miércoles, 11 de junio de 2014

El Mundial en cine y televisión

El Mundial en cine y televisión

El Museo del Cine, INCAA TV y el Centro Cultural Rojas armaron una serie de ciclos especiales donde el fútbol es el protagonista.

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Por: 
Belauza
Los mayas tenían dos calendarios: uno civil, otro sagrado. En la actualidad, para muchos, el Mundial que se inicia mañana forma parte del calendario sagrado. O si se prefiere, un cotidiano no marcado por las rutinarias reglas de la civilidad. 
Tamaña festividad de esos muchos no pasa desapercibida por el resto, que ve con curiosidad desapasionada eso que hacen 22 jugadores dentro de una cancha y es televisado a todo el mundo. Y que cada vez pasa menos desapercibida. 
Aun así, el resto del mundo (expresión futbolera que aplica con creces a la coyuntura del próximo mes) no tan consustanciado con el fútbol busca maneras nuevas o vuelve a preguntarse de distinta forma sobre el sentido de lo que Jorge Luis Borges ironizó como "once jugadores contra once corriendo detrás de una pelota". 
Hasta se le encontró un ángulo como para hablar de cuestiones de género (ver recuadro "Aguanten las chicas"). Y así que ahí están un ciclo del Museo del Cine, las emisiones especiales de INCAA TV, la breve muestra de cortos que hizo el Centro Cultural Rojas y la jugada más defensiva para que no se le escapen tantos espectadores de Netflix. 
Todos confluyen en la idea de que el Mundial es bastante más que un acontecimiento deportivo. Es, a la manera de la civilización actual, un hecho sagrado.
Acaso el más ambicioso sea el del Museo del Cine Pablo C. Ducrós Hicken, con su ciclo Cine y Deporte, Una mirada mundialista, que abarca todos los sábados y domingos del mes de junio, hasta el día 29, en la nueva sede del museo (Caffarena 49, La Boca), a las 16 y con entrada gratuita. Se podrán ver films que cuentan de otra forma los mundiales y el fútbol. 
Pablo de Vita, crítico de cine y curador del ciclo, dice que la idea tiene un veta más de circunstancial, como ser "celebrar la participación argentina en el Mundial", pero por otro lado, y esto es lo que hace la diferencia entre el oportunismo y saber aprovechar la coyuntura, "mostrar el costado muchas veces oculto del multimillonario negocio del fútbol, sus intereses creados y también la fascinación que este deporte genera". 
Según De Vita, "la programación tiene películas que hacen referencia a otro mundial de fútbol (Copa hombre nuevo), una historia trágica en el de por sí trágico mundial de Argentina '78 (Cómplices del silencio) y otras que muestran las diferencias culturales que acerca este deporte, como la danesa Superclásico, filmada en La Boca, el fútbol con botones de los cracks del periodismo Alfredo Serra y Rómulo Berruti en Crácks de Nácar, e incluso el primer partido amistoso oficial entre el equipo nacional de fútbol femenino de Irán y un equipo alemán en Football under cover, un partido que en Teherán tuvo entrada prohibida para los hombres".
En cambio, en el Rojas hubo un ciclo de dos días que ya concluyó, debido a la profusa programación que tiene el Centro Cultural. Ahí se optó por los cortos: "Hicimos otro ciclo en el 2010 –explica Raúl Manrupe, curador de esa breve muestra– que se llamó El fútbol argentino en cortos. Para esta oportunidad tuvimos la suerte de tomar contacto con Luciana Abad, que tiene una distribuidora de cortos de hasta 30 minutos, sobre todo de títulos argentinos, y que prácticamente era una muestra ya armada, porque precisamente con motivo del Mundial de Sudáfrica la había armado para ofrecer su exhibición en distintos puntos del país, más que nada en lugares como correccionales, cárceles y otros de poco acceso a las manifestaciones culturales." 
El ciclo El Mundial de cortos, que el próximo fin de semana estará en Necochea, estuvo en el Rojas porque su política es “darle pantalla a todo lo que no tiene pantalla asegurada; a diferencia del teatro, en el que la oferta es mayor, en cine es más complicada la exhibición y es por eso además que nuestros ciclos de cine son gratuitos”.
"Casi todos los años hacemos fútbol y cine", comenta Eduardo Raspo, director de INCAA TV; aunque no, por supuesto, del Mundial. Eso queda para ocasiones importantes, como ésta, la actual. "En esta vuelta tenemos el documental Fútbol argentino (1990, Víctor Dinenzon), que tiene un gran archivo de imágenes producto de la investigación y armado de archivo, que está producido por la productora de Lita Stantic. También la película de Andrés Wood, en la que el director chileno en tres capítulos saca la pelota del estadio para meterse con los pibes de las inferiores pero afuera de la cancha, cómo sufren la presión. Están Amando a Maradona (2005, Javier Vázquez), porque Diego es infaltable, al menos para los argentinos: es nuestro agradable lugar común; Paula contra la mitad más uno (1971, Néstor Paternostro, con Leonor Manso y Federico Luppi) que es una de las películas que logramos recuperar, porque la recuperación de películas argentinas es una de las tareas del canal." 
Acaso esta característica, la de estar atento a la circunstancia para aprovechar la oportunidad (que no sería esperar el error del rival), sea de las particularidades culturales más relevantes que el fútbol ha transmitido fuera de la cancha. "Es que el punto es mostrar que el fútbol no es sólo es el Mundial", dice Raspo. "Entonces programamos El otro fútbol (2012, Federico Peretti), un documental que muestra el territorio del ascenso."
El imaginario popular argentino podría decir que no todo es soplar y hacer botella; el más futbolero, que el rival también juega. Y ahí están las dificultades que se oponen al deseo: a saber, los derechos de exhibición, que son de los temas más más relevantes en el cine. "Apenas se hizo el sorteo salimos a buscar películas de Bosnia y Nigeria –cuenta Raspo–, porque quería que el ciclo fuera Estudiando al rival, y estuviera formado por producciones de los países que enfrentaban a Argentina en la primera ronda. Pero no pudo ser", se lamenta un poco, pero de inmediato se levanta y sigue jugando: "Es un sector en el que los derechos pueden complicar cualquier muestra, así que siempre hay que estar preparado para cambiar." Y así lo hicieron sobre la marcha, al ver que las negociaciones no daban los resultados esperados.
Paula Félix-Didier, directora del Museo de Cine Pablo Ducrós Dicken,  señala: "La propuesta es amplia y contó con el apoyo de instituciones como el Instituto Goethe, la embajada de Dinamarca y todos los productores y realizadores argentinos que muy gentilmente nos permiten poder exhibir sus películas. Nadie dejó de contestar a la invitación de este ciclo que, inevitablemente dado lo extenso de la relación entre cine y fútbol, deja otras películas para otra oportunidad."
Como siempre, más allá de la sagacidad para ver oportunidad en algo que en apariencia es un problema, está eso tan extraño que solemos llamar "compatibilidad". Porque, ¿qué hace imaginar que, por ejemplo, el fútbol y el cine sean afines? "El fútbol y el cine tienen mucho en común –dice Félix-Didier– porque ambos son un entretenimiento masivo y eminentemente popular, donde se vincula el ocio comunitario, la educación en valores, la pasión, el placer de un gran espectáculo, la construcción de identidad y ciudadanía y la convivencia en el espacio público, todos valores en los cuales el cine y el fútbol dialogan."
Esto, que tiene una construcción  histórica, hoy es complementado por un factor más prosaico pero no menos sustancial: la democratización de la realización artística en general. "En los últimos 15 años –opina Manrupe– a nivel técnico cualquiera puede hacer una pieza audiovisual: hasta con un celular se pude filmar con cierta calidad. Y eso hizo que empezaran a aparecer historias desde adentro. Antes era el documentalista que iba a ver, desde otro lugar, el fenómeno futbolístico, ahora hay películas desde los mismos fanáticos, hinchas o admiradores, como pasa con el rock."
Mañana a las 17, un árbitro pitará para que los jugadores jueguen al deporte más raro del planeta, el único que se juega con los pies. Millones mirarán embelesados, esperanzados, recreando en su mente y su corazón, una fantasía que, tal vez en breve, tenga una versión artística. «


la grandes imágenes del pasado, por gustavo castagna
El blanco y negro de las películas de aquella Argentina de los planes quinquenales exteriorizaban la euforia del fanático, los tranvías abarrotados de hinchas y los chambergos del público de la popular, uno al lado del otro. Un fútbol sin banderas pero con la camiseta bien puesta, sudada por el kamikaze "El Ñato" que encarnó Discépolo y sus menos de cincuenta kilos dejando la vida por "Vitoria Fúbol Clú" en El hincha (1951). Al poco tiempo, el potrero pasa a segundo plano y el partido arreglado en el vestuario, con la presencia del empresario millonario, modifica el punto de vista en El crack (1956) de Martínez Suárez. El fútbol–denuncia invade las imágenes en los años '60 y ya el ídolo de barrio de Pelota de trapo (1948) se corporiza en el goleador que se suicida en Pelota de cuero (1962), ambas con Armando Bó pateando penales en blanco y negro y luego en color. El fútbol–espectáculo gana el partido luego de las sospechas y la comedia delirante llega hasta el vestuario del Boca campeón del '69, secuestrado por un grupo de gángsters y una modelo de época en Paula contra la mitad más a uno (1971). Pero no hay películas sobre los mundiales hasta el de 1978, estrenada en junio del año siguiente, en la vomitiva La fiesta de todos, que ameritaría una nueva edición: por un lado, las imágenes de los partidos y el triunfo de los once de Menotti, por el otro, esa serie de pequeñas viñetas, supuestamente graciosas, que ocultaban al país silenciado. Luego vendrán los Héroes del 86, con Maradona de protagonista, filmado en ralentí y con la steadycam registrando al detalle sus dos goles a los ingleses. El cine ya espía el vestuario de la euforia, desaparece el fuera de campo y el gran Diego adquiere rol protagónico, no sólo en la cancha, sino también en el universo que rodea a la pelota. Por lo tanto, ¿cómo sería una película sobre Messi levantando la copa en el faraónico Maracaná luego de ganar el partido final a la selección de Brasil? Una idea al voleo: si Maradona fue Dios, a Messi se lo podría filmar como si fuera el Cristo Redentor. Soñar no cuesta nada. O sí. 
*Crítico de cine de Tiempo Argentino.


las películas para ver
 En el Museo del Cine (Caffarena 49, Barracas, con proyecciones a las 16 horas y gratis): Villa (de Ezio Massa, argentina, 2013, 89 min., el sábado 14), Cómplices del silencio (de Stefano Incerti, Italia/España/Argentina, 2009, 104 min., el domingo 15), El otro Maradona (de Ezequiel Luka y Gabriel Amiel, argentina, 2012, 78 min., el sábado 21), Cracks de Nácar (de Daniel Casabé y Edgardo Dieleke, argentina, 2011, 80 min., el domingo 22), Futbol violencia SA (de Pablo Tesoriere, argentina, 2009, 104 min., el sábado 28), y Football under cover (de Ayat Najafi y David Assmann, alemana, 2008, 86 min., el domingo 29).
 En la tele, por la señal de INCAA TV: El otro fútbol (2012, argentina, documental, el sábado 14, 20 hs) y Amando a Maradona (de Javier Vázquez, 2005, argentina, documental, el sábado 28, 20 hs.).


Aguanten las chicas, en el club matienzo
El Club Cultural Matienzo, una vez por mes, hace un encuentro literario que "tiene formato de varieté", dice Lena Regazzoni, organizadora de esos encuentros. "Antes de la reunión de producción para este mes, justo vi Mujeres con pelotas, un documental sobre fútbol femenino, que me gustó mucho, así que contacté a los realizadores (Ginger Gentile y Gabriel Balanovsky) para ver de difundirlo en el Matienzo, y al mismo tiempo vimos que estaba el Mundial, así que una cosa llevó a la otra y se nos ocurrió, además del documental, hacer que el encuentro de literatura también fuera sobre fútbol, aunque con una mirada de género." 
Por eso, hoy miércoles a las 21 es el tiempo de Tacones de Punta, literatura y fútbol femenino. "Habrá lecturas, visuales, vamos a sortear entradas para Mujeres con Pelotas, que lo proyectaremos el miércoles 18, y va a cerrar una banda." La decisión de mantener a la literatura como guía surgió para poder abrir aún más el tema del fútbol y el género. "Nos da más posibilidades de pensar el lugar de la mujer en el fútbol. Estuve leyendo lo que me pasaron los escritores, gente que había participado en antología Cómo ganarle el Mundial a Brasil (2014, Editorial Garrincha Club), y algunos tocan el tema de género, o Dame la pelota, de Fernanda Laguna, que cuenta cómo a las mujeres igual las siguen relegando." 
En esa lectura y ese intercambio de información desde las reuniones de producción, lo que apareció fue una DJ que estará en el evento y que tiene un equipo de fútbol. La pelota, además de no mancharse, amplía horizontes.

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