PREOCUPACION DE STIGLITZ Y LA MANIPULACION DE CLARIN Y LA NACION
Por Horacio Verbitsky
–¿La diversidad debe abarcar también la propiedad de los medios? –preguntó Jellinek.
–Sí. El riesgo con la prensa es que aunque trate de separar la página editorial de las noticiosas, es fácil que se superpongan. Para la democracia es fundamental la diversidad de perspectivas –respondió Stiglitz.
Desde el público, pidió la palabra Miguel Wiñazki:
–Dado su contacto con el gobierno argentino y con la presidente, ¿cuál es su opinión sobre el conflicto con la prensa argentina y sus efectos sobre la economía? –preguntó.
–No tengo una relación formal, pero viajo de tanto en tanto a la Argentina. Es siempre un país interesante, con una sociedad civil muy activa, gente que discute mucho y el gobierno que siempre impulsa nuevas iniciativas. No conozco los detalles del debate, pero por lo que leí, el tema es la concentración de la propiedad de los medios, según las líneas que describí en mi exposición –respondió sonriente.
También hizo una pregunta Carlos Winograd, quien ya había participado en el panel anterior, sobre la Argentina, junto con el director periodístico de Clarín, Ricardo Kirschbaum, y el secretario general de redacción de La Nación Héctor D’Amico, y con el directivo del CELS Damián Loreti. El moderador de ese panel, el periodista John Dinges, profesor de Columbia, presentó a Winograd como estudioso independiente de la Facultad de Economía de París y como ex secretario de defensa de la competencia. (Lo fue en el último gobierno radical, del presidente Fernando de la Rúa). Lo que no dijo, porque nadie se lo había informado, es que en 2009 Winograd fue contratado por Cablevisión, para argumentar que esa empresa del Grupo Clarín había sobrecumplido las metas de inversiones y obras que le fijó la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia como condición para autorizar que se fusionara con Multicanal, según informó La Nación el 14 de diciembre de 2009 (http://www.lanacion.com.ar/ 1211409-analizan-inversiones-de-cablevision). Ese dato esencial tampoco fue mencionado en las crónicas de la conferencia que publicaron los dos diarios representados. Clarín mencionó a Winograd como miembro del Paris School of Economics y La Nación como ex secretario de Defensa de la Competencia. Consultado para esta nota, Dinges dijo que le agregaron a Winograd al panel a último momento y sin informarle de su contrato con el grupo Clarín. Es decir, actuaron en Estados Unidos tal como lo hacen aquí.
Sergio Jellinek y Joseph Stiglitz.
Informe sobre una información
Un apasionante foro en la Universidad de Columbia sobre la concentración de los medios, el acceso a la información y la libertad de expresión, y su reflejo distorsionado en los mayores diarios argentinos, pese a la participación de sus directivos en el debate. Stiglitz defendió una regulación estatal fuerte de los medios televisivos, con los que se informa el ciudadano medio, para asegurar la diversidad, esencial para la democracia y el desarrollo.
Bajo el título “Stiglitz, preocupado por las estadísticas”, en Clarín, y “Stiglitz advirtió sobre los riesgos de no tener estadísticas adecuadas”, en La Nación, ambos diarios publicaron la semana pasada un diálogo con periodistas argentinos, sostenido en Nueva York tras las presentación del Premio Nobel de Economía en la conferencia sobre la libertad de prensa en la Facultad de Periodismo de la Universidad de Columbia. Stiglitz dijo a esos periodistas que “no se puede manejar la economía sin estadísticas correctas”. En cambio, los dos diarios ignoraron el panel que Stiglitz compartió con el funcionario del Banco Mundial Sergio Jellinek, durante el cual mantuvo un interesante diálogo con el secretario de redacción de Clarín y director periodístico de su Maestría de Periodismo, el filósofo Miguel Wiñazki. Clarín omitió toda mención a la conferencia de Stiglitz y La Nación apenas dijo que “defendió la competencia en el mercado de medios y el acceso a la información, dos elementos que son cruciales en una democracia”. Su conferencia (que puede verse en http://new.livestream.com/accounts/1079539/events/2051379/videos/17935127) fue de gran interés. Clarín y La Nación limitaron sus crónicas a las exposiciones de intenso contenido político de sus propios directivos, Ricardo Kirschbaum y Héctor D’Amico, quienes no evidenciaron conocimiento sobre la ley audiovisual.
Consecuencias de la concentración
Según Stiglitz el rol de la prensa es llamar la atención sobre los abusos del mercado financiero contra los ciudadanos y acerca de la corrupción en el sector público, que es igual o peor en el sector privado. Dijo que el suministro de información era un bien público, que cuando estaba disponible beneficiaba a todos. Por eso en países como Noruega y Suecia se considera que por brindar un servicio público los medios deben tener apoyo estatal. Por la misma razón, agregó, las consecuencias de la concentración son peores en la prensa que en otros sectores, ya que afecta “el mercado de las ideas, que es fundamental para la democracia”. Los criterios antimonopólicos deben ser más estrictos, igual que en el área financiera. Como la televisión es el principal modo de acceso a la información de los ciudadanos que no leen diarios, allí “la concentración puede ser más perniciosa que en otras áreas”. Mencionó el mal ejemplo de Italia, donde la concentración televisiva llegó a poner en duda su carácter democrático. “Para que la prensa cumpla con su rol, debe haber regulaciones competitivas muy fuertes”, dijo. Expuso que Estados Unidos era la más desigual de las sociedades de- sarrolladas. Esa desigualdad económica es tan grande “que no es extraño que se traduzca también en desigualdad política, lo cual además se refuerza si los medios tienen un alto grado de concentración”. Sostuvo que en muchos países latinoamericanos son especialmente grandes el nivel de concentración de los medios y los nexos entre la desigualdad política y económica, “con lo cual la prensa es un modo de sostener la desigualdad. América latina es la región del mundo con mayor nivel de desigualdad y la concentración de la prensa juega un rol importante en esto”. Tanto los gobiernos como las empresas intentan limitar el acceso a la información, que la prensa necesita para cumplir con su rol. Enumeró distintas formas de restricción: los gobiernos que “en todos los países” usan su control de la información para negociar la cobertura; las leyes antiterroristas, como ocurrió en Islandia con la crisis bancaria; las leyes de difamación, que pueden usarse para suprimir la libertad de expresión, y la autocensura, que es la más difícil de tratar. Ejemplificó con la afirmación que luego se demostró falsa de que en Irak había armas de destrucción masiva, con lo cual se justificó la guerra. “Era difícil encontrar una cobertura justa en Estados Unidos. Había que leer la prensa extranjera, que no recibía las influencias oficiales que modelaron la cobertura de The New York Times”, dijo.Diversidad y propiedad
Jellinek contó que hace un tiempo el dueño del principal diario de la República Dominicana, quien también posee estaciones de radio y de televisión, le dijo que no hacían falta otros medios ya que “nosotros tenemos programas muy diversos, para mujeres, para niños, de cocina”.–¿La diversidad debe abarcar también la propiedad de los medios? –preguntó Jellinek.
–Sí. El riesgo con la prensa es que aunque trate de separar la página editorial de las noticiosas, es fácil que se superpongan. Para la democracia es fundamental la diversidad de perspectivas –respondió Stiglitz.
Desde el público, pidió la palabra Miguel Wiñazki:
–Dado su contacto con el gobierno argentino y con la presidente, ¿cuál es su opinión sobre el conflicto con la prensa argentina y sus efectos sobre la economía? –preguntó.
–No tengo una relación formal, pero viajo de tanto en tanto a la Argentina. Es siempre un país interesante, con una sociedad civil muy activa, gente que discute mucho y el gobierno que siempre impulsa nuevas iniciativas. No conozco los detalles del debate, pero por lo que leí, el tema es la concentración de la propiedad de los medios, según las líneas que describí en mi exposición –respondió sonriente.
También hizo una pregunta Carlos Winograd, quien ya había participado en el panel anterior, sobre la Argentina, junto con el director periodístico de Clarín, Ricardo Kirschbaum, y el secretario general de redacción de La Nación Héctor D’Amico, y con el directivo del CELS Damián Loreti. El moderador de ese panel, el periodista John Dinges, profesor de Columbia, presentó a Winograd como estudioso independiente de la Facultad de Economía de París y como ex secretario de defensa de la competencia. (Lo fue en el último gobierno radical, del presidente Fernando de la Rúa). Lo que no dijo, porque nadie se lo había informado, es que en 2009 Winograd fue contratado por Cablevisión, para argumentar que esa empresa del Grupo Clarín había sobrecumplido las metas de inversiones y obras que le fijó la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia como condición para autorizar que se fusionara con Multicanal, según informó La Nación el 14 de diciembre de 2009 (http://www.lanacion.com.ar/ 1211409-analizan-inversiones-de-cablevision). Ese dato esencial tampoco fue mencionado en las crónicas de la conferencia que publicaron los dos diarios representados. Clarín mencionó a Winograd como miembro del Paris School of Economics y La Nación como ex secretario de Defensa de la Competencia. Consultado para esta nota, Dinges dijo que le agregaron a Winograd al panel a último momento y sin informarle de su contrato con el grupo Clarín. Es decir, actuaron en Estados Unidos tal como lo hacen aquí.
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