofrecía respuestas satisfactorias, siga en plena forma en el siglo XXI. Y aunque solo se trata de una historieta, como no deja de insistir su creador, también deja traslucir matices de la personalidad de quien le dio vida, que se define como "un pesimista" con la ilusión de que sus trabajos sirvan, alguna vez, "para cambiar algo". «
A sus 81 años y por motivos de salud, el artista declinó la invitación para asistir al gran festival del noveno arte, que cada año recibe a cerca de 200.000 ilustradores, guionistas, editores y apasionados de las historietas.
Una de las atracciones de este homenaje que recibe en Francia, consiste en la reconstrucción en tamaño natural del departamento en el que Mafalda vivía con su familia. También han levantado el aula en la que la despabilada nena arrojaba su punzante sinceridad. Y el almacén de Manolito, uno de los inseparables compadres de la pequeña del moño en la cabeza, junto con el resto de sus amigos, Felipe, Susanita, Miguelito, Libertad o Guille. Junto a esa recreación del mundo inventado por Quino, reflejo de la clase media progresista de la Argentina de los años sesenta, la muestra ha reunido tiras originales, reproducciones y material que sirvió de inspiración al dibujante de esa célebre niña de seis años a la que no le gusta la sopa. "Significa ver mi propia obra desarrollada desde que se publicó mi primer trabajo hasta el día de hoy, y me sorprende que muchísima, por no decir toda, la temática sigua siendo muy vigente”.
Mafalda fue un largo "paréntesis" de una década en los sesenta años de profesión que atesora el gran Quino, quien jamás dejó "de hacer ese tipo de páginas donde hablaba del monetarismo y la indiferencia frente a dramas sociales, con el agravante de que en temas de la humanidad, como dije antes, la situación no cambia", recuerda. Por eso no resulta extraño que esa chica idealista y sincera que contrastaba sus inquietudes con un mundo adulto que nunca le ofrecía respuestas satisfactorias, siga en plena forma en el siglo XXI. Y aunque solo se trata de una historieta, como no deja de insistir su creador, también deja traslucir matices de la personalidad de quien le dio vida, que se define como "un pesimista" con la ilusión de que sus trabajos sirvan, alguna vez, "para cambiar algo". «
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