Quieren un ajuste fiscal en detrimento del pueblo
Ahora las corporaciones mediáticas impulsan un plan de ajuste económico
Cada vez de forma más desembozada, los medios dominantes impulsan un plan de ajuste que disminuya el poder de compra de los sectores populares y mejore los beneficios de las empresas ligadas al comercio internacional. El impulso a un “realineamiento” del peronismo, a su vez, busca quitar apoyo político al programa económico en curso, con lo cual se facilitaría el “ajuste”.
Clarín y aliados, siempre en favor de los grandes intereses económicos (foto: archivo)
Viernes, 13 de Setiembre de 2013
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Por Germán Celesia / El diario Clarín descalifica los lineamientos de la política fiscal para el próximo año hablando de “presupuesto polémico”, criticando que la presidenta no haya cedido a los pedidos de ajustes y afirmando que ya se inició un reagrupamiento del oficialismo. Marcelo Bonelli, principal operador en materia económica del Grupo Clarín, afirma en su comentario de hoy: “Inflexible, Cristina no hará correcciones económicas”. Las “correcciones” sugeridas son todas contrarias al mandato popular recibido en 2011, cuestión obviada por el columnista.
“Cristina Kirchner desanimó a todos los hombres de negocios durante la reunión privada en la Casa Rosada: les dijo que no va a pagar el costo político de hacer las correcciones que se necesitan para enderezar la economía y llegar en forma ordenada al 2015”, dice Bonelli, y se pronuncia en favor de un “ajuste fiscal” que considera inevitable. “Fue una definición dura y fuerte: por primera vez se refirió al tema y dejó traslucir que pretende dejarle al próximo presidente la herencia de ajustes que engendra la política que ahora lleva adelante la Casa Rosada”.
A su vez, el hombre de Clarín insinuó que la Jefa de Estado debería abandonar el cargo para el que fue re-electa en 2011. “Cristina sugirió, además, que antes de corregir sus desaciertos económicos prefiere renunciar y dejar el gobierno”, dice Bonelli. Y como considera inevitable ese ajuste y Cristina no lo llevaría a cabo, la conclusión es obvia.
El artículo se complementa con dos más. El primero, titulado: “Un faltazo de gobernadores encendió la alarma en Olivos”, que firma Leonardo Míndez. La supuesta “alarma” es porque había 6 gobernadores en la cena por el día de la industria y no más. “No sólo pegaron el faltazo varios pesos pesado de la industria que eran una fija en años anteriores. Menos estruendosa pero igual de llamativa ante los ojos atentos que estuvieron antenoche en Tecnópolis fue la reducción evidente en el elenco estable de gobernadores: apenas seis de los 17 alineados con la Casa Rosada que solían tener asistencia casi perfecta en las cenas del Día de la Industria y ante cada convocatoria oficial”, afirma. “En la Casa Rosada leyeron con preocupación el faltazo de una docena de mandatarios que hasta las PASO parecían incondicionales. Lo que hacía agudizar la mirada siempre desconfiada que el kirchnerismo le dedicó al peronismo”, asegura.
Por otro lado, afirma (siempre sin apelar a fuente alguna) dice que en el gobierno “no quieren ni escuchar hablar de un plan para que los planetas comiencen a girar fuera de la órbita cristinista”.
En esa línea se inscribe un segundo artículo, firmado por Julio Blanck, quien asegura: “En el peronismo ya empezó el realineamiento”. El columnista habla del “el derretimiento persistente del kirchnerismo”. Luego dice: “Lo que empezó a suceder por debajo de la superficie, y quizás sea lo más relevante, es el acelerado proceso de reagrupamiento en el peronismo. Cuando se dice peronismo, en este contexto, se borronean las fronteras entre oficialistas y opositores”. Y asegura que el contexto de la reunión de gobernadores en Corrientes “era la reagrupación peronista para diseñar el futuro sin Cristina”. También pronostica – como hizo fallidamente en las Primarias – que el gobernador Scioli no participará de la campaña porque “ya dio muestras de que no le gusta comer vidrio” y “quiere llegar competitivo a marzo. Para entonces, calcula, habrá bajado la espuma del amplio y previsible triunfo de Massa en la Provincia”. A su vez, “los intendentes trabajan para achicar el daño electoral en octubre”
En La nación, Martín di Natale firma un artículo según el cual “Cristina condicionó las cuentas a las urnas”. Para el periodista, “la decisión del oficialismo de tratar en un trámite exprés el presupuesto 2014 en Diputados será apenas una estrategia legislativa que utilizará el kirchnerismo para esconder las debilidades del modelo e imponer una suerte de reaseguro económico de subsistencia en caso de sufrir una derrota electoral en octubre”.
Según Di Natale, “el Gobierno busca mantener el control de los gobernadores del PJ en un eventual escenario electoral desfavorable”. Luego se pregunta: “¿Podrá Cristina Kirchner sustentarse económicamente el año que viene si sufre una derrota electoral, si hay un éxodo kirchnerista al massismo y si tiene un presupuesto que no se ajuste a sus necesidades? Nadie quiere pensar en esto en la Casa Rosada, pero nada dejan atado al azar. Si no fuera así, jamás se entendería por qué se unió al trámite exprés del presupuesto 2014 la prórroga del impuesto al cheque y de la ley de emergencia económica”
Además, Diana Kordon y Lucila Edelman se refieren a “las fracturas del mosaico kirchnerista”. Allí afirman varias falacias. Por ejemplo: “A medida que el relato oficial se debilita, se vuelve más evidente la naturaleza represiva de muchas de las acciones y decisiones del Gobierno, que neutraliza los cuestionamientos calificándolos de destituyentes". Las columnistas hablan de un “debilitamiento de su hegemonía como resultado de las PASO”, frente al cual “desempolvó el fantasma del peligro destituyente”, y frente a “n clima social atravesado por fluctuaciones, como ocurre en los momentos de transición, quedan abiertos múltiples interrogantes sobre los cambios de roles y los destinos en el mosaico K”.
La supuesta naturaleza autoritaria del gobierno está presente también en la columna de Luis Gregorich, quien en una línea de análisis similar dice: “Después de la derrota del Gobierno en las elecciones primarias, una palabra ominosa empezó a despuntar en el debate público: ingobernabilidad”. Y luego aseguró que la Jefa de Estado “Insinuó un peligroso acercamiento (seguro que sin querer) a la doctrina fascista”. El “sin querer” del columnista parece puesto para permitirle decir, llegado el caso, decir que no dijo lo que dijo.
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