“No voy a hacer una película para kirchneristas”
Publicado el 5 de Febrero de 2012Por
Dirigirá el film sobre el ex presidente tras la salida de Caetano. Dice que será la película sobre “un hombre” apuntada a todo público.
El día que murió Kirchner, Paula de Luque estaba trabajando en el final de Juan y Eva, su película –estrenada el año pasado– que retrata la historia de amor entre Perón y Evita antes de que fueran Perón y Evita. El final era, justamente, el 17 de octubre. El antes y después de un país, pero también de una pareja que a partir de ese momento fue amada (u odiada, lamentablemente) como nunca antes ninguna otra. Poco más de medio siglo después, la movilización espontánea y masiva es por otro peronista, Néstor Kirchner, y su inesperada muerte que dejó a Cristina, la presidenta, sin su amor y compañero político de toda la vida.
“Cuando vi a todo ese pueblo expresándose, me acordé de Leopoldo Marechal. Esa anécdota que dice que durante el 17 de octubre, estando en su departamento de Hipólito Irigoyen, empezó a escuchar que cantaban ‘yo te daré/ yo daré/ una patria hermosa que empieza con pe/ Perón’, y que entonces bajó a la calle y vio por primera vez los rostros de la clase obrera, esas caras que hasta ese momento habían estado invisibilizadas”, cuenta de Luque haciendo un paralalelismo con lo que sucedió después con aquel 27 de octubre de 2010: “La sensación fue la de un pueblo invisibilizado manifestándose. No se trató sólo de un funeral sino una escena mayor. Una muerte que paradójicamente abrió un nuevo camino. Como si dijeras: Kirchner quitó el cuerpo pero dejó un mandato. Entonces, cuando me convocan para hacer esta película sobre Néstor, siento que es un giro del destino. Porque desde aquel momento quería poder hablar de todo esto.”
Paula habla de Néstor por todos, –título tentativo– la película documental sobre el ex-presidente en la que se encuentra trabajando luego de la partida de Adrián Caetano (ver recuadro) y que cuenta con la producción general del Chino Navarro y Jorge “Topo” Devoto (ver aparte). “La verdad, me tomó por sorpresa la noticia. Me llegó primero por los medios, por el Twitter, y me ilusioné. Por suerte, en seguida me llamaron el Chino y Jorge y se concretó el rumor”, se alegra la cineasta. Y subraya lo que para su punto de vista es fundamental: que el film no intentará contar una historia oficial, cercana al bronce, sino una mucho más humana y afectiva. El Kirchner personal. “Va a ser mi verdad relativa, como decía Néstor. La mirada personalísima de un personaje que es también un personaje de todos dentro de un cuadro cinematográfico”.
–¿Cómo hacer para que esa gran responsabilidad no opaque el placer?
–A mí, los desafíos me generan placer. Me genera mucho más placer un desafío que algo que hago de taquito. La verdad es que todavía no encontré el displacer.
–En general significa un desafío extra abordar una figura querida por millones, ¿cómo fue en tu caso?
–Sí, pero es algo que ya me pasó con Juan y Eva. Y no es que estoy entrenada o de vuelta de algo. Pero ahí me pasó que pensaba que todo el mundo me iba a estar mirando, mirando con lupa por esa historia de amor y acá ocurre algo parecido. Por otro lado, no es sólo sobre el kirchnerismo o Kirchner. Es Néstor como personaje y como persona. La historia de un hombre. Y a mí, como cineasta, me interesa la condición humana, cuando se pone a prueba y está contra las cuerdas. En ese sentido, Néstor es un personaje riquísimo. Y hoy tengo el enorme desafío, la adrenalina de meterme con la historia de un tipo. Ni más ni menos que eso.
–¿Hay un Kirchner que no conocemos?
–Sí, por supuesto.
–¿Te interesa mostrarlo?
–(Piensa) A mí no me interesa el morbo. Yo voy a contar la historia de un hombre. Por supuesto que hay un Kirchner que no conocemos, que no conoceremos y que no tenemos por qué conocer. Pero sí me interesa su condición humana. Si yo lograra darle el valor universal de lo humano me sentiría muy contenta. Por otro lado, es una película que en un punto va a estar hecha por todos, por el pueblo, a partir del material que muchísima gente nos fue acercando. Yo soy sola una administradora de ese material. Me gustaría, eso sí, tener la altura artística para administrarlo poéticamente.
–Si tuvieras que describir a Kirchner cinematográficamente, ¿que rasgos destacarías?
–El movimiento. Su dinamismo. Él tirándose arriba de la gente después de asumir y dos días después yendo a resolver el conflicto docente. En el libro que el Chino y el Topo hicieron sobre él hay una serie donde ves que se está por tirar, se está tirando, se tiró. Y es genial como pierde la elegancia. Lo espontáneo que era, lo fresco, pero también y al mismo tiempo lo inteligente y ajedrecista que fue en términos políticos.
–¿Hay algún aspecto del Kichner público que sientas que aún no se rescató lo suficiente?
–Yo voy a hacer una película para todo público. Después, obviamente, el público tendrá el derecho de que le guste o no. Pero no voy a hacer una película para kirchneristas. Como tampoco hice Juan y Eva sólo para peronistas. Mi película va a ser sobre un hombre. Yo soy kirchnerista y me la banco ahora que está de moda y antes cuando no lo estaba. Pero la intencionalidad de la dirección no va a apuntar a un público cautivo.
–¿Cuál es tu historia personal con el kirchnerismo? ¿Qué te hizo kirchnerista?
–El momento en el que a mí me enamora Kirchner es cuando la cámara le parte la frente en su asunción de 2003 y termina asumiendo con una curita. Me mató eso. Siempre fui una persona política, de pertenencia peronista. Y todo eso que sucede en el prólogo de Kirchner que fue el 19 y 20 de diciembre, el que se vayan todos, el absurdo en el lugar de lo correcto, la tontería que se armó en torno a los políticos y la anti política, fue preparando el terreno para cuando asume y dice: “En mi gobierno no se va a reprimir, no va a haber un muerto.” Y se lo ve bajar el cuadro de Videla. Y las Madres van a dejar de ser opositores. Fueron y son todas cosas soñadas
Dirigirá el film sobre el ex presidente tras la salida de Caetano. Dice que será la película sobre “un hombre” apuntada a todo público.
El día que murió Kirchner, Paula de Luque estaba trabajando en el final de Juan y Eva, su película –estrenada el año pasado– que retrata la historia de amor entre Perón y Evita antes de que fueran Perón y Evita. El final era, justamente, el 17 de octubre. El antes y después de un país, pero también de una pareja que a partir de ese momento fue amada (u odiada, lamentablemente) como nunca antes ninguna otra. Poco más de medio siglo después, la movilización espontánea y masiva es por otro peronista, Néstor Kirchner, y su inesperada muerte que dejó a Cristina, la presidenta, sin su amor y compañero político de toda la vida.
“Cuando vi a todo ese pueblo expresándose, me acordé de Leopoldo Marechal. Esa anécdota que dice que durante el 17 de octubre, estando en su departamento de Hipólito Irigoyen, empezó a escuchar que cantaban ‘yo te daré/ yo daré/ una patria hermosa que empieza con pe/ Perón’, y que entonces bajó a la calle y vio por primera vez los rostros de la clase obrera, esas caras que hasta ese momento habían estado invisibilizadas”, cuenta de Luque haciendo un paralalelismo con lo que sucedió después con aquel 27 de octubre de 2010: “La sensación fue la de un pueblo invisibilizado manifestándose. No se trató sólo de un funeral sino una escena mayor. Una muerte que paradójicamente abrió un nuevo camino. Como si dijeras: Kirchner quitó el cuerpo pero dejó un mandato. Entonces, cuando me convocan para hacer esta película sobre Néstor, siento que es un giro del destino. Porque desde aquel momento quería poder hablar de todo esto.”
Paula habla de Néstor por todos, –título tentativo– la película documental sobre el ex-presidente en la que se encuentra trabajando luego de la partida de Adrián Caetano (ver recuadro) y que cuenta con la producción general del Chino Navarro y Jorge “Topo” Devoto (ver aparte). “La verdad, me tomó por sorpresa la noticia. Me llegó primero por los medios, por el Twitter, y me ilusioné. Por suerte, en seguida me llamaron el Chino y Jorge y se concretó el rumor”, se alegra la cineasta. Y subraya lo que para su punto de vista es fundamental: que el film no intentará contar una historia oficial, cercana al bronce, sino una mucho más humana y afectiva. El Kirchner personal. “Va a ser mi verdad relativa, como decía Néstor. La mirada personalísima de un personaje que es también un personaje de todos dentro de un cuadro cinematográfico”.
–¿Cómo hacer para que esa gran responsabilidad no opaque el placer?
–A mí, los desafíos me generan placer. Me genera mucho más placer un desafío que algo que hago de taquito. La verdad es que todavía no encontré el displacer.
–En general significa un desafío extra abordar una figura querida por millones, ¿cómo fue en tu caso?
–Sí, pero es algo que ya me pasó con Juan y Eva. Y no es que estoy entrenada o de vuelta de algo. Pero ahí me pasó que pensaba que todo el mundo me iba a estar mirando, mirando con lupa por esa historia de amor y acá ocurre algo parecido. Por otro lado, no es sólo sobre el kirchnerismo o Kirchner. Es Néstor como personaje y como persona. La historia de un hombre. Y a mí, como cineasta, me interesa la condición humana, cuando se pone a prueba y está contra las cuerdas. En ese sentido, Néstor es un personaje riquísimo. Y hoy tengo el enorme desafío, la adrenalina de meterme con la historia de un tipo. Ni más ni menos que eso.
–¿Hay un Kirchner que no conocemos?
–Sí, por supuesto.
–¿Te interesa mostrarlo?
–(Piensa) A mí no me interesa el morbo. Yo voy a contar la historia de un hombre. Por supuesto que hay un Kirchner que no conocemos, que no conoceremos y que no tenemos por qué conocer. Pero sí me interesa su condición humana. Si yo lograra darle el valor universal de lo humano me sentiría muy contenta. Por otro lado, es una película que en un punto va a estar hecha por todos, por el pueblo, a partir del material que muchísima gente nos fue acercando. Yo soy sola una administradora de ese material. Me gustaría, eso sí, tener la altura artística para administrarlo poéticamente.
–Si tuvieras que describir a Kirchner cinematográficamente, ¿que rasgos destacarías?
–El movimiento. Su dinamismo. Él tirándose arriba de la gente después de asumir y dos días después yendo a resolver el conflicto docente. En el libro que el Chino y el Topo hicieron sobre él hay una serie donde ves que se está por tirar, se está tirando, se tiró. Y es genial como pierde la elegancia. Lo espontáneo que era, lo fresco, pero también y al mismo tiempo lo inteligente y ajedrecista que fue en términos políticos.
–¿Hay algún aspecto del Kichner público que sientas que aún no se rescató lo suficiente?
–Yo voy a hacer una película para todo público. Después, obviamente, el público tendrá el derecho de que le guste o no. Pero no voy a hacer una película para kirchneristas. Como tampoco hice Juan y Eva sólo para peronistas. Mi película va a ser sobre un hombre. Yo soy kirchnerista y me la banco ahora que está de moda y antes cuando no lo estaba. Pero la intencionalidad de la dirección no va a apuntar a un público cautivo.
–¿Cuál es tu historia personal con el kirchnerismo? ¿Qué te hizo kirchnerista?
–El momento en el que a mí me enamora Kirchner es cuando la cámara le parte la frente en su asunción de 2003 y termina asumiendo con una curita. Me mató eso. Siempre fui una persona política, de pertenencia peronista. Y todo eso que sucede en el prólogo de Kirchner que fue el 19 y 20 de diciembre, el que se vayan todos, el absurdo en el lugar de lo correcto, la tontería que se armó en torno a los políticos y la anti política, fue preparando el terreno para cuando asume y dice: “En mi gobierno no se va a reprimir, no va a haber un muerto.” Y se lo ve bajar el cuadro de Videla. Y las Madres van a dejar de ser opositores. Fueron y son todas cosas soñadas
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