El periodista Alfredo Hoffman presentará su último libro en nuestra Facultad
El periodista Alfredo Hoffman presentará su libro titulado “Reencuentro. Crónica de la restitución de una identidad” el 3 de mayo en el auditorio de nuestra Facultad a partir de las 19:30 hs.
En el panel de presentación el autor estará acompañado por Sabrina Gullino Valenzuela Negro, nieta recuperada N°96, y su hermano Sebastián Álvarez; el subsecretario de Derechos Humanos de la provincia Julián Froidevaux y el fiscal federal José Ignacio Candioti
El libro relata la historia de Sabrina Gullino Valenzuela Negro quien siendo una bebé fue sustraída cuenta con prólogo de Estela de Carlotto y el auspicio de Abuelas de Plaza de Mayo y la Agrupación H.I.J.O.S. regional Paraná.
Convocan a esta actividad: 8Patas Producciones, la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia, la Agrupación H.I.J.O.S. regional Paraná y la Agrupación La Colectiva, conducción del CEFCE.
El periodista Alfredo Hoffman presentará su libro titulado “Reencuentro. Crónica de la restitución de una identidad” el 3 de mayo en el auditorio de nuestra Facultad a partir de las 19:30 hs.
En el panel de presentación el autor estará acompañado por Sabrina Gullino Valenzuela Negro, nieta recuperada N°96, y su hermano Sebastián Álvarez; el subsecretario de Derechos Humanos de la provincia Julián Froidevaux y el fiscal federal José Ignacio Candioti
El libro relata la historia de Sabrina Gullino Valenzuela Negro quien siendo una bebé fue sustraída cuenta con prólogo de Estela de Carlotto y el auspicio de Abuelas de Plaza de Mayo y la Agrupación H.I.J.O.S. regional Paraná.
Convocan a esta actividad: 8Patas Producciones, la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia, la Agrupación H.I.J.O.S. regional Paraná y la Agrupación La Colectiva, conducción del CEFCE.
Sobre el libro
La medianoche del 27 de marzo de 1978, dos hombres de los servicios de inteligencia del Ejército abandonaron a una beba de tres semanas de vida en la puerta del Hogar del Huérfano de Rosario. Cumplían así uno de los capítulos del plan sistemático de represión ilegal: sustraer a los hijos de las víctimas del genocidio argentino e insertarlos en familias distintas a las biológicas, con identidades sustituidas. El 22 de noviembre de 2008, a sus 30 años, aquella beba, con el nombre de Sabrina Gullino, conoció a Sebastián Álvarez, su hermano de sangre. A lo largo de esos 30 años, la dictadura había vengado la actitud heroica de quienes frustraron la Operación México del general Galtieri: los militantes montoneros Edgar Tulio Valenzuela y Raquel Negro. A Raquel, con un embarazo avanzado, la mantuvieron secuestrada hasta el momento del parto, la trasladaron al Hospital Militar de Paraná, donde tuvo mellizos, uno de cada sexo; y luego la separaron de ellos y la asesinaron. Tulio también cayó en manos de los represores a su regreso a la Argentina. Ambos permanecen desaparecidos.
Pero, tenaz y pacientemente, los organismos de derechos humanos, las Abuelas de Plaza de Mayo, los HIJOS, lograron quebrar tres décadas de silencio; demostraron que la capital entrerriana era una pieza clave en el plan genocida y permitieron el reencuentro de Sabrina, uno de aquellos mellizos, con su hermano mayor, Sebastián, que no había dejado de buscarla.
En 2011 el Poder Judicial condenó a algunos de los culpables de la sustracción de los bebés y de la sustitución de sus identidades. Esta historia todavía está lejos de su final; se continúa en la búsqueda del mellizo varón y de los casi 400 niños apropiados por los represores de uniforme y sus cómplices que visten ropas civiles.
La medianoche del 27 de marzo de 1978, dos hombres de los servicios de inteligencia del Ejército abandonaron a una beba de tres semanas de vida en la puerta del Hogar del Huérfano de Rosario. Cumplían así uno de los capítulos del plan sistemático de represión ilegal: sustraer a los hijos de las víctimas del genocidio argentino e insertarlos en familias distintas a las biológicas, con identidades sustituidas. El 22 de noviembre de 2008, a sus 30 años, aquella beba, con el nombre de Sabrina Gullino, conoció a Sebastián Álvarez, su hermano de sangre. A lo largo de esos 30 años, la dictadura había vengado la actitud heroica de quienes frustraron la Operación México del general Galtieri: los militantes montoneros Edgar Tulio Valenzuela y Raquel Negro. A Raquel, con un embarazo avanzado, la mantuvieron secuestrada hasta el momento del parto, la trasladaron al Hospital Militar de Paraná, donde tuvo mellizos, uno de cada sexo; y luego la separaron de ellos y la asesinaron. Tulio también cayó en manos de los represores a su regreso a la Argentina. Ambos permanecen desaparecidos.
Pero, tenaz y pacientemente, los organismos de derechos humanos, las Abuelas de Plaza de Mayo, los HIJOS, lograron quebrar tres décadas de silencio; demostraron que la capital entrerriana era una pieza clave en el plan genocida y permitieron el reencuentro de Sabrina, uno de aquellos mellizos, con su hermano mayor, Sebastián, que no había dejado de buscarla.
En 2011 el Poder Judicial condenó a algunos de los culpables de la sustracción de los bebés y de la sustitución de sus identidades. Esta historia todavía está lejos de su final; se continúa en la búsqueda del mellizo varón y de los casi 400 niños apropiados por los represores de uniforme y sus cómplices que visten ropas civiles.
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