domingo, 12 de febrero de 2012

COMO ACTUAN Y QUE HACEN LAS EMPRESAS DE DURAN BARBA

Manual de operaciones contra simios

Consultor político en todo el continente y asesor especial de Mauricio Macri, está involucrado en una investigación en los Tribunales que se abrió con la denuncia del senador Filmus por operaciones sucias. Esta semana será llamado a declarar junto a dos de sus socios.

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Por Martín Granovsky

En política, “operación” es una palabra que no viene de la teoría sino de la medicina. Pero los autores de operaciones suelen disimular que las hacen porque las manipulaciones, la distorsión o el espionaje no son, se supone, las herramientas más presentables. Todo esto, claro, hasta que llegó a la Argentina el equipo del consultor Jaime Durán Barba y ofreció sus servicios inteligentes. Un documento del grupo Durán Barba, al que tuvo acceso este diario, ofrece directamente lo siguiente: “Podemos realizar trabajos de forma quirúrgica con los posibles electores”.

Durán Barba es el consultor estrella de Mauricio Macri y del PRO y en las elecciones de 2011 actuó, por ejemplo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en Vicente López, donde triunfó Jorge, primo de Mauricio.

Esta semana debe declarar ante la Justicia por una denuncia realizada el año pasado por el senador Daniel Filmus.

El otro costado de la consultoría política salió a la luz, justamente, cuando el entonces candidato a jefe de Gobierno por la oposición porteña, Filmus, fue informado de que los electores estaban recibiendo un mensaje que intentaba relacionar a su padre con el contratista Sergio Shocklender. Un locutor preguntaba, en un mensaje grabado y ametrallado sobre los votantes por teléfono, qué pensaría el ciudadano si se comprobara que esa relación existía. Naturalmente en estos casos no interesa la respuesta. No importa si hay que discar “uno” o discar “dos”. Lo que vale es el solo hecho de escuchar una versión que puede despertar sospechas.

Filmus dijo que su padre, un comerciante de clase media mayor de 80 años, que no es arquitecto como decía la pregunta construída sobre bases falsas, no tenía nada que ver con Shocklender y al mismo tiempo hizo la denuncia a la Justicia para ver si el emisor de los mensajes con forma falsa de pregunta había cometido delito o una infracción a la ley electoral.

Las elecciones terminaron con una buena elección de Filmus y una victoria nítida de Macri, que así consiguió la reelección como jefe de Gobierno. Pero la causa siguió y fue convirtiéndose, de a poco, en una radiografía de cómo se hacen operaciones. Si son muy sucias, sucias, un poquito sucias, al margen de la ley o al borde de su violación es cosa que en algunos casos aún no puede saberse y en otros queda en la conciencia de quien analice la información.

Bisturí, por favor

La empresa Connectic, del grupo Durán Barba, ofreció una forma de identificación de votantes que permitiría luego el envío de mensajes, preguntas o comentarios. El aspecto quirúrgico sería, pues, tanto el relacionado con los mensajes como la búsqueda misma de un análisis del comportamiento y las preferencias ya no sólo de los votantes sino de los ciudadanos, de acuerdo a sus inclinaciones en materia de ideas, sentimientos y percepciones políticas.

Una muestra serían las preguntas con presupuestos lógicos falsos que figuran en estas mismas páginas, formuladas por el grupo de Durán Barba. Es un universo sin duda mucho mayor que la pregunta original sobre la supuesta relación entre el padre de Filmus y Schoklender, que irritó al candidato del oficialismo nacional en medio de la campaña y provocó su curiosidad.

El arte

El año pasado, después del triunfo de Macri, junto con su vicepresidente ejecutivo Santiago Nieto, Jaime Durán Barba escribió un libro. Se llama El arte de ganar. Cómo usar el ataque en campañas electorales exitosas.

Antes de entrar en tema, al que dedicó la segunda parte del libro, el autor escribió una larga introducción con pretensiones de explicación simple. Muy simple.

Su gusto por la construcción de estereotipos de manera directa o indirecta es evidente, por ejemplo, en la página 28, dentro de la descripción de la personalidad fuerte y peleadora del ex presidente Néstor Kirchner.

Dice el texto: “Kirchner peleó siempre. Nada le vino regalado. De niño tuvo que enfrentar a sus compañeros de escuela que se burlaban por su ceceo al hablar y su mirada estrábica. Se hizo su espacio en la vida por la fuerza. Lo que tiene, lo obtuvo luchando y confrontando. Ingresó al peronismo en la adolescencia, cuando fue presidente del Consejo Estudiantil del colegio República de Guatemala, en Río Gallegos. Es un político de casta, cuya carrera refleja la crónica de sus enfrentamientos permanentes con sus adversarios. Así fueron los grandes caudillos del siglo pasado: Lázaro Cárdenas, Velasco Ibarra, Perón, Castro, Duvalier, Hitler. Pelearon hasta el último día por lo que creían o defendían, y ninguno de ellos dio tregua a sus adversarios”.

Lázaro Cárdenas es el presidente que dio institucionalidad a la Revolución Mexicana, el intento de transformación social más extraordinario de las primeras décadas del siglo XX. Perón se supone que es Juan Perón. Nunca nadie había llamado “caudillo” a Jean Claude Duvalier, el dictador haitiano, y a Hitler, se supone que Adolfo Hitler, porque el nombre de pila no figura. En todo caso, el párrafo revela la aparente inclinación de Durán Barba por las yuxtaposiciones y las mezclas sin mayor explicación, con nombres lanzados como al azar.

La misma displicencia por el rigor aparece cuando Durán Barba quiere construir teorías y continentalizarlas. Al consultor le parecen notables los paralelismos entre la biografía de Kirchner y la de Andrés Manuel López Obrador, el dirigente del Partido de la Revolución Democrática, de centroizquierda, a quien los mexicanos apocopan AMLO. “En la biografía de ambos líderes hay muchas coincidencias curiosas. Para mencionar algunas digamos que Kirchner nació en 1951, año en el que por primera vez se hizo una transmisión de radio en su ciudad natal, hecho que ocurrió también en Tepetitán en 1953, cuando nació AMLO.”

Kirchner, muerto el 27 de octubre de 2010 a los 60 años cumplidos, había nacido el 25 de febrero de 1950 y no en 1951. Una diferencia nimia, tal vez, pero quizás algo indigna para un teórico ocupado nada menos que en descubrir la naturaleza de los grandes caudillos populares del siglo XX como Hitler y Duvalier.

En la página 358, un apartado del libro de Durán Barba se titula “Debe decir la verdad”. Se refiere al candidato que el gurú asesora y dice: “Las posibilidades de engañar se han reducido por dos elementos más: el voyeurismo desatado de los occidentales y el acceso a la tecnología”.

En cuanto a la forma, “lo más importante en una campaña electoral, y particularmente en un ataque, no es producir carteles bonitos, sino que las piezas comuniquen el mensaje que pretendemos transmitir a los electores con claridad”. Y sigue: “Si además son atractivos, tienen fuerza y están elaborados de manera original, mucho mejor. Es preferible comunicar lo que queremos de manera rudimentaria, que producir obras de arte incomprensibles, o que difundan un mensaje equivocado. Si nuestras piezas de publicidad no cumplen con el propósito requerido, mándelas a un concurso, guárdelas en su baúl de recuerdos o tírelas a la basura. Algunos pensarán que decimos cosas obvias, que todo el mundo sabe que esto es así. La práctica nos indica que en muchas campañas se privilegia la publicidad pintoresca sobre la que consigue votos, especialmente en países donde aún se piensa que las campañas pueden ser manejadas por publicistas, que los candidatos son mercaderías, y que necesitan una marca y algo de marketing para ganar”.

En su recomendación a los candidatos de que “no se trata de atacar por atacar”, sostiene el texto de Durán Barba que no calumniar es una conducta deseable desde el punto de vista ético, porque “en la política democrática deben respetarse normas básicas de comportamiento”, y también útil desde el punto de vista práctico. “La gente se entera de la verdad a velocidades inimaginables”, dice el consultor de Macri.

El acuerdo

Tal vez como parte del voyeurismo desatado de los occidentales, este diario pudo establecer que la Justicia ya tiene en su poder un “Acuerdo de Confidencialidad y Competencia”. Lo firman Jaime Durán Barba, Santiago Nieto y Rodrigo Lugones. Los tres figuran en el acuerdo como “La encuestadora”. El texto aclara que los primeros son de nacionalidad ecuatoriana y que Lugones es argentino. También cita a otros argentinos, Guillermo José Garat, Nicolás Marcó y Martín Vicente Peluffo. En el acuerdo seguirán siendo mencionados como “Call Center”.

Lugones y su equipo tendrían el know how en las encuestas mientras que Garat tendría el conocimiento y experiencia a nivel local e internacional del Call Center, como principal accionista de la sociedad denominada Connectic SRL.

El mismo voyeurismo desatado llevó a este diario a investigar si Connectic SRL realizó y ofreció trabajos. La conclusión es que se trata de la misma firma que se presenta con habilidades quirúrgicas.

En una oferta de “identificación de votantes” para realizar en Vicente López, explicó la empresa que “consiste en llamar a todos los domicilios de la provincia de Buenos Aires con el fin de transmitirle un mensaje, solicitar información o consultar sobre sus preferencias políticas”. Esas llamadas “serán monitoreadas de manera constante por gente capacitada”.

“La información recolectada en la identificación será procesada y entregada de manera de poder hacer un seguimiento y una posterior campaña de persuasión”, prometió Connectis.

El fundamento es el cruce con una base de datos. Los trabajos realizados “en forma quirúrgica” son productivos por lo siguiente: “Tenemos información de que grupos familiares comulgan con nuestras ideas y de esta manera podemos identificar posibles voluntarios en distintos barrios del conurbano”. Y algo más: “Podemos organizar una red de voluntarios que abarque las zonas más marginadas, donde de otra manera sería muy difícil llegar”.

Según consta en las investigaciones judiciales, los firmantes del Acuerdo de Confidencialidad tienen tarjetas impresas con indicación de la localización de sus oficinas. El domicilio es Libertad 1240, que fue uno de los primeros destinos allanados por la Justicia luego de la denuncia de Filmus, cuando el senador ni siquiera sabía quién había realizado la pregunta sobre su padre.

Garat y Durán Barba comparten una firma, Informe Confidencial, y direcciones en Quito, Ecuador, y Curitiba, Brasil.

Peluffo es firmante autorizado de Call and Contact Center, una de las empresas que realizó la campaña de preguntas con base falsa en la campaña porteña.

Garat es firmante autorizado de Tag Continental, otra de las participantes. La dirección de Tag Continental es Libertad 1240. La misma de Durán Barba y sus socios del acuerdo.

Tanto Peluffo como Garat recibieron pagos cursados a través del Banco de la Ciudad de Buenos Aires.

En la página 363 del libro, Durán Barba recomienda: “Invoque a los sentimientos, no a la razón”. Y explica: “Los humanos somos simios con pretensiones cartesianas”.

Y viene explicación, o sea una concesión al pobre Renato Descartes, en la página 364: “En política, el ataque enciende los sentimientos del elector común. No es un tema de razones sino de pasiones. Debemos tratar de que nuestro mensaje provoque polémica. Más que perseguir que el ciudadano entienda los problemas, debemos lograr que sientan indignación, pena, alegría, vergüenza o cualquier otra emoción”.


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