El “Gran Hermano” estadounidense
¡Todos fichados!
Por Ignacio Ramonet*
Las revelaciones de Edward Snowden acerca de los
programas secretos de ciberespionaje de Estados Unidos develan el aparato
securitario de la potencia norteamericana, que no duda en cometer flagrantes
violaciones a la privacidad de los ciudadanos del mundo.
os
lo temíamos (1).
Y tanto la literatura (1984, de George Orwell) como el cine de anticipación
(Minority Report, de Steven Spielberg) nos lo habían avisado: con los progresos
de las técnicas de comunicación todos acabaríamos siendo vigilados. Claro,
intuíamos que esa violación de nuestra privacidad la ejercería un Estado
neototalitario. Ahí nos equivocamos. Porque las inauditas revelaciones
efectuadas por el valeroso Edward Snowden sobre la vigilancia orwelliana de
nuestras comunicaciones acusan directamente a Estados Unidos, país antaño
considerado como “la patria de la libertad”. Al parecer, desde la promulgación
en 2001 de la ley “Patriot Act” (2),
eso se terminó. El propio presidente Barack Obama lo acaba de admitir: “No se
puede tener un 100% de seguridad y un 100% de privacidad”. Bienvenidos a la era
del “Gran Hermano”...
Espiar a los espías
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA), cuyo cuartel general se halla en Fort Meade (Maryland), es la más importante y la más desconocida agencia de inteligencia estadounidense. Es tan secreta que la mayoría de sus ciudadanos ignora su existencia. Controla la mayor parte del presupuesto destinado a los servicios de inteligencia, y produce más de cincuenta toneladas de material clasificado al día... Ella –y no la CIA– es quien posee y opera el grueso de los sistemas estadounidenses de recolección secreta de material de inteligencia: desde una red mundial de satélites hasta las decenas de puestos de escucha, miles de computadoras y los masivos bosques de antenas situados en las colinas de Virginia Occidental. Una de sus especialidades es espiar a los espías, o sea a los servicios de inteligencia de todas las potencias, amigas o enemigas. Durante la Guerra de Malvinas (1982), por ejemplo, la NSA descifró el código secreto de los servicios de inteligencia argentinos, haciendo así posible la transmisión de información crucial a los británicos sobre las fuerzas argentinas...
Violación de la privacidad
Washington y Londres han puesto en marcha un orwelliano plan “Gran Hermano” con capacidad de saber todo lo que hacemos y decimos en nuestras comunicaciones. Y cuando el presidente Obama apela a la “legitimidad” de tales prácticas de violación de la privacidad, está defendiendo lo injustificable. Además, hay que recordar que por haber realizado labores de información sobre peligrosos grupos terroristas con base en Florida –o sea una misión que el presidente Obama considera hoy como “perfectamente legítima”– cinco cubanos fueron detenidos en 1998 y condenados por la justicia estadounidense a largas e inmerecidas penas de prisión (8). Un escándalo judicial que es hora de reparar liberando a esos cinco héroes (9).
* Director
de Le Monde diplomatique, edición española.
¿Qué revelaciones ha hecho Snowden? Este ex asistente técnico de la CIA, de 29 años, y que últimamente
trabajaba para una empresa privada –la Booz Allen Hamilton (3)–
subcontratada por la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA), reveló
mediante filtraciones a los diarios The Guardian y The Washington
Post, la existencia de programas secretos que permitían la vigilancia de
las comunicaciones de millones de ciudadanos por parte del gobierno de Estados
Unidos.
Un primer programa entró en vigor en 2006. Consiste
en espiar todas las llamadas telefónicas que se efectúan, a través de la
compañía Verizon, dentro de Estados Unidos, y las que se hacen desde allí hacia
el extranjero. Otro programa, llamado PRISM, fue puesto en marcha en 2008.
Supone la recolección de todos los datos enviados por Internet –correos
electrónicos, fotos, videos, chats, redes sociales, tarjetas de crédito...–
únicamente (en principio) por extranjeros que residen fuera del territorio
estadounidense. Ambos programas han sido aprobados en secreto por el Congreso de
Estados Unidos, al que se habría mantenido, según Barack Obama,
“consistentemente informado” sobre su desarrollo.
Sobre la dimensión de la increíble violación de
nuestros derechos civiles y de nuestras comunicaciones, la prensa ha aportado
detalles espeluznantes. El 5 de junio, por ejemplo, The Guardian
publicó la orden emitida por el Tribunal de Supervisión de Inteligencia
Extranjera, que exigía a la compañía telefónica Verizon la entrega a la NSA del
registro de decenas de millones de llamadas de sus clientes. El mandato no
autoriza, al parecer, a conocer el contenido de las comunicaciones ni los
titulares de los números de teléfono, pero sí permite el control de la duración
y el destino de esas llamadas. El día siguiente The Guardian y The
Washington Post revelaron la realidad del programa secreto de vigilancia
PRISM, que autoriza a la NSA y al FBI a acceder a los servidores de las nueve
principales empresas de Internet (con la notable excepción de Twitter):
Microsoft, Yahoo, Google, Facebook (4),
PalTalk, AOL, Skype, YouTube y Apple. Mediante esta
violación de las comunicaciones, el gobierno estadounidense puede acceder a
archivos, audios, videos, correos electrónicos o fotografías de sus
usuarios. PRISM se ha convertido de ese modo en la
herramienta más útil de la NSA a la hora de elaborar los informes que
diariamente entrega al presidente Obama. El 7 de junio,
los mismos diarios publicaron una directiva de la Casa Blanca en la que el
Presidente ordena a sus agencias de inteligencia (NSA, CIA, FBI) establecer una
lista de posibles países susceptibles de ser “ciberatacados” por Washington. Y
el 8 de junio, The Guardian filtró la existencia de otro programa que
permite a la NSA clasificar los datos que recopila en función del origen de la
información. Esta práctica, orientada al ciberespionaje en el exterior, permitió
recopilar –sólo en marzo pasado– unos 3.000 millones de datos de computadoras en
Estados Unidos...
Durante estas últimas semanas, ambos periódicos han
ido revelando, gracias a filtraciones hechas por Edward Snowden, nuevos
programas de ciberespionaje y vigilancia de las comunicaciones en países del
resto del mundo. “La NSA –explicó Edward Snowden– ha construido una
infraestructura que le permite interceptar prácticamente cualquier tipo de
comunicación. Con estas técnicas, la mayoría de las comunicaciones humanas se
almacenan para servir en algún momento para un objetivo determinado.”
Espiar a los espías
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA), cuyo cuartel general se halla en Fort Meade (Maryland), es la más importante y la más desconocida agencia de inteligencia estadounidense. Es tan secreta que la mayoría de sus ciudadanos ignora su existencia. Controla la mayor parte del presupuesto destinado a los servicios de inteligencia, y produce más de cincuenta toneladas de material clasificado al día... Ella –y no la CIA– es quien posee y opera el grueso de los sistemas estadounidenses de recolección secreta de material de inteligencia: desde una red mundial de satélites hasta las decenas de puestos de escucha, miles de computadoras y los masivos bosques de antenas situados en las colinas de Virginia Occidental. Una de sus especialidades es espiar a los espías, o sea a los servicios de inteligencia de todas las potencias, amigas o enemigas. Durante la Guerra de Malvinas (1982), por ejemplo, la NSA descifró el código secreto de los servicios de inteligencia argentinos, haciendo así posible la transmisión de información crucial a los británicos sobre las fuerzas argentinas...
Todo el sistema de intercepción de la NSA puede
captar discretamente cualquier mail, cualquier consulta de Internet o
conversación telefónica internacional. El conjunto total de comunicaciones
interceptadas y descifradas por la NSA constituye la principal fuente de
información clandestina del gobierno estadounidense.
La NSA colabora estrechamente con el misterioso
sistema Echelon. Creado en secreto, después de la Segunda Guerra Mundial, por
cinco potencias (los “cinco ojos”) anglosajonas: Estados Unidos, Reino Unido,
Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Echelon es un sistema orwelliano de
vigilancia global que se extiende por todo el mundo y está orientado hacia los
satélites que se utilizan para transmitir la mayor parte de las llamadas
telefónicas, comunicaciones por Internet, correo electrónico y redes sociales.
Echelon puede captar hasta dos millones de conversaciones por minuto. Su misión
clandestina es el espionaje de gobiernos, partidos políticos, organizaciones y
empresas. Seis bases a través del mundo recopilan las informaciones e
interceptan de forma indiscriminada enormes cantidades de comunicaciones que las
supercomputadoras de la NSA posteriormente criban mediante la introducción de
palabras clave en varios idiomas.
En el marco de Echelon, los servicios de inteligencia
estadounidense y británico han establecido una larga colaboración secreta. Y
ahora se sabe, gracias a nuevas revelaciones de Edward Snowden, que el espionaje británico también pincha clandestinamente cables de
fibra óptica, lo que le permitió espiar las comunicaciones de las delegaciones
que acudieron a la Cumbre del G20 de Londres en abril de 2009. Sin distinguir
entre amigos y enemigos (5).
Mediante el programa Tempora, los servicios británicos no dudan en almacenar
colosales cantidades de información obtenida ilegalmente.
Por ejemplo, en 2012, manejaron unos 600 millones de
“eventos telefónicos” al día y pincharon, en perfecta ilegalidad, más de 200
cables... Cada cable transporta 10 gigabytes (6)
por segundo. En teoría, podrían procesar 21 petabytes (7)
al día; lo que equivale a enviar toda la información que contiene la Biblioteca
Británica 192 veces al día...
Los servicios de inteligencia constatan que ya hay más de 2.000
millones de usuarios de Internet en el mundo y que más de mil millones utilizan
Facebook de forma habitual. Por eso se han fijado por objetivo, transgrediendo
leyes y principios éticos, controlar todo lo que circula por Internet. Y lo
están consiguiendo: “Estamos empezando a dominar Internet”,
confesó un espía inglés, “y nuestra capacidad actual es bastante
impresionante”. Para mejorar aun más ese conocimiento de Internet,
la Government Communications Headquarters (GCHQ,
Agencia de inteligencia británica) lanzó recientemente dos nuevos programas:
Mastering The Internet (MTI) sobre cómo dominar Internet, e
Interception Modernisation Programme para una explotación orwelliana de
las telecomunicaciones globales.Según Edward Snowden, Londres y Washington
acumulan una cantidad astronómica de datos interceptados clandestinamente a
través de las redes mundiales de fibra óptica. Ambos países destinan 550
especialistas a analizar esa gigantesca información.
Con la ayuda de la NSA, la GCHQ se aprovecha de que
gran parte de los cables de fibra óptica que conducen las telecomunicaciones
planetarias pasan por el Reino Unido, y los ha interceptado con sofisticados
programas informáticos. En síntesis, miles de millones de llamadas telefónicas,
mensajes electrónicos, datos sobre visitas a Internet son acumulados sin que los
ciudadanos lo sepan bajo pretexto de reforzar la seguridad y combatir el
terrorismo y el crimen organizado.
Violación de la privacidad
Washington y Londres han puesto en marcha un orwelliano plan “Gran Hermano” con capacidad de saber todo lo que hacemos y decimos en nuestras comunicaciones. Y cuando el presidente Obama apela a la “legitimidad” de tales prácticas de violación de la privacidad, está defendiendo lo injustificable. Además, hay que recordar que por haber realizado labores de información sobre peligrosos grupos terroristas con base en Florida –o sea una misión que el presidente Obama considera hoy como “perfectamente legítima”– cinco cubanos fueron detenidos en 1998 y condenados por la justicia estadounidense a largas e inmerecidas penas de prisión (8). Un escándalo judicial que es hora de reparar liberando a esos cinco héroes (9).
El presidente Barack Obama está abusando de su poder
y restando libertad a todos los ciudadanos del mundo. “Yo no quiero vivir en una
sociedad que permite este tipo de actuaciones”, protestó Edward Snowden cuando
decidió hacer sus impactantes revelaciones. Las hizo, y no es casualidad, justo
cuando empezaba el juicio contra el soldado Bradley Manning acusado de filtrar
secretos a WikiLeaks, la organización internacional que publica informaciones
secretas de fuentes anónimas. Y cuando el cibermilitante Julian Assange lleva un
año refugiado en la embajada de Ecuador en Londres... Snowden, Manning, Assange,
son paladines de la libertad de expresión, luchadores en beneficio de la salud
de la democracia y de los intereses de todos los ciudadanos del planeta. Hoy
acosados y perseguidos por el “Gran Hermano” estadounidense (10).
¿Por qué estos tres héroes de nuestro tiempo aceptaron semejante
riesgo que les puede hasta costar la vida? Edward Snowden, obligado a pedir
asilo político en Ecuador, contesta: “Cuando te das cuenta de que el mundo que
ayudaste a crear va a ser peor para la próxima generación y para las siguientes,
y que se extienden las capacidades de esta arquitectura de opresión, comprendes
que es necesario aceptar cualquier riesgo. Sin que te importen las
consecuencias.”
1. Véase Ignacio Ramonet, “Vigilancia
total”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, Buenos Aires, agosto
de 2003, y “Control social total”, Le Monde diplomatique, Madrid, mayo
de 2009.
2. Propuesta por el presidente George
W. Bush y adoptada en el contexto emocional que sucedió a los atentados del 11
de septiembre de 2001, la ley “Patriot Act” autoriza controles que interfieren
en la vida privada, suprimen la privacidad de la correspondencia y la libertad
de información. Ya no se exige una autorización para las escuchas telefónicas. Y
los investigadores pueden acceder a las informaciones personales de los
ciudadanos sin orden de registro.
3. En 2012, esta empresa le facturó a
la Administración estadounidense 1.300 millones de dólares por “asistencia en
misiones de inteligencia”.
4. Se supo recientemente que Max
Kelly, el responsable principal de seguridad de Facebook, responsable de
proteger la información personal de los usuarios de esta red social contra
ataques externos, dejó esta empresa en 2010 y fue reclutado... por la
NSA.
5. Espiar a diplomáticos extranjeros
es legal en el Reino Unido: lo ampara una ley aprobada por los conservadores
británicos en 1994 que pone el interés económico nacional por encima de la
cortesía diplomática.
6. El byte es la unidad de
información en informática. Un gigabyte es una unidad de almacenamiento de
información cuyo símbolo es GB, y equivale a 1010 bytes, o sea diez
mil millones de bytes, equivalente, en texto escrito, a una furgoneta llena de
páginas con texto.
8. La misión de los cinco –Antonio
Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González–
consistía en infiltrar y observar las actuaciones de grupos de exiliados cubanos
para prevenir actos de terrorismo contra Cuba. A propósito del juicio que
condenó a varios de ellos a penas de cadena perpetua, Amnesty International
declaró en un comunicado que “durante el juicio no se presentó ninguna prueba
que demostrase que los acusados realmente hubieran manejado o transmitido
información clasificada”.
9. Véase Fernando Morais, Los
últimos soldados de la Guerra Fría, Editorial Arte y Literatura, La Habana,
2013.
10. Edward Snowden corre el riesgo
de ser condenado a 30 años de prisión después de haber sido acusado oficialmente
por la Administración de Estados Unidos de “espionaje”, “robo” y “utilización
ilegal de bienes gubernamentales”.
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