Medios y discursos destituyentes
La apuesta por la desestabilización sigue en agenda
Los medios opositores dan por concretada la victoria de la oposición en los comicios y buscan instalar la posibilidad golpista, de un final anticipado del gobierno nacional. Otra vez Elisa Carrió fue utilizada por la prensa dominante a modo de “pitonisa”, para vaticinar en forma descarada un supuesto desenlace destituyente y culpabilizar, de paso, a Partido Justicialista.
Por Germán Celesia / “En el peronismo quieren que Cristina no termine su mandato, dijo Carrió”, titula Clarín. “Hay sectores que quieren sacar a Cristina Kirchner” de manera anticipada del poder, a través de un “golpe de Estado” que se concretaría por “una pelea de facciones en el interior del partido del Gobierno” según la legisladora.
Lo que estaría en marcha un es “golpe civil modelo 2001: dicen armemos una ‘transición’, un gobierno de unidad con un miembro del Congreso que se hace cargo, se convoca a la oposición para pagar todos los costos del latrocinio. Viene la devaluación asimétrica, y después el candidato es (Sergio) Massa. Libre. Este es el esquema del poder”, dijo Carrió en las pantallas de TN y ante el propio diario, que de esta manera reinstala el tema de la “salida anticipada” sin pagar los costos de reconocer que busca ese objetivo y cargando sobre el peronismo los costos políticos.
Según La Nación, Carrió “admitió” algo que el medio da por cierto: “Hay sectores que quieren sacar a Cristina Kirchner (en) una pelea de facciones" dentro del PJ. El Día reproduce los dichos televisivos pero con menor despliegue. El diario Hoy aprovecha para construir un artículo apocalíptico titulado: “CFK, Massa y un final cantado”, donde dice: “Resulta un auténtico absurdo salir a fabricar ‛los fantasmas destituyentes′ como lo hizo la Casa Rosada en las últimas semanas, en lo que fue una insólita estrategia de victimización”.
En realidad, la fuente principal de los dichos de Carrió puede haber sido, precisamente, el diario Clarín que publicó el 2 de septiembre pasado un artículo titulado: “La transición como anticipo de la pelea del PJ”, donde Eduardo Aulicino se lamentaba por estar frente a “la transición más dilatada que se recuerde”, ya que “después de las primarias y en camino a la legislativa de mitad de mandato, el término transición asoma como si se estuviera discutiendo el final de una gestión, su herencia, cuando a Cristina Fernández de Kirchner le restan más de dos años de gobierno”.
Según el columnista, se trataría de “un ejercicio prematuro que tiene como principal actor al peronismo” y “la disputa con el cristinismo ya está abierta, sin importar lo que diga el almanaque”.
En esa línea, hoy Daniel Bilotta habla de “los movimientos subterráneos del peronismo bonaerense preparándose para el evidente cambio de época que se avecina” y Eduardo van der Kooy” afirma que “l intendente de Lomas de Zamora, aún vencido, será consagrado diputado. Desde ese lugar podrá observar cómo y hacia dónde soplarán los nuevos vientos peronistas”.
El diario La Nación, por su parte, es más adepto a disfrazar sus puntos de vista, como se comprueba leyendo el artículo del lunes firmado por Carlos Pagni y titulado: “La reina se está yendo y hay alboroto en la colmena”, donde se refiere a la supuesta “a transformación en la que se está embarcando, una vez más, el peronismo” y anticipa que el gobernador bonaerense aspiraría a confirmar “un nuevo enjambre”.
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